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CRISIS EN EL CENTRO DE SALUD PÚBLICA DE JUNÍN

Crece el malestar en el Hospital por el estado del edificio y la falta de insumos

La jefa del área de tocoginecología y personal del servicio de maternidad dijeron que la situación en el centro asistencial está cada vez peor y afirmaron que nadie les “da respuestas”. Admitieron una merma de pacientes por las condiciones que presenta la institución.

En la sala de maternidad hay una cama vacía, y no es por la mera falta de una paciente que la ocupe. Un hueco amenazante en el techo convirtió esa unidad en un recurso sólo utilizable si se lo corre de lugar y se lo aparea con otro lecho, donde puede haber, por ejemplo, una mujer sufriendo los dolores y las tensiones previas a dar a luz.
Y es que acostar a alguien con semejante agujero sobre su cabeza puede condenarlo a soportar que la estructura se le siga desgranando en el cuerpo o que el agua de la lluvia lo empape.
Esa es solo una de las múltiples falencias que muestra hoy en día el Hospital Interzonal “Abraham Piñeyro”, anomalías que vienen siendo denunciadas desde hace varias semanas y que tienden a agravarse a medida que pasa el tiempo y las soluciones no llegan.
Democracia estuvo ayer en el centro asistencial y a diferencia de otras ocasiones, cuando varios empleados admitieron por lo bajo estar trabajando en malas condiciones pero no quisieron exponer su inquietud públicamente, esta vez hubo un grupo de profesionales que se animó a relatar –sin importarles dar su nombre y apellido por temor a reprimendas- cómo es la situación que viven día a día por las fallas de infraestructura y por la falta de insumos.
María Isabel Somma, jefa del servicio de Tocoginecología, residentes y enfermeros del área de maternidad, afirmaron que están sobrellevando la actividad “con mucho esfuerzo personal” y agregaron que las autoridades del establecimiento no les dan respuestas.  
“Más allá de las dificultades que tenemos de infraestructura y de falta de insumos, de techos que se llueven y demás, seguimos trabajando de la mejor manera posible. Como es un servicio que tiene residencia, se hace docencia y eso hace que uno vaya tapando agujeros pero levantamos la vista y la rotura en el techo es cada vez más grande y cuando llueve esto es un río”, comentó Somma, acompañada por Javier Carrizo, residente del tercer año de obstetricia; Luciana Capurro, residente de segundo año, y Estefanía Tanda, de cuarto año.

“Para el director está todo bien”

Somma expresó que cada jornada de labor en ese escenario “genera mucha angustia”, y admitió que ya estuvo un par de veces a punto de renunciar. “La última fue el miércoles”, reveló.
“En lo personal, me enfermo y me hace mal, porque no tengo respuestas. No sé si hay alguien interesado en que este hospital se destruya, no entiendo lo que pasa. No entendemos por qué llegamos hasta acá”, cuestionó.
Acto seguido describió que “hay falta de reposición de cargos cada vez que un profesional se jubila y en cuanto a insumos, hay que ir cada dos minutos a pedir guantes, agujas, cloro, toallitas de papel, y otros objetos esenciales para prevenir infecciones. El jefe de enfermería te dice que no hay, el director dice que sí. Se desdicen entre ellos”.
“Ayer debíamos hacer una intervención y no teníamos un gel necesario para aplicar a los pacientes. A esta situación yo nunca la vi, por eso queremos remarcar las fallas y que estamos haciendo un esfuerzo muy grande. También quiero recuperar los pacientes que perdí, porque es evidente que hay una merma”, reconoció.
Somma apuntó al director ejecutivo de la institución: “Uno sube a hablar con el director y para él está todo bien. Yo no tengo nada personal contra él porque lo conozco desde hace muchos años, pero quiero saber qué pasa”.
En el servicio de tocoginecología se atiende a la mujer desde la menarca (primera menstruación) hasta la menopausia, es decir, todo el espectro femenino con vida sexual activa (que puede tener hijos). “A estos problemas los vemos en el resto de los servicios”, acotó Javier Carrizo.      
Somma añadió: “Quisiéramos que se arreglen esos techos. También que haya insumos en las emergencias quirúrgicas, ya que a veces esas cosas generan chispazos entre nosotros, porque si a él le falta un guante, parece que la culpable soy yo”. 

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