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REUNIÓN CON JUBILADOS

Promueven acciones para romper con el aislamiento del adulto mayor

Estudios realizados a nivel internacional señalan que el apartamiento social de los ancianos empeora su salud física y psíquica.

En el marco de los encuentros con adultos mayores organizados por el Programa de Educación y Promoción de la Salud de Adultos Mayores (PEPSAM), se realizó uno de estos en el Centro de Jubilados Zona Norte de nuestra ciudad, con la asistencia de varios funcionarios de distintas áreas.
Abordaron los problemas más comunes que tienen la gente de la tercera edad, entre los que se destaca el aislamiento en el que viven muchos de ellos.
Raquel Castro, directora del PEPSAM instó a los presentes a continuar con su formación: "A partir de la salida del mundo laboral, o desde que los hijos se van de la casa y aparece el famoso nido vacío, pueden aparecer preguntas como '¿ahora qué hago?'. Por eso el espacio educativo que brinda la Universidad los incluye y permite estar de otra manera en el mundo actual".
Por su parte, Ana Lamacchia, docente de UNNOBA y mediadora del Ministerio de Justicia de la Nación,  instó a pensar en la importancia del diálogo y la formación de grupos humanos para romper con el aislamiento al que muchas veces el adulto mayor se ve sometido.
También estuvieron presentes integrantes del Centro de Jubilados Zona Norte (Quintana 1335, el abogado Andrés Rosa, director de Atención a la Víctima de la Municipalidad de Junín; el concejal José Luis Itoiz y Cecilia Herón, directora del área de Tercera Edad y Discapacidad de la Municipalidad.
La reunión consistió en una presentación conjunta sobre los contenidos del PEPSAM, las actividades que realiza la Dirección de la Tercera Edad de la Municipalidad y un análisis sobre seguridad, violencia y resolución de conflictos. Todos temas que atraviesan a los adultos mayores. Están previstos más encuentros en otros centros de jubilados de Junín durante el mes de octubre.

El aislamiento, visto por especialistas

Según los geriatras y gerontólogos reunidos en el Congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología en San Sebastián (junio de 2015), la soledad y el aislamiento social de los ancianos constituye un factor de riesgo que conduce a la depresión, el deterioro cognitivo, la morbilidad y la mortalidad.
«La soledad puede verse incrementada a lo largo del ciclo vital por factores asociados a los estilos cognitivos o a la personalidad de las personas o a la ocurrencia de sucesos vitales significativos como, por ejemplo, la jubilación, enfermedades o asumir la tarea de cuidar de un familiar dependiente», afirma el profesor Andrés Losada Baltar, del Área de Psicología Clínica de la Universidad Rey Juan Carlos y coordinador del grupo de investigación Cuid-Emos. «Estas circunstancias pueden favorecer la ocurrencia de cambios significativos en las vidas de las personas que, finalmente, pueden provocar la emergencia de sentimientos de soledad».

Señales de alerta
Como características comunes entre estas personas mayores que sufren esta forma de aislamiento, los expertos enumeran:
1. No tienen visitas de familiares o reciben una visita mensual de alguien conocido de su entorno social.
2. Sufren problemas de salud asociados a la soledad, como depresión, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y demencia.
3. Tienen problemas de movilidad, un mayor peligro de caer y de sufrir fracturas.
4. Están peor alimentados, pues suelen tener problemas económicos.
5. Tienen peor higiene.
Entre las conclusiones del 57º Congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y XIV Congreso de la Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología Zahartzaroa, se ha reclamado enfrentar este problema social que influye en la salud y en la calidad y esperanza de vida de los ancianos y buscar fórmulas para gestionar la soledad y prevenir sus consecuencias.

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