Vecinos de La Rufinita trabajan por la extensión de la red de gas natural

Hacia el sur de la ciudad y delimitado por las rutas 7 y 65, la calle Las Gallaretas y el Canal que proviene de la Laguna, se encuentra el barrio La Rufinita. Se trata de una zona en la que eran comunes los anegamientos producidos por las lluvias, tanto que debieron producirse evacuaciones en las inundaciones de los años 1993 y 2001.
No obstante, después de aquellos acontecimientos ya no volvieron a tener preocupaciones, a partir de las obras hidráulicas efectuadas en el canal del Salado.
Lejos de aquella realidad, el presente de este sector es bien diferente: es que se produjo una importante revalorización inmobiliaria y hoy sus lotes y propiedades se cotizan cada vez mejor.
No obstante, a pesar del crecimiento, todavía quedan temas pendientes para los vecinos del lugar. El principal es la extensión de la red de gas. Pero también solicitan mayor alumbrado público, arreglo de calles, mantenimiento y señalización.

El gas, la prioridad

Actualmente, en este sector viven más de 50 familias, y en el último tiempo se ha advertido un importante incremento en la construcción de viviendas permanentes y casas de fin de semana.
Al tratarse de una zona semiurbanizada, muchos servicios están ausentes: aquí no llegan las redes de agua corriente, de cloacas y de gas natural.
Esta última prestación es la prioridad para la flamante comisión directiva de la sociedad de fomento. Su presidente, Adrián Tarela, cuenta que el sábado 28 de junio, a las 17, se llevará a cabo una reunión informativa en las instalaciones del Jardín N° 922, en donde se tratará la eventual llegada del gas natural al barrio: “Ahí vamos a ver cuántas personas están interesadas en esta obra que es un avance para todos los que viven en este sector. Además, el que tiene un lote como inversión, si lo quiere vender, el hecho de tener gas natural va a facilitar mucho la operación”.
Juan Ostolaza, vicepresidente de la entidad barrial, agrega que advierte “mucho interés” por el tema en los vecinos: “El invierno es muy crudo, y para nosotros, como comisión, el interés mayor es que todo el barrio cuente con este servicio. Es de vital importancia que el sábado 28 la gente venga a la reunión y demos el sí a este proyecto, porque cuantos más seamos, más fuerza tendremos, y podremos ver de qué manera se financia la obra. Queremos que el gas lo tengamos todos, que no sea sólo para algunos”.

Más servicios

Todas las calles de este sector son, por supuesto, de tierra. En tal sentido, los fomentistas sostienen que el estado de las mismas dista mucho de ser el mejor. “Con las últimas lluvias ha habido problemas –explica Tarela– no hay un buen drenaje de la zona, quedan calles anegadas, principalmente en la zona del jardín, algo que nos afecta mucho porque la educación es primordial”.
Ante los inconvenientes, se hacen los reclamos y la comuna envía máquinas para reparar las arterias afectadas. Sin embargo, aseguran que “habría que hacer un trabajo duro” para que haya “un buen drenaje”.
“El barrio está creciendo –puntualiza Ostolaza–, hay manzanas que no tenían casas hasta el año pasado y acá está todo por hacer. Es responsabilidad nuestra, de los vecinos, pedir lo necesario para que empiece a mejorar. Lo que esté a nuestro alcance, lo haremos nosotros, y lo demás, lo gestionaremos ante las autoridades para que nos den la ayuda necesaria”.
En referencia al alumbrado público, los residentes también advierten falencias en el servicio. “No contamos con muchas luminarias y ese es otro de los desafíos, poder dar luz a todo el barrio”, señala Ostolaza.
Las áreas iluminadas son las cercanas al jardín de infantes y sobre Puente del Inca. En cambio, en la zona conocida como Puente Macucho, que es la calle Las Gallaretas, no hay luces, “algo que es necesario porque de noche es complicado detectar las calles”. Asimismo, “la bajada de la Ruta 65, desde Piedra Buena hasta Puente del Inca tampoco está iluminada”.

Otros temas

Los referentes barriales también ponen el acento sobre dos puntos.
Por un lado, remarcan las deficiencias en la señalización, en especial, en el ingreso sobre la Ruta 65. Aunque también son escasos los carteles con los nombres de calles.
Por otra parte, el mantenimiento del lugar es una preocupación de los vecinos, como explica Tarela: “Tenemos lotes con pastizales, de hecho, el terreno lindero al jardín está en esas condiciones, por eso pedimos a los propietarios que hagan el mantenimiento. No queremos llegar a tener que pedir a la Municipalidad que los sancionen por el hecho de que no se cortan los pastos. Esto trae problemas por la inseguridad y por los animales que andan por ahí”.
Precisamente, sobre la inseguridad, el presidente de la sociedad de fomento admite que no están “ajenos a la realidad de lo que sucede en la ciudad”. No obstante, aclara que “habitualmente se ven patrullajes” de los móviles policiales, y remarca que “con el alumbrado también se podría ayudar en su trabajo, porque hay zonas en las que no se ve nada”.
Por otra parte, el tránsito también genera inconvenientes en esta zona, sobre todo los fines de semana y feriados, cuando “pasan vehículos a altas velocidades”. En tal sentido, Tarela subraya que La Rufinita “es un barrio de gente joven” en donde “hay muchos chicos que juegan en la calle”, por lo que no quieren “llegar a tener un accidente”.
Ostolaza comenta que “en la ruta la idea es tener iluminación y buena señalización, para disminuir los riesgos”, y añade: “Hay que tener en cuenta que esa salida en los días de lluvia la usamos prácticamente todos, porque salir por el Puente Macucho es muy complicado, por los anegamientos”.
Por último, el vicepresidente de la entidad barrial cuenta que se está “trabajando para hacer una plaza, porque los chicos del barrio no tienen un espacio para ellos”. Es por eso que los vecinos se encargan de cuidar un terreno ubicado en Los Ibis y Araucarias, que en el futuro será convertido en una plaza.

Sociedad de fomento

Hace poco tiempo que la actual comisión directiva se hizo cargo de la sociedad de fomento.
Según cuentan los responsables de la entidad, están trabajando fuertemente con el Jardín del vecindario: “No tiene cooperadora, entonces estamos ayudando ahí. No tenían servicio de emergencias médicas, no tienen teléfono fijo, tampoco están exentos de la reducción que hubo  los comedores escolares, entonces estamos tratando de que no les falte la merienda a los chicos”.
Asimismo, se encuentran abocados a concretar la llegada de la red de gas natural, el mejoramiento del alumbrado público y las calles.
Por el momento, la sede propia no es una necesidad primordial. “Sería algo lindo, pero estamos dedicando nuestro tiempo a otros requerimientos, no es nuestra prioridad, aunque sí lo tenemos en mente para el futuro”, dice Tarela.
En tanto, Ostolaza añade: “Insisto en que está todo por hacer. Es responsabilidad nuestra gestionarlo y llegar al objetivo. Por eso necesitamos tanto la colaboración de todo el barrio”.