None
ANÁLISIS POLÍTICO DE LA SEMANA

Novelas sin final y arranque de un proceso de revisión

Martín Insaurralde ha dado muestras de su fe oficialista en el Congreso.
Su decisión de alinearse con el kirchnerismo en la votación de la polémica ley de Abastecimiento, lo volvió a dejar en el centro de todas las especulaciones y pareció alejarlo sin remedio de Sergio Massa.
Pero la novela que protagoniza el lomense no tiene su final escrito.
Nadie, aún con ese gesto contundente que enojó a Massa, se atreve a descartar que terminen limando asperezas y coronen los coqueteos que venían manteniendo en los últimos meses.
En el búnker de Tigre están que trinan con Insaurralde. Con la idea de que el diputado no se viera obligado a votar una ley resistida por la mayoría de la oposición, el campo y diversos sectores empresarios, se comenta que se le había ofrecido “armar” un congreso sobre políticas públicas en el exterior del país. Dicen que dirigentes cercanos al intendente massista de Olavarría, José Eseverri, eran los encargados de articular el esquema de contención para sacar del país al lomense.
Pero la movida finalmente se cayó, e Insaurralde optó por conservar su alineamiento con el Frente para la Victoria.
No fue casual que al otro día de la votación el candidato presidencial diera vía libre para desplegar algunas acciones sobre Insaurralde: abrió la canilla para que brotaran durísimas críticas hacia el legislador y habilitó a Darío Giustozzi, uno de los dirigentes de su espacio que más resiste al lomense porque también quiere ser gobernador, a calzarse el traje de candidato en una actividad que se desarrolló en la Legislatura rodeado de diputados y senadores del Frente Renovador donde anunció un plan contra las inundaciones, un flagelo que azota por estos tiempos a media Provincia.
En el oficialismo bonaerense se preguntan si cambió en el FpV la consideración hacia Insaurralde tras la votación. En rigor, el lomense sigue siendo objeto de desconfianzas.
Y él mismo desconfía de quedar prisionero de la lógica sin reglas que suele imponer el kirchnerismo a la hora del armado de las listas.
“Martín quiere condiciones claras. Si las hay, va las Paso en el FpV”, señalan cerca suyo.
Por lo pronto, se dice que está en proceso de armado de un partido propio. ¿Y si no va dentro del FpV ni con Massa?. ¿Podría llevárselo el cordobés José Manuel de la Sota que estuvo durante tres días recorriendo el Conurbano esta semana en busca de potenciar su candidatura presidencial?.

Vuelta con novedades

Daniel Scioli tiene previsto retornar hoy al país tras su periplo europeo.
Será tras una semana tormentosa para su administración en la que se mezclaron marchas y contramarchas,aclaraciones, desmentidas y discusiones con finales abiertos con la oposición y sectores del ultrakirchnerismo.
Distintos temas vinculados al ámbito educativo dejaron expuesta la gestión bonaerense a la lupa nacional.
El polémico cambio a la forma de evaluación y promoción en las escuelas, un asueto inoportuno por el Día de la Primavera que quedó sin efecto y una ley que habilita a dar clases a docentes sin título en establecimientos comunitarios, dejó en el ojo de la tormenta a la directora general de Educación, Nora de Lucía.
La funcionaria fue apuntada por propios y extraños y hay quienes creen, incluso en el gabinete bonaerense, que podría cambiar de funciones en breve.
Fuentes sciolistas admiten que esa probable variante podría venir acompañada de otras. El presidente del Instituto Cultural, Jorge Telerman, pasaría a cumplir un rol más activo en la campaña presidencial del Gobernador. Sería una suerte de vocero, un rol que ya supo cumplir con Eduardo Duhalde.
Por estas horas, además, está en pleno proceso de revisión la actuación policial frente a la innegable avance del delito. Se dice que el ministro de Seguridad Alejandro Granados, tendría la decisión de introducir reordenamientos y desafectaciones en varias Departamentales en busca de mejores resultados frente a la inseguridad.

La UCR, en llamas

A estos tiempos revueltos de la política bonaerense también aporta el radicalismo. A dos semanas de la interna llamada para renovar autoridades partidarias, sigue sin aparecer un escrutinio definitivo y la tan temida judicialización de la puja entre Ricardo Alfonsín y sus opositores parece a la vuelta de la esquina.
El hijo del ex presidente ganó la elección y esa situación es admitida por todos. Pero no hay acuerdo en torno de los porcentajes que obtuvo el vencedor y los que cosechó la propuesta opositora liderada por Daniel Salvador. Los alfonsinistas aseguran que ganaron con el 65% de los votos contra el 35% de sus desafiantes. Las huestes de Salvador afirman que fue por un margen mucho más estrecho: 54 a 46%.
La pulseada ya no remite a si una  de las listas tendrá un asiento más que la otra en la mesa de conducción del Comité Provincia. Lo que está en juego es la legitimación del liderazgo de Alfonsín y, en el fondo, su posición refractaria a cualquier acuerdo con Mauricio Macri.
Dicen en la UCR que hubo una negociación para evitar la intervención de la Justicia electoral con la que amenaza Salvador. Y que el alfonsinismo aparecía dispuesto a admitir el 46% al que se abrazan sus opositores a cambio de que aceptaran la derrota en dos comités estratégicos: La Matanza y Lanús.
Fuentes radicales señalan que allí se cortó el diálogo. “No nos pueden decir que aceptemos perder en lugares que ganamos”, braman cerca de los antialfonsinistas.
La puja amenaza con encastrar todo el proceso electoral. Y en la denuncia que podría terminar en la Justicia dicen que se mencionarían dos casos emblemáticos de presuntas irregularidades. “En Florencio Varela las escuelas no se abrieron y se terminó votando en un auto”, dicen cerca de Salvador. También mencionan el caso de un distrito donde, aseguran, votó llamativamente la mitad del padrón cuando el promedio de participación en la Provincia no superó el 8%.
Pero en el radicalismo hay dirigentes que están desvelados por la cuestión electoral y las chances de conservar espacios de poder en los distritos.
Hay intendentes que ven con buenos ojos posibles acuerdos locales con el PRO. Y buscarían tener algún margen de maniobra para concretarlos.
Casi a modo de anticipo, algo parecido se precipitó en Villarino: el ex intendente radical Jorge Simoni, acaba de anunciar que será candidato de Macri en 2015.
Otros miran a las Primarias y pretenderían armar listas colectoras: esto es, que se les permita ir colgados de todos los candidatos presidenciales del Frente Unen.
Ninguno, en definitiva, quiere quedar atrapado de una lógica provincial que los condene, quizás, a la derrota. 

COMENTARIOS