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MARKETING APLICADO

Encuentro.

Una lógica necesaria.

Podemos interpretar el evento de este fin de semana como una oportunidad para ir a ver lo que no tiene, lo que le falta y mofarnos del feriante que llega con sus productos y la ilusión de crecer en su emprendimiento. Podemos establecer comparaciones con otros encuentros a nivel nacional, enumerar falencias y sentenciar lapidando un proyecto de trabajo que se suma a más de setenta y ocho años de historia.
Así como hacemos cuando vamos al restaurant, esperando el error de la persona que nos sirve para “caerle” y “patalear” cuando llega la cuenta. Podemos hacerlo como nunca lo hacemos cuando nos movemos de la ciudad hacia otros destinos. Una extraña parábola de quien ataca lo cercano y comprende las falencias de lo lejano.
Entiendo que la exposición que veremos este fin de semana nos describe como comunidad emprendedora, con todos los defectos y virtudes expuestos en carne viva. Un conjunto de personas que se reúne para exaltar el espíritu comercial de una ciudad que necesita apoyarse en sus valores diferenciales y proyectarlos a nivel nacional.
El primer paso está dado y no se trata de “abrir el paraguas” sino de elevar defensas para construir sentimiento de pertenencia en torno a un espacio que debe crecer a partir del trabajo de vinculación social, comercial y cultural. Con el paso de los años, la expo deberá proyectar esa inclusión que narra la campaña publicitaria como punta de lanza ya que de lo contrario será puro discurso.
Un evento que no sólo ofrece un espacio de interacción sino que además se brinda a las organizaciones sociales para que ellas también puedan acercarse a la gente con sus causas comunitarias. Todos y cada uno de ellos tienen un lugar para “llegar” con sus obras y necesidades a un público masivo que asiste todos los años.
Se trata de crear más espacios de encuentro. Se trata de abrir y no de cerrar, de construir y no de destruir. Por eso quiero invitarlos a todos a la expo, por estos y otros mil motivos más que podría describir y aburrir.
Dejando de lado la cadencia de esta columna, una vez más la lógica de lo inesperado me sorprende en la redacción. Asumiendo la desprolijidad voy a sumar una vivencia que me acaba de suceder. Lo dijo Horacio, la persona que arreglaba el calefactor de mi casa mientras escribía: “Mucha suerte, si necesitás una mano avísame, te deseo lo mejor porque esto genera fuente de trabajo”.
Podría escribir muchas líneas más pero el cierre queda en esas palabras; creación, construcción, imaginación y esfuerzo para crear fuentes de trabajo; para Horacio, para los artistas, los músicos y para equipos de trabajo como el que integro. Trabajo para todos aquellas personas que se vinculan a partir del movimiento que la Expo genera a su alrededor.
Nos encontramos.

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