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LA MAESTRA QUE FUE ATACADA POR UNA MUJER POLICIA, MADRE DE UN ALUMNO

“El sistema educativo no hizo nada para prevenir esto”, dijo la docente agredida

Entrevistada en exclusiva por Democracia, Verónica cuestionó la labor de inspectores que –según ella- conocían los antecedentes de violencia del nene conflictivo y su madre y, sin embargo, “minimizaron el asunto”.

Verónica, la maestra agredida en la escuela primaria de Agustín Roca por una mujer policía, madre de un alumno, dijo que “el sistema educativo no hizo nada” para prevenir el ataque que ella sufrió el miércoles pasado en ese establecimiento.
La maestra denunciante le concedió ayer una entrevista exclusiva a Democracia, donde se explayó sobre los incidentes vividos el miércoles pasado y se quejó por la falta de seguridad a la que están sometidos los trabajadores de la enseñanza ante eventuales conflictos.
En palabras concretas, la docente –que pidió que su apellido sea mantenido en reserva para resguardar la tranquilidad de sus cuatro hijos- criticó la labor de los inspectores, a quienes acusó de “minimizar el asunto siendo que ya sabían de los antecedentes de violencia” que registraban el menor y su progenitora.

Rehenes del miedo
En septiembre de 2014, Verónica tomó el cargo de maestra de 5º y 6º grado en la institución de Agustín Roca, en lo que era su primera experiencia en la profesión. Pero este año, debido al temor que a las maestras de tercer grado les daba tener al nene conflictivo le pidieron a la directora que las corriera de ese lugar porque no querían tener problemas con el menor y mucho menos con la mamá.
“Nos citaron a mí y a una colega, nos plantearon esa situación y nos pidieron que tomáramos el puesto nosotros. Mi compañera le respondió que ella iba a permanecer hasta donde pudiera y yo les dije que iba a tratar de llevar adelante al grupo pero que necesitaba la ayuda del gabinete, de los directivos y de los papás, porque son situaciones de conducta y necesitamos especialistas como psicopedagogos o psicólogos”, empezó relatando la maestra.
Verónica afirmó que ni bien inició su labor con tercer grado empezaron a darse manifestaciones de violencia del nene, a quien calificó como “brillante en lo que hace al aprendizaje de lo pedagógico” pero con “muchos problemas disciplinarios”.
“Armé un taller de convivencia para que aprendiéramos a relacionarnos con el prójimo y que quien cometiera un exabrupto se diera cuenta de que esos actos no estaban bien, pero este alumno no acataba esos conceptos. Le ha roto anteojos a los compañeros y a algunos hasta los ha escupido y les ha pegado piñas en las costillas. Junto con eso, las notas que les eran enviadas a la mamá avisándole sobre el comportamiento de sus hijos nunca volvían firmadas; al contrario, ella acudía a la escuela siempre con intenciones de intimidar”, continuó señalando Verónica.
En cuanto a la madre del alumno, dijo que antes de embestir contra ella la vio “en situaciones muy tensas con la directora, al punto de que llegaba un momento en que parecía que la iba a agredir”.
“Decía que nosotros estábamos maltratando a su hijo y cuando le sugeríamos que le brindara atención profesional, nos decía que ella no iba a hacer nada. Todos los padres de los otros alumnos le tienen mucho temor porque son vecinos de ella, la conocen y dicen que es una persona muy violenta. Incluso las porteras que me defendieron el miércoles están aterradas porque todas viven allá”, resaltó Verónica.

“El sistema no hizo nada”
“Mi enojo es porque el sistema educativo no hizo nada. Desde que los nenes ingresaron se están elevando informes y no hay respuestas. ¿Qué hacemos con estos chicos que tienen problemas de violencia? Si son uno o dos, ayúdennos”, cuestionó la maestra.
Al respecto puntualizó que “la pasividad arranca en los inspectores del distrito. La situación se minimizó muchísimo cuando en realidad hay muchas víctimas”.
Volviendo al miércoles 30, cuando se originó el problema con la mujer policía, Verónica relató: “Ese día estábamos las tres desprotegidas y no sabíamos qué hacer. La mujer se me abalanzó como un puma, pensé que me iba a hacer picadillo. Es una mole y aparte está preparada para darme un golpe que me deje nocaut”.
Al respecto, la maestra consideró que resulta “cada vez más necesario un mecanismo de protección porque sabemos que la sociedad está violenta y es lógico que el sistema educativo deba generar más herramientas de seguridad para nosotros. Ya hay otras compañeras que pidieron que se le restrinja el acercamiento de esta mujer. Mis compañeras están con mucho miedo. La directora me dijo que así como me tocó a mí le podría haber tocado a ella, y lo dijo muy preocupada”.

Seguirá trabajando

En cuanto a su futuro, expresó: “Lo mío es vocación. Es trabajar de lo que te gusta y encima que te paguen, aunque te paguen poco. Tengo licencia por unos días, un descanso que me sirve para acomodar la mente y el cuerpo de tanto dolor. Yo voy a volver, el resto se tiene que ocupar en brindar seguridad y en cumplir sus funciones como corresponde”.

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