El Mal de Parkinson es una enfermedad que se trata de acuerdo a un plan farmacológico adecuado a cada cuadro, y prescripto por su neurólogo de cabecera y un programa de estimulación neurocognitivo-motriz personalizado e intensivo el cual se desarrolla en centros especializados.
Y es precisamente sobre este tipo de estimulación donde últimamente han surgido avances significativos a partir de un enfoque multidisciplinario como principal abordaje de esta compleja patología, de acuerdo a lo señalado por la especialista platense María Silvina Rangel.
“Permanentemente se avanza sobre el conocimiento y el abordaje de la enfermedad de Parkinson, así como las estrategias de rehabilitación neurocognitivo-motriz”, indica la Dra. Rangel.
Abordaje multidisciplinario
En ese sentido, la experta explicó que se están creando centros de atención en los que “el objetivo principal es brindar rehabilitación específica para personas que padecen enfermedad de Parkinson en sus diferentes estadios, teniendo como prioridad una estimulación integral física, cognitiva, fonoaudiológica y emocional, con la supervisión de un médico fisiatra, un neurólogo, un psiquiatra y un psicólogo”.
Para la Dra. Rangel, actualmente el mejor tratamiento del Parkinson, además del aspecto medicamentoso, debe “incluir el abordaje en áreas como terapias física y ocupacional, clínica de memoria, fonoaudiología/deglución, psicología, fisiatría, neurología, psiquiatría/psicología, y enfermería”.
Metas realistas
“El paciente, su familia, el médico de cabecera deben trabajar en forma conjunta para definir metas realistas y lograr el m ás alto nivel funcional posible”, enfatizó.
La especialista indicó que el Parkinson es un “trastorno neurodegenerativo crónico que conduce con el tiempo a una incapacidad progresiva, producido a consecuencia de la destrucción, por causas que todavía se desconocen, de las neuronas pigmentadas de la sustancia negra. Frecuentemente clasificada como un trastorno del movimiento, la enfermedad de Parkinson también desencadena alteraciones en la función cognitiva, en la expresión de las emociones y en la función autónoma”.
“Esta enfermedad representa el segundo trastorno neurodegenerativo por su frecuencia, situándose por detrás de la enfermedad de Alzheimer. Está extendida por todo el mundo y afecta tanto al sexo masculino como al femenino, siendo frecuente que aparezca a partir del sexto decenio de vida. Además de esta variedad tardía, existe otra versión precoz que se manifiesta en edades inferiores a los cuarenta años. En la actualidad, el diagnóstico está basado en la clínica, puesto que no se ha identificado ningún marcador biológico de esta enfermedad. Por ello, el diagnóstico de la misma se apoya en la detección de la característica tríada rigidez-temblor-bradikinesia y en la ausencia de síntomas atípicos, aunque también tiene importancia la exclusión de otros posibles trastornos por medio de técnicas de imagen cerebral o de analíticas sanguíneas. En el año 1997, la OMS estableció que el 11 de abril se celebraría el Día mundial del Parkinson, con el objetivo de acrecentar la concientización de l as neces idades de las personas aquejadas de esta dolencia. Fue esta la fecha escogida al coincidir con el nacimiento de James Parkinson, el médico que describió por primera vez” la enfermedad, añadió.
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