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MARKETING APLICADO

Amor.

La marca como valor subjetivo.

Así en la vida personal como en la relación entre los consumidores y las marcas, las elecciones no siempre están reguladas por decisiones racionales. Próximos al día de la primavera y a riesgo de ponerme cursi le dedico esta columna al amor.
“Florecen” sobre tierra fértil producto de la tarea de quienes se eligen porque ven algo “más” en esa relación. Las marcas “aran” la tierra para imponer una semilla en las mejores condiciones. La paciencia y sobre todo la coherencia profesional generan los primeros brotes que entusiasman. Surge la “flor” como resultado de esa sabiduría, muestra cabal del amor.
El recorrido de las marcas es tal cual la descripción, camino de superación de las características genuinas del producto que en muchos casos no poseen ningún diferencial para ser elegidos por sobre otros.
Acaso me pregunto cuáles serían los resultados si expusiéramos, despojados de su etiqueta, a una serie de recipientes con bebida cola sobre la mesa. Quizá el resultado no justifique la elección, que claramente está condicionada por la acción “marcaria” de identificación. El mismo ejemplo podría llevarse a las mayonesas, la mostaza y tantos otros productos que nos “hablan” desde la góndola.
“¿Qué trajiste?” dicen en casa cuando traicionamos a una marca que ocupó el lugar central de la mesa dominguera. No hay justificación posible, el amor es el amor y por más argumentación lógica que el acusado pretenda ensayar será abucheado con despojos de pan.
El amor en la vida personal como en la elección de marcas. Una decisión que no tiene refugio racional sino que se defiende con argumentos limitados; regulados por una historia en común: la quiero sólo porque la quiero a ella y a nadie más. No se trata de una cuestión azarosa, por el contrario ella estuvo ahí cuando eras chico, se mezcló en tu primer gol, el primer beso o quien sabe en qué lugar de tu vida. Una marca que dejó huella y es irreemplazable así como el amor que llegó en el momento justo; ni antes ni después.
Marcas que dejan huella desde la emoción que despoja a la razón y se instalan como condicionantes de la elección.
Feliz día de la primavera para todos.

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