Alarma en Junín por la gran cantidad de vehículos que pasan semáforos en rojo

El tránsito caótico de Junín tiene un capítulo que no es abordado con tanta profundidad como otros, aunque encarna un gran riesgo. Se trata de los vehículos que pasan semáforos en rojo, una transgresión grave que se hace cada vez más frecuente.
Un relevamiento realizado por Democracia refleja que en una hora, pueden cruzar de manera indebida hasta 56 motos y 10 autos.
Los números resultan, entonces, elocuentes.
Referentes en la materia opinan que se trata de una cuestión que a esta altura ya es cultural, y muestran su esperanza en el sistema de fotomultas que se implementará en el futuro, que podría ayudar mejorar estos índices.

Los números

Democracia eligió cinco esquinas de la ciudad al azar, en donde observó durante una hora la circulación vehicular y verificó la cantidad de vehículos que no respetan los semáforos.
El jueves pasado, entre las 16:40 y las 17:40 cruzaron 450 motos y 460 autos, camionetas y camiones por la esquina de las avenidas Alvear y República. Durante ese tiempo, 56 motos y 5 autos pasaron semáforos en rojo.
El relevamiento continuó el mismo jueves, en la intersección de la Avenida San Martín y Comandante Escribano. Allí, en una hora pasaron 485 motos y 920 autos. En este caso, 37 ciclomotores y 8 autos se adelantaron con luz roja.
Entre las 10:30 y las 11:30 del viernes, circularon por el cruce de Ruta 7 y Benito de Miguel 196 motos y 1.239 autos. De ellos, 12 motos y 10 autos transgredieron el semáforo.
La observación continuó el viernes entre las 18:10 y las 19:10 en la esquina de Arias y Primera Junta. En esta oportunidad se contabilizaron 324 motocicletas y 602 autos, de los cuales, 34 motos y 1 vehículo no respetaron el semáforo.
Por último, ayer, entre las 10:15 y las 11:15 se desarrolló la última etapa de este recorrido, en la intersección de las avenidas Rivadavia y Libertad, donde se registró el paso de 440 motos y 611 autos. En este caso, 35 ciclomotores y 10 automóviles violaron la señal lumínica.

Apuesta a las fotomultas

Para el secretario de Gobierno local, Mauro Gorer, “hay una cuestión cultural” en el tema de la transgresión a las normas de tránsito, al tiempo que advierte “empieza a haber una falta de respeto por la norma y por la valoración por la vida”.
En tal sentido, sostiene que hay “una profunda preocupación por esto de que ya no se respetan ni los semáforos”.
El funcionario comunal señala que se está trabajando particularmente en esta problemática en un proyecto conjunto con el equipo interdisciplinario de una clínica local que trabaja en la rehabilitación de accidentados.
“A pesar de la educación, la prevención y los controles –explica Gorer– la gente no toma conciencia y nosotros nos preguntamos por qué pasa esto. Un especialista nos explicaba que está lo que se llama ‘neurona refleja’, sobre la que hay que trabajar para modificar esa voluntad. Por ejemplo, cuando alguien está en un semáforo y ve que el de al lado se adelanta un poco, uno lo sigue y pasa, y recién ahí ve que está en rojo. Eso se llama neurona refleja. Esto hace que se repita esta acción sin que se tome conciencia del peligro que implica. Por eso estamos trabajando con este equipo, para ver qué cuestiones tenemos que trabajar nosotros en los cursos de educación vial, para empezar a paliar esto que nosotros advertimos que es, tal vez, una de las faltas más grave”.
Para estas transgresiones es que el municipio adquirió un sistema de fotomultas que, según lo expresa el secretario de Gobierno, “se encuentra en etapa de prueba”, por lo que está instalado en algunas esquinas, aunque “todavía no están en funcionamiento”.
Gorer afirma que “sin lugar a dudas, cuando se comience a multar, se va a ver una mejoría”.
Desde su óptica, era necesaria la incorporación de este sistema: “El problema de esta infracción es que no existe la posibilidad humana de control, porque no podemos poner un inspector en cada semáforo. Por eso recurrimos a la tecnología. Tal vez no sea una de las multas que más se puede verificar hoy, pero las fotomultas harán que se optimicen los recursos y no tengamos que destinar un inspector ahí”.

Las tres “C”

Por su parte, el doctor Juan Carlos Petrelli, quien está a cargo del Juzgado de Faltas N° 2, opina que, de acuerdo a lo que él ve, “en el 90% de los casos, son las motos las que no respetan los semáforos”.
Para Patrelli, el problema del tránsito “hay que manejarlo con las tres C”, y profundiza: “Las tres cosas que deben primar son conocimiento, conciencia y control, si falla una de ellas, no funcionan. Si no juegan las tres al mismo tiempo o concomitantemente, el tránsito no va a mejorar. Con el control solo no alcanza, de hecho se ve una gran cantidad de reincidencia, es decir que no funciona la multa, el quitar la licencia o el secuestro del vehículo”.
El titular del Juzgado de Faltas coincide en que “el del tránsito es un tema cultural”, porque “nunca se le dio importancia a las contravenciones por multa, como sí sucede en otros países”.
Con todo, subraya que “pasar un semáforo en rojo, al igual que la alcoholemia positiva, es una de las infracciones más graves porque ahí no sólo está en riesgo la vida del que conduce, sino también la de un tercero absolutamente inocente y desprevenido que a lo mejor va con todo el cuidado y la prudencia del mundo, respetando las normas de tránsito y cuidando a su familia, y por la negligencia de uno puede ser chocado”.