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LA RUTA ESTÁ PRÁCTICAMENTE INTRANSITABLE

O’Higgins, un pueblo que corre peligro de aislamiento por el estado del acceso

El asfalto está lleno de baches cuya dimensión pone en riesgo la carrocería de los autos y es un peligro permanente de accidentes para quienes circulan en vehículos menores. Esto se vuelve todavía más preocupante ya que la localidad recientemente quedó sin estación de servicios, debido a que las dos históricas expendedoras dejaron de operar. Y hace cuatro meses que no pasa el tren.

Llegar a O´Higgins es lo más parecido a superar una carrera con obstáculos, y de las duras. Ubicado a la vera de la Ruta Nacional 7, a mitad de camino entre Junín y Chacabuco, el acceso que conduce a la vecina localidad muestra innumerables pozos que hace temblar a la más potente de las carrocerías y transforma en un peligro aún mayor atravesarlo en moto o en bicicleta.
Además, por el creciente deterioro que muestra el pavimento las ambulancias foráneas -el pueblo tiene su propia unidad de emergencias- no quieren entrar y la empresa que traslada pasajeros a esta localidad ya advirtió que, por la situación actual, los arreglos del transporte se están tornando cada vez más frecuentes y caros, por lo que ya avisó que la gente puede quedarse sin el servicio si el vehículo se continúa averiando.
A esto se suma que hace cuatro meses que no pasa el tren que conecta al pueblo con Junín y Chacabuco.
Así las cosas, la preocupación de quienes habitan el pueblo no deja de crecer día a día.

Reclamos

Este fin de semana, una comitiva se trasladó a Castilla, otra población que vive el mismo problema, y pidieron que las autoridades brinden una pronta solución. Democracia consultó a Javier Romero, delegado de O’Higgins, quien adelantó que en mayo se llamará a licitación para realizar la remodelación total del camino, cuya extensión es de diez kilómetros. Hay un dato no menor, y es que en diciembre de 2013 ya se llevó a cabo ese proceso y ninguna empresa quiso finalmente tomar la obra al monto establecido en el pliego, antecedente que fuerza a un nuevo concurso de precios y coloca al proyecto en general en un escenario de incertidumbre.
“Es una preocupación general y que es compartida tanto por las autoridades de Chacabuco como de nuestra localidad”, dijo Romero, para luego agregar que en un discurso brindado días pasados en el Concejo Deliberante chacabuquense, el intendente de esa ciudad, Mauricio Barrientos, anunció que en mayo se llamará a una nueva licitación para la repavimentación de ambos accesos.
“Hay un monto que se habría aprobado, cercano a los 64 millones de pesos, y que permitiría que el mes que viene se convoque a un nuevo concurso de precios. Creo que en el transcurso del año vamos a tener la suerte de contar con el acceso”, se esperanzó Romero.   
El delegado comentó que “este último mes, después de tanta lluvia, se ha puesto muy difícil entrar y salir del pueblo, dado que se formaron pozos nuevos y muy grandes”. “Después del bacheo que se hizo el año pasado, entre febrero y marzo, el paso había quedado transitable hasta cerca de fin de año. No era la perfección, pero se podía circular. Ahora no está intransitable pero sí hay que andar con mucho cuidado para evitar accidentes, alguna rotura y otros inconvenientes”, afirmó.
El asfalto que conduce a O’Higgins tiene muchos años de deterioro y se fueron haciendo arreglos parciales, pero no alcanza. “El reclamo de la gente es muy justo. Mañana (por hoy) van a mandar un camión para que se pueda hacer un bacheo y el pavimento aguante hasta que se haga la licitación y se pueda hacer la obra”, dijo Romero. Si la nueva licitación llegara a buen puerto, el plazo de ejecución sería de 270 días (nueve meses), pero se estima que se podría terminar en un plazo aún menor.

Encima, no hay combustible

Por si todas las dificultades que les presenta el acceso fueran pocas como para cuidar sus vehículos, muchos habitantes de O’Higgins se ven obligados a atravesar ese camino para ir a cargar combustible a las estaciones de servicio de la zona. ¿Por qué? Porque desde octubre el pueblo carece de ese tipo de negocio, después de contar históricamente con dos expendedoras.
“El gas oil lo provee la cooperativa, pero quienes necesitan nafta deben dirigirse al paraje ‘La Agraria’ –situado a 20 kilómetros-, a una estación intermedia ubicada entre O’Higgins y Chacabuco o hacerse un viaje directamente a esta última ciudad o a Junín”, le explicó Javier Romero a este diario.
Por esa situación se ven obligados a realizar una erogación mucho más grande que en las poblaciones que cuentan con esos comercios, puesto que deben empezar por asegurarse la carga para la ida y la vuelta a la estación y luego realizar lo que sería la carga normal.
De todas formas, Romero hizo un llamado de atención a sus convecinos: “Hay que ser realistas y ver que si las estaciones cerraron fue por algo. Los autos nuevos y de alta gama no estaban cargando acá. Esto es un gran contratiempo para aquellos que tienen motos, maquinaria o autos que no salen de acá. O sea que un poco ayudamos nosotros a que se cierren”. 

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