Guillermo Canavesio nació en Junín pero tuvo una infancia que podría definirse como nómade, ya que su padre era gerente del Banco Provincia y ese trabajo hacía que lo fueran trasladando periódicamente.
Es por eso que de chico vivió cinco años en Arenales, luego estuvo algunos años en Carlos Casares, más tarde lo trasladaron a Bragado y, finalmente, residió en Pergamino, hasta que la familia regresó a Junín, donde Canavesio padre pasó sus últimos años como gerente del banco.
Si bien por momentos esa situación de constantes mudanzas “fue difícil” para Guillermo, lo cierto es que el fútbol le ayudó a integrarse rápidamente en cada una de las ciudades en las que vivió.
Cuando regresó a Junín, comenzó el secundario en el Colegio Nacional. Al mismo tiempo, empezó a jugar al fútbol en el club B.A.P.
Pero también descubrió las mesas de casín del Círculo Italiano, algo que lo marcaría para el resto de su vida.
Inicios en el casín
Sus inicios con el casín también estuvieron ligados al fútbol porque en aquellos años, atrás del Círculo Italiano había unas canchas donde Canavesio iba a jugar y, estando ahí, pasaba por el lugar donde estaban las mesas.
Por curiosidad, empezó a jugar en primer lugar al billar, pero al tiempo le llamó la atención de los palitos en el medio de las mesas de casín, y se pasó a ese juego.
“Me interioricé con el casín –cuenta– empecé a jugarlo y tuve la posibilidad de agarrarle la mano rápido, prácticamente, tenía condiciones naturales”.
Guillermo recuerda que “estaba en el club casi todo el día” porque “era algo muy fuerte” lo que le sucedía con este juego. “Estaba muy entusiasmado”, dice.
Así fue como empezó a ir todas las tardes al Círculo Italiano, y los sábados a la mañana, al Club Español, que estaba ubicado en Leben-sohn, entre Mitre y Saavedra, un lugar en el que ahora hay un banco. “Era una juventud mucho más sana de lo que es ahora, inclusive mi papá y mi abuelo también iban a club”, comenta.
Competencias
Tenía sólo 13 años cuando comenzó a competir en el Círculo, en algunos torneos internos. A los 14, ya tuvo la posibilidad de participar en su primer campeonato provincial, en ese caso fue en pareja, junto con Carlos Ferrara, en el que salió segundo. De esta manera, la pareja clasificó para el campeonato nacional que se disputó ese año en Tandil.
“Debuté a los 14 años en un campeonato nacional”, señalan Canavesio y recuerda con una sonrisa cómo lo trataban otros competidores por ser tan chico: “Me cargaban, porque el taco era casi más alto que yo. Un jugador de Buenos Aires, que años más tarde terminó siendo amigo mío, cuando me vio, me dijo ‘nene, ¿a qué venís? ¿a tomar la mamadera?’ Fue gracioso. Por supuesto que me faltaba mucho así que no pasamos la primera ronda”.
Continuó participando de manera regular en diferentes torneos y a sus 15 años volvió a clasificar con Ferrara para un campeonato argentino que se hizo en Carlos Paz, donde terminaron entre los diez primeros.
Un año más tarde, a los 16, participó por primera vez en un campeonato argentino individual. “Eso fue muy importante –asevera– porque me empezaba a codear con los mejores jugadores del momento. Y ya tuve la posibilidad de ganarles a algunos de ellos, porque salí décimo, entre 22 competidores. A partir de ahí, ya no paré. Ya todos los años clasificaba para el argentino individual, también para el de pareja, fui acumulando muchos torneos provinciales, argentinos y tomando mucha experiencia”.
Canavesio estima que, al día de hoy, acumula más de 50 campeonatos nacionales disputados.
Campeonatos mundiales
La participación de Canavesio en esta disciplina no se circunscribe sólo al ámbito nacional, ya que participó, además, de siete campeonatos mundiales de casín.
El primer torneo internacional que disputó fue una Copa Intercontinental que se jugó en Italia, en donde se enfrentaban los primeros cinco del ranking argentino, contra los primeros cinco italianos, y el equipo de nuestro país se trajo el trofeo. “Fue una experiencia hermosa”, rememora.
Después, sí, vinieron los mundiales.
Para el primero de ellos se clasificó luego de haber salido campeón nacional en Mar del Plata. El Mundial se hizo en 1990 en Brescia, Italia, donde pasó la zona y perdió en octavos de final.
En el 92, en Arezzo, Italia, llegó a cuartos de final y perdió con el que en ese momento salió campeón del mundo. En 1993 se organizó en la ciudad bonaerense de Bolívar, donde quedó quinto y fue su mejor colocación en mundiales.
En el 95 se hizo en Fiuggi, Italia, en el que llegó a cuartos de final. El siguiente se desarrolló en Ferrara, Italia, en el año 1998. Ahí pasó la zona y perdió en el cruce de octavos de final.
En el 99 se disputó en Necochea y volvió a perder en cuartos de final: “Fue uno de los partidos que más me lamenté en toda mi carrera porque lo perdí en un tiro de mala suerte en el último set, donde llevaba ocho tantos; entonces yo tiro el doblete, hago la hilera del medio, pero en la tercera bola me la retruca, me la manda al palo y me vendo: me fui con una amargura terrible porque estaba jugando a bien, con confianza y podría haber pasado a semifinales”.
Recién volvió a jugar un mundial en 2009, en Villa María, Córdoba, donde perdió en octavos de final.
Canavesio explica que “Argentina e Italia son los países que acaparan mayor cantidad de jugadores”. Por supuesto que hay otros con representación mundialista, como Uruguay, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia o España, pero “las potencias son Argentina e Italia”, insiste.
Con todo, asegura que durante muchos años en los campeonatos mundiales los argentinos daban “muchas ventajas” ya que en las competencias internacionales “ya se jugaba con una bola más chica y sin troneras, en una modalidad que se llama cinco quillas, que es la que se juega actualmente y aquí llegó muchos años después”.
En tal sentido, señala: “Se daba mucha ventaja, y yo perdí mi mejor etapa como jugador de casín por entrenar con otro tipo de juego”.
El casín
Canavesio explica que el casín “es un juego de mucha precisión y concentración”, y agrega: “Después, como en todo deporte, en la alta competición hay que estar bien preparado físicamente, y estar bien de la vista, del pulso, de las piernas y demás”.
Sin embargo, es una disciplina que en Junín fue quedando relegada, hasta desaparecer. Es por eso que desde hace 20 años, Guillermo representa al Club Social de Pergamino, “porque el Círculo Italiano se desafilió a la Sociedad Argentina en el año 92, y las mesas en la actualidad están desarmadas, así que no puedo ni entrenar acá”.
Según dice, es una práctica “que se perdió acá, pero en otros lados del país no sucede lo mismo”, y profundiza: “En el último torneo que jugué, en Casilda, la semana pasada, había más de 100 jugadores. Uno va a Rosario, Córdoba, o ciudades más chicas, como Leones, Belle Ville, Marcos Juárez, hay un montón de gente que juega al casín, pero acá, al no tener un club con mesas en condiciones, los jugadores nos fuimos yendo y no hubo valores jóvenes que surgieran”.
Aunque también reconoce que “es muy difícil que se acerquen los chicos a un deporte como este”, dada las particularidades de la vida moderna.
“Actualmente –comenta– en la categoría Máster, el más joven tiene 29 años, el resto son más grandes. Pero se juega mucho, y además de la categoría Máster, está la Primera, la Segunda, la Tercera y la Promocional”.
Actualidad y balance
En la actualidad, Canavesio está en la elite de esta disciplina.
Forma parte de la categoría Máster, que la conforman sólo diez jugadores en todo el país. Además, el año pasado fue el ganador del circuito de ese ranking. Y también se coronó como campeón Sudamericano, en 2013.
Lleva 43 años jugando ininterrumpidamente, aunque asevera que está “en una etapa en la que no es fácil mantenerse”. Y puntualiza: “Yo creo que la mejor época fue entre mis 30 y 40 años, cuando gané mi primer campeonato argentino individual, empecé a viajar y jugar los mundiales. Ahora trato de mantenerme y seguir en un nivel competitivo. Mientras yo tenga las ganas de seguir viajando y vea que siga estando en un nivel competitivo, lo seguiré haciendo. Me cuesta cada vez más entrenar si no hay un torneo cercano, pero en los certámenes sigue estando ese cosquilleo de la competencia”.
Con todo, a la hora de hacer un repaso de estas cuatro décadas de competición, Canavesio no duda en mostrarse satisfecho: “Para mí el balance es totalmente positivo y estoy agradecido a este juego que te permite conocer un montón de lugares y de gente. Hoy en día, en el lugar que hay una mesa de casín, a mí me conocen. Es un deporte muy sano en el que los rivales, fuera de la competencia, son amigos. También tiene sus cosas, uno pone mucho en esto, en el juego, los viajes, y se descuidan otros aspectos, porque hay que dedicarle mucho tiempo. Pero no me puedo quejar, porque pude cumplir mis metas: la primera fue tratar de jugarlo bien, después quería ser campeón argentino, algo que alcancé en varias oportunidades, y ahora me gustaría ganar un mundial”.
PERSONAJES DE NUESTRA CIUDAD
Guillermo Canavesio: “En el lugar que hay una mesa de casín, a mí me conocen”
Lleva más de 40 años practicando esta disciplina y alcanzó el máximo nivel. Obtuvo varios torneos nacionales y participó en siete competencias mundiales. Actualmente es el campeón sudamericano. Lamenta que este juego haya desaparecido de Junín.
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