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RECORRIENDO LOS BARRIOS

Asfalto y extensión de la red de gas natural son las prioridades de Larrory

También solicitan la reconversión lumínica, con el paso de colgantes a columnas, y reclaman medidas para mejorar el tránsito. Insisten con un lugar para la sede de la sociedad de fomento. Aún sin espacio propio, funciona un comedor que le da asistencia a 50 chicos todos los sábados.

El barrio Larrory se encuentra al oeste del centro comercial de la ciudad. Ubicado enfrente del Hospital Interzonal General de Agudos “Dr. Abraham Piñeyro”, está delimitado por las avenidas Intendente de la Sota y Alberdi, y las calles Bozzetti y Lavalle.
Los residentes de ese vecindario no dudan en asegurar que  es “muy tranquilo” y que en los últimos años lograron traer a sus ocho manzanas algunos servicios básicos.
Y aunque destacan los logros obtenidos, todavía quedan materias pendientes. Entre ellas, el 70% del vecindario carece de gas natural, una situación que se traduce en permanentes reclamos a las autoridades competentes, a fin de alcanzar la totalidad de las prestaciones más importantes para todos los vecinos.
Además, el asfalto también se constituye en un anhelo para la gran mayoría de los lugareños, que aún no cuentan con este beneficio.

El barrio

Los vecinos más memoriosos recuerdan que hace un par de décadas este barrio estaba bastante despoblado y carecía de muchas prestaciones básicas.
Según dicen los “históricos”, mucha gente se fue a vivir para ese lugar en los últimos diez años y de hecho, hay muy pocos terrenos disponibles porque se hicieron numerosas construcciones nuevas.
Es por ello que la zona se fue poblando con muchas familias, cuyos hijos concurren, en general, a las escuelas 40, 21 y 19, que son las más cercanas, y algunos al Hogar Belgrano.
Es un barrio muy chico, de apenas ocho manzanas, no hay instituciones educativas ni culturales en su geografía.

Servicios

La totalidad del barrio cuenta con el servicio de agua corriente y cloacas.
En referencia a la red cloacal, durante mucho tiempo hubo una cuadra de este sector que no contaba con esta prestación. Sin embargo, en el último tiempo se hizo la obra que posibilitó que todo el vecindario esté conectado a la red.
Daniel Carballo, presidente de la sociedad de fomento, señala que “el problema de las cloacas se solucionó, gracias al personal de Obras Sanitarias, a Mariano Petraglia y Gustavo Rolón, a quienes les agradecemos porque nos ayudaron para que el barrio ahora esté totalmente cubierto en cuanto a este servicio. Era una obra que los vecinos estaban esperando desde hacía mucho tiempo”.
En tanto, un 30% del barrio –aproximadamente– tiene gas natural, y aunque se les había prometido que sería cubierto en su totalidad, esto no llegó a concretarse.
Carballo explica que mantuvieron reuniones con el director del grupo Servicios Junín, Damián Itoiz, y con otros funcionarios municipales por este tema, quienes les prometieron “dar una mano” para que se concrete.
“Pero esto es lerdo”, dice el dirigente barrial, para luego agregar: “La gente a veces no comprende que los tiempos para estas cosas son lentos. Hace como ocho años o más que venimos peleando por este tema. A nosotros nos dieron la palabra de que se iba a extender la red hasta acá”.
El fomentista se muestra algo molesto con un grupo de vecinos que “se ponen impacientes por este tema” y que realizaron “reuniones por otro lado porque, tal vez, creen que uno no se mueve”. Sin embargo, Carballo sostiene que no es ése el camino: “Me parece que en lugar de ir para adelante, vamos para atrás así. Faltaría más unión entre los vecinos”.
Con todo, aclara que “si esto no avanza, se verá qué medidas tomar para poder solucionarlo”.
En cuanto al alumbrado público, todas las cuadras cuentan con luminarias colgantes. Si bien durante mucho tiempo este punto fue un déficit del barrio, actualmente la situación está normalizada.
En tanto, Carballo recuerda que “se habló en su momento de poner columnas, pero hasta ahora no pasó nada”. Aunque destaca que “la iluminación es buena”.
Finalmente, el pavimento es otra materia pendiente en esta zona. Las tres cuadras asfaltadas son: una en Larrory, entre de la Sota y Bentancourt; y otras dos en Bentancourt, entre Lavalle y Alberdi. Además de las arterias que delimitan al barrio, Alberdi, Intendente de la Sota y Lavalle.
Hace algunos años se hizo una obra de base estabilizada y cordón cuneta en el resto de las cuadras y en ese entonces les explicaron que en una etapa posterior, llegaría el pavimento.
“Hace años que venimos peleando por esto –recuerda Carballo–, hicieron el mejorado, pero si no ponen el asfalto, el agua se lo va a llevar todo. Acá se ven pozos y pozos, y se junta mucha agua. La base estabilizada se fue deteriorando mucho”.
En ese marco, el dirigente fomentista se queja porque es el único barrio de la zona que no cuenta con esta prestación: “Lo que yo no entiendo es que todos los barrios que están alrededor nuestro, tienen asfalto, y nosotros no. Es decir, estamos rodeados por asfalto y acá seguimos con mejorado. El vecino está muy preocupado por esto porque las calles están muy descuidadas”.

Otros temas

En general, los vecinos coinciden en hablar de éste como un barrio “tranquilo”. En tal sentido, Carballo destaca que “la policía pasa, los móviles se ven” y en el último tiempo no se han registrado hechos de inseguridad que preocupen a los lugareños.
Otro aspecto sobre el que los residentes manifiestan su preocupación, es el del tránsito.
El punto más conflictivo en ese sentido, es la avenida Alberdi, como explica Carballo: “La calle Alberdi parece un autódromo, de noche se escucha cómo rugen los motores, y hay muchas picadas. Ahí habría que poner algún reductor de velocidad porque es un desastre”.
Además, el peligro también está latente sobre la calle Bentancourt en la que, después de haber sido asfaltada, los vehículos suelen circular a alta velocidad. Según denuncian los vecinos, en muchos casos, se trata de autos y motos que pasan por ahí para evitar los operativos de control que a veces se montan sobre Intendente de la Sota, o los semáforos de dicha arteria.
Por último, los vecinos lamentan que se haya truncado el proyecto de hacer una plaza en un terreno lindero al barrio.

La sociedad de fomento

La comisión directiva de la sociedad de fomento del barrio Larrory debe reunirse en las casas de sus miembros ya que no cuentan con una sede propia donde poder desarrollar su actividad. Por tal motivo, los cursos y talleres promovidos por la Municipalidad tampoco pueden llegar a los vecinos y, por todo esto, la institución no cuenta con socios que colaboren con ella.
En ese marco, los fomentistas siguen anhelando la posibilidad de conseguir un espacio donde poder construir un lugar propio.
“Así y todo, pudimos poner un comedor, en mi casa, donde le damos de comer a 50 chicos y algunas madres los sábados al mediodía”, cuenta Carballo.
Se trata de un emprendimiento que se había llevado a cabo hace algunos años y luego quedó trunco. Pero en el último tiempo, el dirigente fomentista reflotó el proyecto, gracias a la colaboración de “mucha gente” que lo ayuda: “Me permito nombrarlos porque es un aporte muy valioso, el que hacen los doctores Daniel Grecco, Juan Carlos Vila, Sergio Salamone, Marcelo Allende, Alfredo Hernández, Cecilia Pérez y Ezequiel Chichizola, entre otros. Además, están Susana Figueroa, Margarita Carballo, Gianina Gregorio, Gisella Bustos, Ada Garro, Valeria Torres, Lorena Birgy, Laura Bertella, Soledad Botto y Andrea, Silvana, Marina, Carlos y Hernán Páez. También quiero agradecer a Maderas Nor Sud, porque nos hizo unos bancos para que tengan adónde sentarse los chicos”.
Para concluir, Carballo no se olvida de remarcar que “si se contara con una sede propia, con un lugar más grande, esto sería más importante todavía”. 

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