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LA PROVINCIA | ANÁLISIS POLÍTICO DE LA SEMANA

Cuentas y especulaciones en un territorio esencial

“Estamos mejorando en el Conurbano y eso explica por qué todas las encuestas dan cuenta del crecimiento sostenido en el país”. Cerca de Mauricio Macri celebran la novedad y señalan que esa tendencia, por ahora incipiente, pone al jefe de Gobierno porteño en condiciones de competir palmo a palmo con Daniel Scioli y Sergio Massa en la carrera por llegar a la Casa Rosada.
Los números que manejan en el macrismo indican que su candidato ha logrado, por fin, perforar el módico 9% de intención de voto que oficiaba desde hace ya algún tiempo como un techo infranqueable en el populoso Gran Buenos Aires. Y que, por el propio peso poblacional de este conglomerado, le restaba chances nacionales de coronar la empresa 2015
Ese corset, aseguran, cedió. Y parte de la estrategia de trasladar la imagen de Macri al renglón clave de la intención de voto, habría comenzado a dar los primeros resultados según dicen en los laboratorios macristas.
Con una ponderación personal positiva superior al 50% y una consideración favorable de su gestión que orilla el 70% de acuerdo a los números del PRO, el Conurbano suponía un agujero negro. Macri afrontaba enormes dificultades para traducir aquellos porcentajes en una probabilidad de voto respetable. Parte de ese problema, dicen cerca del ex presidente de Boca, está en vías de resolución.
Esos datos surgidos de los últimos sondeos que maneja el PRO decidieron a Macri intensificar su presencia en el Conurbano. De hecho, esta semana prevé visitas a San Martín y Merlo en busca de profundizar aquella tendencia.

Nombres nuevos
El jefe de Gobierno porteño emitió en los últimos días renovadas señales en relación a su estrategia electoral bonaerense. Su paso por La Plata fue por demás revelador: visitó una fábrica de cerámicos y sugirió a sus dueños que deberían empezar a participar en política.
La idea de Macri de sumar independientes que robustezcan su proyecto, lo llevará en los próximos días a Saladillo donde, trascendió, está en conversaciones para llevar como candidato a intendente a Julio Olarticoechea. El “Vasco” fue uno de los pilares de la Argentina campeona del mundo de 1986 y es un vecino fuertemente identificado con su ciudad.

La teoría del pase
Mientras sigue escribiendo capítulos la novela del posible pase del diputado nacional Martín Insaurralde al massismo, cerca de Macri miran con expectativa el desenlace del culebrón.
Creen que, lejos de robustecer las chances de Massa por la llegada del dirigente que más mide en la Provincia de los que tienen aspiraciones de llegar a la Gobernación, terminará poniendo en “blanco sobre negro” los alineamientos políticos de cara a la sociedad.
“El pase nos va a beneficiar”, se entusiasman cerca de Macri, donde especulan que la llegada del ex intendente de Lomas de Zamora al massismo terminará por ubicar al diputado nacional de Tigre en las orillas del PJ.
“Tenemos detectado que un buen porcentaje de gente que votó a Sergio lo hizo por opositor al Gobierno. Si llega Insaurralde podría empezar a perder el favor de los independientes que no quieren saber nada con el peronismo”, razonan.
Creen que esa situación ubicará a Massa en otro costado del escenario electoral: peleando el voto peronista con Scioli y no disputando el electorado con el PRO.

Señales
El Gobernador, en tanto, plasmó ayer en Teatro Argentino una nueva movida de campaña con todo su gabinete donde procuró exhibir los puntos salientes de su gestión y buscó confrontar la complejidad de administrar la Provincia con las tareas de gobierno que enfrentan Macri en Capital Federal o Massa en Tigre aún cuando formalmente no esté en funciones.
Sin embargo, el dato político del cónclave sobrepasó las críticas de Scioli a sus contendientes y se centró en la sucesión del propio mandatario. El Gobernador sentó junto a él no sólo a su esposa Karina Rabolini (¿será candidata?) sino también al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, y al vicegobernador Gabriel Mariotto, dos de los que están anotados en la carrera por la Gobernación.
“Les dejo una provincia mejor”,  dijo dirigiéndose a ambos dirigentes, a quienes mencionó como aspirantes a sucederlo. Otra señal más en el sentido de que el sciolismo ya descuenta la partida de Insaurralde.

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