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EN BUSCA DEL SABOR PROPIO

Cerveza artesanal: un fenómeno que ya se instaló en Junín

Hay tres marcas consolidadas y el público las pide cada vez más. Elaboradas de forma casera, trascendieron los límites de la Ciudad.

La receta tiene miles de años y es conocida en todo el mundo. Para hacer cerveza se necesitan cuatro ingredientes básicos: agua, malta, lúpulo y levadura. Pero ese es sólo un punto de partida en un universo en el que aún hay mucho por explorar.
En un fenómeno en plena expansión a nivel mundial, en Junín la producción de cerveza artesanal ya tiene sus referentes con tres marcas consolidadas: Dinant, 43 Ausgabe y Maikranz. Y el público local se anima cada vez más a dejar lo tradicional y embarcarse a la experimentación de nuevos sabores.
El éxito no sólo se ve puertas adentro. Es probable que al salir de la Ciudad, en Buenos Aires, Pergamino, La Plata, Rosario, Córdoba General Viamonte o Rojas, muchos encuentren las cervezas juninenses en bares, eventos o vinotecas.
Producirla no es fácil. Tampoco imposible. Es un proceso que requiere de mucho tiempo, atención, cuidado y, sobre todo, pasión. Es que desde que se pone a macerar, se fermenta y luego se embotella, hay cerca de un mes.

Dinant
Juan Pablo Ibañez tiene 35 años. En 2008, luego de varios viajes al sur en los que vió y escuchó cómo se producía la cerveza artesanal, se dio cuenta que podía hacerlo en su casa.
"Al principio pensás que no da, porque es algo muy complejo. Pero después de varios viajes me terminé de decidir y que de alguna manera tenía que aprender a hacerlo", dijo, en una entrevista con este diario en su fábrica.
Allí comenzó una investigación propia sobre el proceso y como varias cosas "no le cerraban", terminó haciendo un curso en Capital Federal.
En 2012, decidido por las muy buenas críticas de sus amigos, comenzó a venderla.
"Estuve esos cuatro años probando distintas cosas y me motivaron unos amigos de España, que fueron a una fábrica en Viedma, que vende en todos lados. Vieron que era en un garaje y se motivaron", contó. Entonces se decidió a instalar la fábrica en un ambiente de su casa. Antes, lo hacía en lo de su madre, en un espacio muy reducido.
Desde entonces, Dinant tuvo una muy buena recepción en distintos negocios de comidas y gastronómicos de la Ciudad que la ofrecen envasada.
"Estoy viendo la posibilidad de moverla más en barriles, en fiestas y eventos cerveceros", contó. Es que, para él, "el embotellado es de los peores procesos".
En Dinant, el proceso es totalmente manual. "Yo lo hago por gravedad.  Algunos, lo hacen con gas, que lo ponen en los barriles y llenan las botellas a contrapresión", explicó.
"El que utilizo yo es el más tradicional, que es la carbonatación natural. Se le vuelve a agregar alimento a la levadura y, al fermentar, genera dióxido de carbono, que se queda en la botella cerrada y eso genera el gas", dijo y agregó: "Si te pasás, por ahí la botella se revienta".
Lograr el punto justo es una cuestión de prueba y error.
Juan Pablo elabora la cerveza sólo. Él se encarga de todas las partes del proceso. "No me dedico solo a esto", dijo y contó que estudia diseño industrial en la Unnoba de Pergamino y hace trabajos para algunas empresas.
"Me gustaría dedicarle un poco más de tiempo. Yo estoy prácticamente solo. Por ahí no se me da muy bien el tema de la venta", reconoció.
Dinant tiene cuatro variedades embotelladas. La de trigo (rubia); la belga, que es un poco más ácida pero frutal; la ipa, que es una receta inglesa más amarga; y la negra, estilo inglés.
Además, en barril también produce otra variedad, tripel, que es una receta belga que incluye más malta y una mayor graduación de alcohol (cerca de los 9°).
"La que más sale es la rubia, por costumbre", dijo Juan Pablo. Aunque a él la que más le gusta es la ipa.

43 Ausgabe
La historia de esta cerveza arrancó en 2007, con Juan José Cava, de 50 años, y algunos amigos a los que les gustaba la cerveza casera y quisieron comenzar a producir una propia.
"Fuimos buscando cervezas artesanales en los bares: Antares, Barbarroja, Viejo Munich. Fuimos a la Fiesta de la Cerveza en Villa General Belgrano, Córdoba", contó Juan José a este diario.
"Ahí empezamos a cultivarnos del ambiente. Fue la edición 43 del evento. De ahí viene el nombre 43 Ausgabe. Significa '43 edición' en alemán", explicó.
"Compramos el primer kit, las maltas, los ingredientes y sacamos la primera. Rica, por cierto y con mucho orgullo", contó.
"Uno arranca haciendo cerveza para uno. Te gustó, salió buena, los amigos empiezan a consumirla, hasta que decís 'esto se puede comercializar' y arrancás", señaló.
En el caso de Juan José, que ahora continúa por su cuenta con el emprendimiento, se inclinó más hacia el lado de los eventos como ferias y festivales. Reconoce que "la botella te da presencia", pero prefiere trabajar con los barriles y la choppera.
"Trabajando afuera y acá tuvimos mucho crecimiento", contó.
Las variedades de la 43 Ausgabe son la kölsch (rubia), ipa, imperial stout, irish red y una rauch, (negra con maltas ahumadas).
"La que más sale siempre es la rubia. Si llevas 500 litros, 300 tienen que ser de esa", dijo Juan José.
El lugar que más eventos cerveceros concentra es La Plata. Allí se realiza el Oktoberfest, Saint Patrick's day, la Fiesta del Vino en Berisso y la Fiesta Regional de la Cerveza. Y el fin de semana pasado, 43 Ausgabe estuvo en Entre Ríos, en la Fiesta del Asado con Cuero. "Esto es un emprendimiento a futuro. Yo en realidad trabajo en otra actividad pero le pongo bastante fuerza y empeño", contó Juan José, que trabaja de distribuidor de copetín.

Maikranz
Leonardo Pelicates, de 41 años, comenzó con Maikranz en marzo pasado. Pero no es nuevo en el mundo de la cerveza artesanal, ya que comenzó junto a Juan José con 43 Ausgabe. Leonardo decidió abrirse de ese emprendimiento, pero siguió haciendo cerveza para él y sus amigos. Más tarde, su hermano lo incentivó a volver a la comercialización.
"Mi expectativa es dedicarme a esto", expresó el hombre, que ahora trabaja en La Serenísima. "A mí me gusta, lo hago entusiasmado", dijo.
"Cuando probás la cerveza que hiciste, te sentís realizado porque es laburo. Yo estoy solo. Lo hago con ganas. Podría elaborar 100 litros y basta, pero sin embargo termino y hago otra"afirmó.
Leonardo es muy detallista en todo el proceso de elaboración. Montó una fábrica casera en una vivienda de barrio Belgrano. En cada ambiente se realiza un proceso distinto. Es muy detallista –mandó a hacer etiquetas de excelente calidad y chapitas personalizadas– y hasta explica cómo hidrata la levadura con un agitador magnético.
El nombre de Maikranz se remonta a una tradición europea de colocar un árbol decorado en los pueblos, como símbolo de que se iniciaba la fiesta. La marca tiene cuatro variedades distintas. Rubia, roja (dulzona), negra (tostada y con sabor a chocolate) y ahumada (con un sabor fuerte).
Al igual que las demás, esta cerveza se consigue en varios lugares como Sabores Pampeanos, Don Enrique y Vicenta. Y por medio de un distribuidor también llega a otras localidades de la Región. 

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