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LA MEDIDA SE SINTIÓ EN BUENOS AIRES POR LOS PIQUETES. EN EL INTERIOR FUE PARCIAL

Paro de gremios opositores tuvo dispar adhesión y hubo cruces con el Gobierno

Mientras Moyano y Barrionuevo, los organizadores de la medida, calificaron a la huelga como contundente, ministros del Gabinete nacional hablaron de gran concurrencia a los lugares de trabajo.

El sindicalismo opositor cumplió ayer su tercer paro nacional contra el gobierno de Cristina Kirchner, con un acatamiento dispar que se fortaleció nuevamente en piquetes y generó una polémica con la Casa Rosada.  
Los líderes de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, y la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, aseguraron que la huelga fue "contundente", mientras que ministros del Gobierno nacional contrapusieron que la concurrencia a los lugares de trabajo alcanzó el 75% en todo el país.
No obstante, las organizaciones encargadas de la convocatoria advirtieron que "el plan de lucha se profundizará" si no hay respuestas a sus reclamos por el piso del Impuesto a las Ganancias, la caída del empleo, la inflación y la inseguridad.
Durante la jornada de protesta no funcionaron los trenes y no hubo vuelos, aunque a diferencia del paro del pasado 10 de abril, la Unión Tranviarios Automotor no acompañó, por lo que prestaron servicio los colectivos y el subte (a excepción de la línea B), algo que facilitó el transporte en Capital y Gran Buenos Aires. La medida alcanzó también a bares y restaurantes, no abrieron los bancos y el paro de los camioneros afectó a varias ramas, como estaciones de servicio, recolección de residuos y repartos de todo tipo, aunque muchos negocios levantaron sus persianas y hubo taxis y combis.
Las agrupaciones de izquierda acompañaron la huelga con cortes de tránsito programados en los principales accesos a la Capital Federal.
En el interior de país se produjeron cortes y manifestaciones en Córdoba, Rosario, Neuquén, Jujuy, Tucumán, Mendoza, Salta, Entre Ríos, San Juan, Santa Cruz, Santiago del Estero y Chubut, pero hubo clases en casi todas las provincias y el servicio de transporte funcionó casi con normalidad.
Al hacer un análisis final del paro, Moyano y Barrionuevo evitaron dar cifras específicas sobre el acatamiento, aunque en un principio habían hablado de un "85%". 

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