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EDUCACIÓN

Afirman que por la AUH hay más chicos en las aulas pero no mejora la calidad

Referentes educativos analizan la influencia del programa en Junín. Advierten un incremento en la matrícula, aunque se critica que esto no ayudó a mejorar el nivel académico. Dudas en los controles sobre las ausencias y abandonos de los alumnos.

Es probable que la Asignación Universal por Hijo (AUH) sea la medida con más consenso de las que implementó el Frente para la Victoria en sus casi once años de mandato.
Más allá de discusiones sobre su ejecución, alcances o montos, lo cierto es que desde los más diversos sectores políticos se acepta como positiva la entrega de este beneficio.
Se trata de un aporte económico correspondiente a los hijos de las personas desocupadas, que trabajan en negro o que ganan menos del salario mínimo, vital y móvil. Como contraprestación, se debe controlar la asistencia de los beneficiarios a la escuela, que se realicen controles periódicos de salud y cumplan con el calendario de vacunación obligatorio.
La puesta en marcha de este programa –desde finales de 2009– tuvo un fuerte impacto en las escuelas, en donde la matrícula tuvo un interesante crecimiento.
Sin embargo, algunos referentes del ámbito educativo local, que reconocen ese impacto, sostienen que esto no ayudó a mejorar el nivel académico.
Asimismo, hay cuestionamientos a los controles sobre las ausencias y abandonos de los alumnos.

Impacto de la AUH

De acuerdo al último informe de la Anses, el organismo invierte por este servicio más de dos millones de pesos mensuales con los que se atiende a 5.857 chicos.
En ese marco, la mayoría de las autoridades de las escuelas locales señalan que a partir de la implementación de este programa, se vio incrementada la matrícula en los establecimientos educativos.
En el mismo sentido, Silvia Carranza, coordinadora distrital de la Dirección Provincial de Políticas Socioeducativas, advierte que la AUH “provocó un gran impacto en la escolaridad y en la inclusión de los chicos”. Y amplía: “Algunos directores manifiestan que ya no se necesita tanto la ayuda desde las escuelas para la compra de materiales, calzados o lo que fuera, porque con este programa varias familias han solucionado esta problemática que se les planteaba a la hora de mandar a los chicos a clases”.
La funcionaria sostiene que ésta “es una política que se ha tomado con un muy buen criterio porque va a ayudando a que todos los pibes estén dentro de la escuela”.

Cantidad o calidad

El director de la Escuela Secundaria Técnica N° 2 “Patricias Argentinas”, Andrés Barricarte, señala que en su institución “no se ha dado un incremento en la matrícula” por este plan, y señala que aproximadamente el 25% de los alumnos reciben la asignación.
Con todo, Barricarte explica que en la institución se firma la libreta “con lo que se garantiza que es alumno regular de la escuela”, aunque remarca que “eso no tiene nada que ver con el rendimiento académico del estudiante”.
Su par de la Escuela Secundaria Técnica N° 1 “Antonio Bermejo”, Rubén Cacheiro, analiza que en su establecimiento se logró “tener una retención del 94% respecto del ciclo básico”, aunque no se alcanzó “calidad”. Y lo explica: “Esto significa que de todos ellos, sólo llega al séptimo año alrededor de un 30%. Sabemos que tenemos doble escolaridad, que es ‘muy pesado’ para los alumnos, pero lamentablemente hay muchos chicos que no están aprovechando esta asignación. Van, literalmente, a calentar un banco”.
Cacheiro subraya que “la inclusión se ha logrado”, pero ahora se necesitaría “que a la cantidad se le agregue calidad”.
Por su parte, Nancy Iglesias, directora de la Escuela Secundaria N° 5, coincide en que “la matrícula se fue elevando a partir de la AUH”. De los 250 alumnos que concurren al secundario en su establecimiento, “entre 150 o 180” reciben este beneficio.
Sin embargo, la directora sostiene que debe haber más control sobre el cumplimiento de las contraprestaciones exigidas: “Se advierten algunos casos de abandono o que dejan de estar en condición de alumno regular, y a partir de ahí uno es más flexible en cuanto a las inasistencias por la comunidad sobre la que estamos trabajando, que es una población vulnerable”.
Coincidentemente, el docente y ex candidato a concejal Miguel Mancuso señala que “la matrícula aumentó por la Asignación Universal por Hijo, eso es claro, pero el tema es que a veces comienzan para recibir el certificado, y después se van”.
Mancuso, que también integra el departamento de Prensa y Cultura de Udocba, considera que “al chico marginal lo mejor que se le puede dar es calidad educativa, porque es la única manera para poder salir de su situación”. Según su análisis, “el tema es que el incentivo no es la educación, sino el dinero. Lo más importante es que el pibe se concientice que, a través de la educación, va a salir de la situación en la que se encuentra”.
Por último, la titular de Udocba Junín, Natalia Alderisi, también tiene una mirada crítica sobre el resultado de la AUH, más allá de las buenas intenciones: “La AUH no alcanza. El monto de la asignación se sube una vez al año y con la inflación termina siendo insuficiente. Que los chicos vayan a la escuela no quiere decir que aprendan. Los problemas son múltiples, hay chicos indocumentados, que viven en condiciones absolutamente precarias, es una realidad muy compleja y la asignación se debería ir remplazando por trabajo real y en blanco. Ahora la escuela es una unidad, no se repite, y hay chicos que llegan a cuarto grado y no pueden leer de corrido. Además están los casos de violencia, de abusos, y no hay equipos ni gabinetes suficientes. Y también hay mucho ausentismo. Con todo esto que sucede, las escuelas se vieron obligadas a flexibilizar las normas”.

Otros problemas

Cacheiro explica que, de acuerdo a lo que vive en su escuela, “la asistencia la cumplen, pero el tema es el rendimiento, esa apatía que tienen muchos alumnos. En ese sentido, marca que así como “no aprovechan” la posibilidad de ir al colegio que le brinda la AUH, “tampoco aprovechan otros beneficios, como la netbook que se les da en forma gratuita”.
En el mismo sentido, Iglesias cuenta que para recibir la AUH sólo se exige asistencia regular –algo que no siempre se cumple– que es lo mismo que se pide por el plan Conectar Igualdad: “A nosotros nos pasa que cuando un chico tiene uno o dos meses de inasistencia, pedimos que devuelvan la netbook y el padre contesta ‘por qué, si me la da el Gobierno’. Entonces nos encontramos con esa disyuntiva de quitársela o flexibilizar un poco las normas para que no pierdan ese beneficio”.
En ese marco, Alderisi remarca que este panorama “también genera muchas dificultades para el docente” y señala que esto normalmente se da “en las escuelas periféricas o de riesgo, donde están los maestros con menos experiencia, porque los que ya son titulares o están trabajando hace 15 años, generalmente están en otras escuelas”.
Asimismo, la dirigente gremial alerta sobre el alto nivel de abandono: “En secundario hay una deserción terrible, porque también muchos chicos se pasan a la nocturna, y de ahí al plan Fines o al Coa, en los que cursan una vez por semana, que fueron diseñados para gente adulta y hoy van los chicos de 16 años. Pero estos programas solamente resuelven el tema de darle al chico un título secundario, pero después ¿cuántos de ellos están trabajando en blanco? ¿Cuántos acceden a la universidad?” 

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