El humorista sigue cada una de las tardes a Fernando Bravo en el programa Bravo. Continental por radio Continental, recreando un humor judío goy incluso en la mirada de un gran observador de la vida diaria. En sus inicios realizaba stand up y monologaba en fiestas privadas, hasta que en 2007 formalizó sus estudios y hizo un curso con Carlos Balmaceda, patrocinado por Quique Grinberg, quien lo recibió pese a que sobrepasaba el límite de edad.
Moldavsky mira la vida por medio del humor y la canción, en compañía del talentoso músico y vocalista Chelo Ka.
-¿Cómo es la vida según Moldavsky?
-Es una mezcla de humor y canción, que poseen un condimento judío apto para todo público, con humor sobre las diferencias entre paisanos y no paisanos, empero con canciones de las que comprendemos todos, temas como las parejas, el amor, el fogón, en fin, de todo un poco, con la iniciativa que todos se identifiquen con una o más situaciones.
-Es realmente impresionante, imposible de imaginar el alcance que tiene la radio, en cualquier sitio del territorio o en varias ocasiones de todo el mundo con argentinos que permanecen fuera del territorio y te escuchan.
-¿Existe un humor judío o el humor es uno solo?
-Decir que algo judío es exclusivo es una contradicción en sí misma, hay una cantidad enorme de maneras de sentir y ver el judaísmo y aquel humor las tiene. Tiene algunas bases, nos reímos de nosotros, mezclamos calamidad con humor, es de mucha imaginación, dobles sentidos como cualquier humor, empero con aquel condimento, que mueve prejuicios y se ríe de eso que da vueltas por allí.
-¿Cómo analizás el fomento que tuvo el stand up en los últimos años?
-La verdad no lo he pensado, lo vivo feliz, me fascina ver que hay mucha gente talentosa que lo hace, únicamente requerimos un micrófono, somos un gremio económico, y visiblemente hay un público que responde, que se identifica. La mezcla de mucha gente copada y dicha demanda explica este aumento.
-¿Quiénes fueron y son tus referentes en el momento de hacer humor?
Alberto Olmedo, Tato Bores, Adolfo Stray, Roberto Fontanarrosa, Capusotto, Jorge Schussheim.
Me gustan mucho los de acá, un espectáculo de Les Luthiers, una funcionalidad del Minino Peters, un programa de Capusotto, me ponen de bastante buen humor.
-¿Qué representó para vos la Peña Shmeña?
-La gran causa por la que me permanecen realizando esta nota, el inicio de mi carrera, haber compartido escenario y haber aprendido todo de mi maestro Jorge Schussheim, mucho de lo cual hoy vivo surgió en Peña Shmeña, es como la primera obra de cualquier actor o el primer partido de un jugador.
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