Una ciudad que ya no es la misma

Hace casi dos años, un suceso sin precedentes en la historia de Junín marcó a fuego a la ciudad. El crimen de Karen Campos, una adolescente de 17 años que fue baleada durante un robo en el kiosco en el que trabajaba, desató una pueblada que dejó como saldo varios heridos, el incendio de la Comisaría 2a., la Municipalidad, los Tribunales, el Banco Provincia y saqueos a comercios. El asesinato de Campos había ocurrido en medio de una ola de asaltos y muertes en ocasión de robo.
El episodio derivó en un recambio de toda la cúpula de la policía y el envío de mayores recursos –como más personal y patrulleros– por parte del Ministerio de Seguridad bonaerense al distrito.
No obstante, la violencia y los delitos continuaron en aumento, tendencia que se refleja en las estadísticas oficiales.
En abril pasado, Junín otra vez fue noticia nacional por la brutal golpiza que sufrió Naira Cofreces, de 16 años, a la salida de la Escuela Secundaria 5. El caso no fue aislado: fue, entonces, el quinto hecho de violencia que terminó con la muerte de un joven.
Esos acontecimientos, a la par de los asaltos a comercios, taxistas, entraderas y arrebatos, motivaron por parte del Ministerio de Seguridad bonaerense el envío de más personal y la creación de nuevas fuerzas como el Comando de Prevención Comunitaria (CPC), el Grupo Motorizado Junín (GMJ), la Policía Local, el Comando de Prevención Rural (CPR) y hasta la implementación del Operativo Sol para el Parque Natural Laguna de Gómez.

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