Cuando el crimen tiene rostro adolescente

En el 17% de los homicidios registrados en los últimos 27 años en Junín, participaron menores de entre 15 y 17 años. Para llegar a estas cifras realizó un análisis no sólo del grado de inimputabilidad, sino también los móviles, armas o elementos empleados por los adolescentes, sexo, relaciones interpersonales y del ámbito familiar.
Si bien durante las primeras dos décadas de ese lapso -1988-2008-, no se registraron grandes variaciones, el índice mostró un salto y se incrementó notablemente en el año 2013.
En el relevamiento se estableció que en el 47% los homicidios, la participación de menores se combinó con la presencia de mayores de edad, mientras que en el 53% restante actuaron solos o junto a pares.
Del análisis surgió, además, si bien es notoriamente inferior al de los varones, las mujeres no quedaron fuera de los delitos que costaron vidas, porque en 2014 hubo un hecho que tuvo la participación de una adolescente.

La evolución anual
En el año 1994, la participación de un menor de edad durante un homicidio cometido en ocasión de robo, fue investigado por la Justicia. El sábado 26 de junio de aquel año, el cuerpo sin vida de Osvaldo Costa fue encontrado por su sobrina, en el baño de su vivienda, ubicada en calle Bolivia al 400.
La autopsia determinó que la víctima no sólo presentó una herida de arma de fuego, sino también  importantes golpes. El móvil fue el robo y se estableció luego que participaron un menor de 17 años de edad con la complicidad de un mayor.
Luego de robar y asesinarlo, los autores completaron la jornada en un baile y al día siguiente continuaron con un raid delictivo que incluyó la sustracción de dos vehículos,  un Ford Falcon y un Dodge 1500 .Al primero lo abandonaron por un desperfecto mecánico y con el segundo volcaron en la Ruta Provincial 65, escapando de las autoridades policiales.
El menor tenía 17 años e inicialmente fue internado en la ciudad de La Plata, en el Instituto Aráoz Alfaro, pero con el correr de los años sumó 37 fugas.
Recién en el año 1997 volvió a registrarse la participación de menores de edad en homicidios. Diez años después, aunque con escasa participación, comenzó a notarse una curva ascendente que llegó a su punto máximo en 2013.

También las mujeres
Siempre que hubo jóvenes involucrados en crímenes, pertenecieron al sexo masculino, hasta que se registró el inicio de la participación de mujeres en asesinatos. El triste comienzo de una adolescente como protagonista del delito de arrebatarle la vida a otra persona ocurrió en el año 2014, con la muerte de Naira Cofreces, la estudiante que fue asesinada a golpes la noche del 23 de abril, cuando salió de la Escuela en la que cursaba sus estudios secundarios.

El móvil
A la hora de determinar el móvil que impulsó o movió a menores de edad a cometer un homicidio, al menos en Junín a lo largo de las últimas décadas, es posible verificar que tuvieron su origen en peleas violentas y ajustes de cuentas en los que cobraron especial protagonismo las adicciones (alcohol o estupefacientes) –en un 60 %- y  los robos extremadamente violentos, en el 30% de los casos.
Claro que no fueron los únicos, destacándose en las crónicas policiales la muerte de Héctor González, un joven de 22 años, que fue asesinado de una puñalada por su hermanastro, de apenas 16, el 15 de junio de 2008, en una vivienda del barrio Las Vacas.
Un incidente que se inició por una gaseosa, pero ese fue el detalle que indudablemente se transformó en el disparador de conflictos mayores.
Como bien dijo el inolvidable Gabriel García Márquez, no es infrecuente escribir crónicas de muertes anunciadas.

Las armas
También se realizó un relevamiento del tipo de armas o elementos utilizados por los menores de edad para cometer los crímenes. Y en este aspecto llamó la atención durante la elaboración de las estadísticas que los asesinos dispusieron  de un arma de fuego en idéntica proporción que de un arma blanca.
En los homicidios en ocasión de robo, en tres oportunidades emplearon armas de fuego y dos fueron dirimidas a los golpes.
Mientras tanto, las peleas que se dieron tanto entre pares como contra mayores de edad  fue posible establecer que dos se concretaron por el uso de armas de fuego, una a los golpes y cinco mediante la utilización de armas blancas.

Las víctimas
Un homicidio que no registraba antecedentes en los anales policiales, al menos por sus características, fue perpetrado no mucho tiempo atrás, el 27 de junio de 2013, y no volvió a repetirse otro similar.
Una mujer de 35 años junto a sus hijos, uno de ellos de apenas 16, habrían sido los protagonistas del ataque a la ex pareja de la madre de los jóvenes. Fue el día que encontraron agonizando, en una zanja en inmediaciones de las instalaciones deportivas del Sindicato de Luz y Fuerza, a Jorge Figueredo.
Lo llamativo de esta historia es que uno de los hijos de la joven madre -partícipe del crimen y actualmente detenido por la muerte de Figueredo- había a su vez protagonizado un enfrentamiento en el año 2012 –por entonces menor de 16 años– con otro hombre que murió un mes después, Lucas Cepeda.
La víctima tenía 24 años, y fue sorprendida por el adolescente, quien lo hirió con un arma blanca. Esa circunstancia se vio agravada cuando Cepeda escapó del Hospital luego de una intervención quirúrgica, pero un mes después regresó al centro asistencial público con una infección generalizada y murió a poco de llegar.

Más de dos
No siempre actuaron solos los menores de edad a la hora de delinquir. En más del 50% de los homicidios registrados durante prácticamente tres décadas en Junín, participaron  menores junto a mayores de edad, circunstancia que agravó la pena para los últimos, dependiendo de la edad y del grado de inimputabilidad del más joven, conforme la resolución en este sentido por parte de la Justicia de Menores.
De acuerdo con los datos valorados, el más pequeño de los adolescentes protagonista de un homicidio en nuestra ciudad tenía apenas 15 años de edad cuando cometió el delito. Y sólo se registró un hecho en el que un adolescente de 16 años acabó con la vida de un niño de 14. Fue la trágica noche en que a la salida de una matiné bailable, en Belgrano y Francia, fue asesinado Juan Andrés Mansilla con un arma blanca.

Los menores y el delito
El marcado crecimiento en el protagonismo de menores de edad en materia delictiva-que no sólo se advierte en Junín– requiere un profundo análisis y la implementación de políticas públicas que permitan prevenir la participación de los adolescentes en estos hechos y revertir la situación que cada vez compromete más a los menores en casos de violencia extrema.
Sólo con políticas que involucren a actores de las más diversas áreas y profundizando en los vínculos intra familiares, se podrá avanzar para no repetir un 2013 negro en la historia criminal de la ciudad.

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