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DOBLE CRIMEN

El “canillita” que fue testigo de la detención

Pasadas las once de la mañana, Enrique Alcaraz se encontraba junto a Mía en la esquina de Rivadavia y Tucumán e instantes después fue detenido por la Policía en ese mismo lugar.
Oscar Arrieta, dueño del puesto de diarios y revistas ubicado en la esquina de enfrente, fue testigo del episodio y contó que la presencia en esa zona del sujeto y la niña, a quienes había divisado varios minutos antes de que llegaran los agentes, le había llamado la atención.
“Estaban los dos tranquilos, en la vereda de la mueblería que está sobre calle Tucumán. Él (por Alcaraz) estaba acurrucado, como cubriendo a la nena para que no se mojara porque en ese momento llovía. Estuvieron ahí un rato y no se escuchaban gritos ni nada, incluso yo hasta pensé en hacerles un té y llevárselos para que se calentaran un poco el cuerpo porque me daba lástima que estuvieran a la intemperie”, relató Arrieta en diálogo con Democracia.
Pero mientras pensaba en preparar la infusión, el “canillita” observó la llegada de la Policía y un interrogatorio largo a Alcaraz. “Él les mostró un papel, hablaron algo que no alcancé a escuchar desde donde yo estaba y después se los llevaron a los dos en el patrullero. En ningún momento hubo resistencia ni se escucharon gritos ni esas cosas”, comentó Arrieta.
Para finalizar, el testigo señaló: “Yo estaba al tanto del caso Mía, pero no la reconocí porque él la tenía cubierta. Después me enteré y me quería morir, aunque lo más importante es que la nena está bien”. 

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