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ANTICIPOS ECONÓMICOS

Volvió el temblor al mercado cambiario

El temblor que sacudió esta semana el mercado cambiario y llevó el dólar blue a 15 pesos hizo  recordar los días más aciagos de enero y abrió un interrogante acerca de los próximos pasos que deberá tomar el Gobierno nacional para descomprimir las tensiones.
Desde junio último, cuando la Corte de los Estados Unidos rechazó tomar el caso judicial que enfrenta a la Argentina con los fondos buitre, todo parece haber empeorado.
Desde aquel momento se profundizó la caída en la producción industrial -que un reciente informe privado la ubica en el 6%-, se recalentó el mercado cambiario, se mantuvo la tendencia alcista de los precios y se agudizó la hostilidad de los fondos buitre contra la Argentina.
En medio de ese clima, el litigio judicial con los fondos buitre tuvo otro capítulo en los tribunales norteamericanos, donde parece difícil tener alguna razón.
 Allí, ante un pedido del Citibank para saber qué hacer con futuros vencimientos de deuda, la Corte de Nueva York evitó adoptar un pronunciamiento y devolvió todo al juez Thomas Griesa, que hace tiempo se convirtió en una pesadilla para el Ejecutivo.     
Difícilmente, el magistrado pueda tener una postura favorable y es por eso que la Argentina, aunque haga el depósito, no podrá conseguir que los bonistas cobren los 200 millones de dólares que vencen el 30 de septiembre.
Fiel a su estilo, el Gobierno redobló la apuesta y acusó del clima de incertidumbre a una conspiración encabezada por la embajada de los Estados Unidos y los fondos buitre, con la colaboración de una empresa aérea y algunos representantes nacionales.
Sin vueltas, Cristina Kirchner denunció que los fondos buitre buscan desestabilizar el Gobierno y propiciar un clima de incertidumbre.
Días atrás les había apuntado a las cúpulas gremiales de haber estado alentando inestabilidad social y levantamientos, a partir de su viaje al Vaticano.
El mayor sacudón se sintió en el mercado cambiario: el dólar blue alcanzó una marca histórica de 15 pesos y una brecha irrespirable de casi 80% con el valor oficial de 8,44 pesos, generando mayor presión y riesgo de devaluación.   
Esta vez, el Gobierno parece decidido a plantarse y evitar bruscos cambios en la divisa para que no termine impactando en los precios.
Al fin y al cabo, la devaluación del 23% que sufrió el peso en enero afectó a los sectores más desprotegidos de la sociedad y no mejoró la supuesta “competitividad” argentina.
“A 15 pesos es un dólar caro”, aseguró la economista del estudio de Bein Marina Dal Poggeto, y aclaró que se trata de “un mercado pequeño”.
La especialista dijo que “dada la situación de las reservas, lo que miran los mercados es la solvencia y otros miran el vaso medio vacío”.
La sensación es que el valor del blue está inflado y refleja la situación general del país, pero de cualquier manera repercute y distorsiona la economía.
A tal punto distorsiona, que en la primera quincena de septiembre se vendió más cantidad de dólares a través del sistema oficial que en agosto, el mes de mayor comercialización de divisas desde que se implementó el sistema en enero.   
El enrarecido clima cambiario que se vivió toda la semana no impidió al Gobierno seguir adelante con el proyecto de ley -aprobado por el Congreso- que modificó las normas sobre abastecimiento y consumo, duramente criticada por las cámaras empresarias.
En un principio, las entidades que agrupan a los principales grupos empresarios advirtieron que la nueva legislación sería un golpe durísimo para las pymes, por lo que el Gobierno decidió excluirla.
Ahora, la advertencia de los empresarios está dirigida a que el Gobierno pretende, con esta ley, salir a confiscar los silobolsa que los productores de soja mantienen sin liquidar.
Según distintas estimaciones, los ruralistas tendrían alrededor de 27 millones de toneladas de soja sin liquidar y eso se traduce en miles de dólares que no ingresan al país y que permitirían calmar el embravecido mercado cambiario.    
Esta escasez de dólares está impactando directamente en la actividad industrial y uno de los sectores más afectados es el automotriz.
En el sector automotriz -el que más influye en la actividad manufacturera-, el retraso en los pagos al exterior llegaría a unos 2.500 millones de dólares.
Según un informe del Centro de Estudios Económicos, en agosto la producción industrial se desplomó 6,1%, arrastrada en gran medida por el rubro automotriz.
“Estamos cayendo en una recesión. Hay que seguirlo de cerca para intentar revertirlo”, admitió el economista de la Gran Makro, Agustín D Atellis, quien suele tener posturas cercanas al Gobierno. 

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