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CADA VEZ MÁS CASAS PRECARIAS EN LOS BARRIOS PERIFÉRICOS

El déficit habitacional se refleja en el crecimiento de los asentamientos

Esta proliferación se advierte en vecindarios como Ricardo Rojas, Progreso, La Celeste, los aledaños a San Jorge, entre otros. Las explicaciones de un fenómeno que se consolida y va en aumento. Historias de los que no tienen otra forma de obtener su vivienda.

Diego y Mariela viven en un cuarto de tres por tres metros. Con paredes de chapas y techo de lona, desde hace dos semanas “el rancho” –como lo llaman ellos– cuenta con un contrapiso que hizo Diego, donde apoyan en único colchón que tienen. “Ya no podíamos vivir así, lo hice sobre todo para que al nene no le agarren hongos ni nada de eso” cuenta el joven y señala a Joaquín, un niño de menos de dos años que juega en el pasto con un puñado de estampitas que vende su padre casa por casa.
Alrededor de este rancho, ubicado sobre la calle Falucho, en el barrio La Celeste, hay muchos otros, prácticamente iguales, con historias también similares.
“Acá vienen las asistentes sociales, toman nota, te ponen en una lista y después no vienen más. Prometen y no traen nada, ni de la municipalidad ni de ningún otro lado”, se queja Mariela, su pareja.
Enseguida interviene Diego: “Nosotros no queremos que nos regalen nada, yo quiero un trabajo en blanco, nada más”.

Dónde hay
Este asentamiento no es el único de Junín, ni es el más grande: como consecuencia de la crisis habitacional, los “rancheríos” se extienden por diferentes barrios de la ciudad.
Es probable que el más extenso sea el que se encuentra en Arias y 2 de Enero (barrio Ricardo Rojas), aunque hay otros sobre José Hernández (barrio Progreso) y detrás del barrio San Jorge.
En los otros asentamientos también se repiten los relatos. “Les dan a los que tienen casas de material pero a los que tenemos ranchos no nos dan nada”, dice una joven del barrio Progreso que prefiere no dar su nombre.

Asistencia
Más allá de los reclamos de quienes viven en estos asentamientos, la secretaria de Acción Social del municipio, Paola Rizzo, asegura que se está trabajando sobre el tema: “Nosotros estamos en contacto todo el tiempo a través de las asistentes sociales que recorren estos lugares y cada familia tiene situaciones particulares por las cuales nosotros tenemos que ir interviniendo”.
La funcionaria comunal señala que “la voluntad del intendente es la de regularizar y dignificar la situación de cada una de esas familias”, por lo que están estudiando la manera de “implementar algún tipo de política que pueda mejorar el nivel habitacional, porque en su gran mayoría son personas que no han podido acceder a la vivienda de otra forma y lo han tenido que hacer a través de estos asentamientos”.
En tal sentido, asevera que se hacen relevamientos y están “analizando una forma general de resolver esta situación”.
Por su parte, el concejal del Pro Pablo Petrecca sostiene que falta intervención del Ejecutivo local. “Yo visito a la gente en los barrios y en Ricardo Rojas me dijeron que no hay asistentes sociales que recorran las calles de ese sector –afirma el edil–, lo mismo me dijeron en el barrio Progreso, tampoco hay programas culturales o deportivos, entonces, evidentemente, el municipio no ha hecho las cosas que tenía que hacer para ayudar a esas familias para que puedan caminar acompañadas del Estado y salir adelante”.

Asentamientos
El de los asentamientos es un fenómeno que se consolida y va en aumento.
Para Osvaldo Giapor, presidente de la Federación de Sociedades de Fomento, “esto sucede porque está llegando gente de afuera, que vienen de otros lugares y se instalan en Junín porque ven la perspectiva de una ciudad en crecimiento, con más posibilidades que alguna otra para tener trabajo”.
El fomentista sostiene que a la Federación “siempre” le preocupó este asunto: “Lo estamos analizando y luego lo plantearemos a los políticos. Estamos en un año electoral y no queremos interferir en eso, así que seguiremos haciendo nuestras evaluaciones, conversando con los representantes de todos los partidos, pero la idea es tratar el tema después de las elecciones”.
Paola Rizzo, en tanto, advierte que “la cuestión habitacional es un problema para todos” y “atraviesa toda la realidad de toda la población”, para luego ampliar: “En algunos casos es posible este acceso a la vivienda a través de algún crédito o facilidad, y hay otros sectores a los que se les hace mucho más difícil. Es un problema general”.

Programa de viviendas
A partir de esta realidad, resulta evidente que se necesita un plan de viviendas sociales que apunte a este sector de familias vulnerables, para que puedan acceder a su propia casa.
Rizzo considera que “hace falta un programa de viviendas sociales”, ya que “el último que tuvimos fue el Plan Federal con el que se cubrió un alto porcentaje, pero la demanda es continua”.
En ese contexto, remarca que el municipio busca una solución permanente: “Primeramente tenemos que regularizar la situación en cuanto a los terrenos porque, en algunos casos, no tienen la titularidad. Pero queremos que sea algo definitivo por eso no nos queremos apresurar a tomar una decisión que después no pueda ser sostenida en el tiempo”.
Con respecto a este tema, Petrecca señala que hay alternativas: “Yo estuve hablando con gente vinculada a la construcción y me dicen que hoy existen materiales muy económicos con los que se podrían hacer viviendas sin tener un costo tan alto, lo que permitiría intervenir al Estado de una manera más efectiva, en lugar de dar dos o tres chapas, como se hace actualmente. Pero para eso hay que hablar con los empresarios, para que aporten lo suyo, y con las familias para que pongan su esfuerzo. Es muy necesario un plan de este tipo. Si el Estado está activo y lo hace en conjunto con el sector privado y con la sociedad, es mucho más sencillo”.
Finalmente, Giapor recuerda las experiencias del pasado y apuesta a reeditarlas en el presente: “Una posibilidad podría ser un plan de autoconstrucción, como el que hubo en otra oportunidad y fue muy efectivo. Si es necesario, el gobierno tendrá que crear barrios para esta gente, y que le den las facilidades para hacer sus casas, sin regalarle nada, pero sí ayudándolos”.

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