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GRAVES FALENCIAS DE INFRAESTRUCTURA

El 90 por ciento de las escuelas tiene problemas y hay diez en estado crítico

Un relevamiento muestra que en varios establecimientos los alumnos corren riesgo de electrificación y, en otros, el techo, las paredes y el piso se deterioran cada día más. La situación más preocupante se vive en tres jardines de infantes.

Cientos de chicos juninenses viven en continuo riesgo debido a la crítica situación edilicia de los establecimientos educativos a los que concurren.
Un informe de la Federación de Educadores Bonaerenses al que tuvo acceso Democracia refleja que el noventa por ciento de las escuelas del distrito presenta problemas de infraestructura y, de ese universo, hay al menos diez cuya situación ya es alarmante.
Existe una falencia que se repite en varios centros educativos, la de las filtraciones de agua, que en caso de tomar contacto con las tomas eléctricas pueden originar serias consecuencias, como ya ocurrió en otras jurisdicciones bonaerenses. Pero también hay techos rotos, pisos que se hunden y hasta situaciones de hacinamiento, un combo que afecta tanto a los chiquitos de tres años que recién comienzan a transitar al nivel inicial como a los adultos que atraviesan la experiencia de los estudios terciarios.   
Uno de los congresales de la Federación de Educadores Bonaerenses, Julián Caliva, que junto a Patricia Alessio viene realizando un recorrido por las diferentes escuelas del partido de Junín, brindó detalles del delicado panorama que afecta a las aulas estudiantiles.
“Desde este año hemos tomado una nueva determinación, que consiste en no esperar que vayan los afiliados con las quejas al gremio sino ir nosotros a los diferentes establecimientos educativos (no solamente escuelas) para ver cuáles son las condiciones en las que está trabajando el personal. En total, son 104 inmuebles y la tarea abarca jardines de infantes, escuelas primarias, secundarias, terciarias y edificios sin alumnos, como el Centro de Investigaciones Educativas (CIE), las distintas jefaturas distritales y demás”, comenzó explicando Caliva en una entrevista con este matutino.
El dirigente comentó que la necesidad de ajustar los controles se incrementó a partir de casos extremos que ocurrieron en la provincia de Buenos Aires, donde hubo educadores y operarios que sufrieron heridas de distinta consideración por descargas eléctricas. “Es que los días de lluvia, el agua se filtraba por el techo hacia las paredes y se producía una electrificación de las mismas. Por ejemplo, en una escuela de General Rodríguez estuvieron cuatro años haciendo denuncias por problemas de electricidad, hasta que se originó un fogonazo y se incendió el edificio”, relató.

Escuelas locales en crisis

De acuerdo con la descripción de Caliva, hay unas diez escuelas locales que están pasando por una situación complicada, más aún, crítica, como es el caso del Jardín de Infantes Nº 921 – situado en cercanías de “El Carpincho”- que por distintos motivos se está hundiendo. “Y no es que se está hundiendo el piso sino que al no tener cloacas, hay un desmoronamiento de la tierra que está alrededor del pozo ciego”, agregó el veedor de la FEB.
Caliva puntualizó que hay graves problemas de filtración de agua en el Jardín Nº 902 (Agustín Roca), en las escuelas primarias Nº 4 (sector rural) y Nº 19, en la Escuela de Educación Técnica Nº 1, en el gimnasio de los ex colegios Normal y Nacional (inutilizado en la actualidad) y en la escuela Nº 15, donde hubo hasta suspensión de clases.
“Hay una cuestión lógica que indica que si tenes una filtración de agua que da sobre tres o cuatro tomas de luz, el riesgo de electrificación de las paredes es muy grande y tenemos miedo de que ocurra un accidente con alumnos, docentes o inclusive con los propios padres que a veces ingresan a los colegios por distintos motivos.
En mayor o menor medida, la mayoría de los establecimientos que visitamos tienen problemas y, en especial, filtraciones de agua”, afirmó.
Caliva señaló que esas filtraciones empiezan siendo muy pequeñas y se pueden subsanar con una pequeña inversión. “Por eso nosotros, en el último acuerdo paritario habíamos solicitado el ‘Fondo Escuela’, una partida de dinero que estaría llegando tres o cuatro veces al año y que sirve para atender estas pequeñas urgencias. Esas partidas no llegan, las cooperadoras de muchas escuelas son fantasma y el poco dinero que ingresa es para comprar tizas, borradores, resmas de papel para las impresoras y no mucho más”, aseguró.
Pero esa no es la única dificultad que presentan las entidades de enseñanza. Por caso,  en el Jardín Nº 916, en dieciocho metros cuadrados, convivían hasta hace pocos días veintidós chicos. “Como obviamente no pueden estar ahí, se determinó que vayan turnándose de a ratos para estar un grupo en la sala y el otro afuera, con el preceptor. No tienen salón de usos múltiples, lo que significa que cuando tienen educación física lo deben hacer sí o sí al aire libre”, dijo Julián Caliva.
Otra que subsiste en estado delicado es la Escuela de Educación Técnica Nº 2. “Tiene aprobado desde hace un par de años el proyecto de nueva sede, incluso cuenta con el terreno, pero no se construye”, dijo el entrevistado.
No menos preocupante es lo que pasa en el Jardín Nº 912, de Saforcada. “El año pasado hubo un fuerte temporal de viento que voló parte del techo de ese lugar, de la escuela primaria y de la secundaria. En estos últimos dos lugares el problema fue solucionado pero en el jardín no y se sigue dando clases”, señaló Caliva, quien acotó que a excepción de alguna escuela nueva, como la 49 o el ex Comercial, “toda institución que haya sido edificada desde el año 2000 para atrás está teniendo problemas”.     
Sobre la modalidad de trabajo, Caliva explicó que “hacemos el recorrido y cuando detectamos algún problema que pone en riesgo la integridad de quienes a acuden a la escuela en cuestión, lo comunicamos al Consejo Escolar o al área de Infraestructura para que envíen al personal técnico o un arquitecto en caso de ser necesario”.  

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