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PANORAMA POLITICO

A la sombra de tramas ocultas

En la era del marketing, las fotos políticas no suelen tener más significado que la imagen en sí misma. En ellas se puede ver, la mayoría de las veces, a dirigentes sonrientes que hacen un culto del personalismo y que postergan el mensaje que pretenden transmitir a la sociedad. Pero para ser justos, hay que decir también que días atrás se registró una fotografía que rompió el molde y dejó atrás esas carencias porque constituyó un gesto de madurez de contenido democrático.
En efecto, tres de las principales fuerzas políticas del país se unieron para manifestar su rechazo a la designación de un secretario al frente del Juzgado Federal de La Plata, que es estratégico en cuanto a su competencia electoral en la provincia de Buenos Aires. Y lo hicieron pese a que en algunos casos tienen intereses de posicionamiento contrapuestos de cara a los comicios de 2015, como la UCR, el Frente Renovador y el PRO, que se unieron ante una maniobra del kirchnerismo.

Dudas y advertencias

El encuentro ocurrió en la Cámara de Diputados y reunió a Ernesto Sanz, Sergio Massa, Julio Cobos, Gabriela Michetti, Gerardo Morales y otros legisladores de oposición entremezclados con un mismo objetivo, que fue advertir a los argentinos y especialmente a los bonaerenses- que el oficialismo puede amañar el proceso electoral en el distrito que cuenta nada menos que con el 40% del padrón a nivel nacional. Claro que el Gobierno enseguida salió a negar esa acusación.
Pero el mojón ya estaba colocado, como un símbolo de que el sistema político está comenzando a elaborar anticuerpos. La contracara de esta situación se presentó ante los ojos del país con la trama oscura que se pudo observar -al menos en parte- detrás de los cambios ordenados por Cristina Kirchner en la Secretaría de Inteligencia, cuya conducción ya no tenía la confianza de la Presidenta pero no está claro si se le pueden atribuir todas las falencias que divulgó el oficialismo.
Por caso, que el pingüino Héctor Icazuriaga no lograba controlar a los agentes experimentados, o que su segundo Francisco Larcher tenía más contacto que los aconsejables con sectores de oposición. Más bien, la jefa de Estado parece haberles pasado factura por la avanzada de jueces y fiscales contra funcionarios del Gobierno y sobre ella misma, sin que se accionaran los frenos que suelen pisar los espías en los tribunales de Comodoro Py a la hora de proteger a la Casa Rosada.
No obstante, la bomba se detonó con una entrevista que de manera totalmente inusual ofreció el jefe de Operaciones de la SI, Antonio Jaime Stiusso, a la revista Noticias. Allí, denunció de manera confusa haber recibido amenazas de muerte. Pero su exposición le jugó en contra y la primera medida del nuevo jefe político del área, Oscar Parrilli, fue aceptarle la renuncia. Se trata de un espía que abonó en su momento la línea iraní en la investigación del atentado a la AMIA.
Y que el año pasado había sufrido un duro golpe cuando uno de sus agentes de confianza, Pedro Viale alias El Lauchón- fue muerto a balazos en un operativo del Grupo Halcón de la Policía bonaerense, por el cual se encuentran procesados diez uniformados por el delito de homicidio agravado. Durante más de 40 años de servicio, Stiusso acumuló tanto poder que algunos lo llegaron a considerar el jefe de hecho de la inteligencia criolla, con amplio margen de maniobra.
Curiosamente, el día que se conocieron los sorpresivos cambios en el organismo, estaba presenciando una declaración indagatoria en Comodoro Py, la sede de los tribunales federales de Retiro en donde los espías se sienten como en su casa y deambulan a plena luz del día. Es que allí se sustancias las causas que más incomodan a los funcionarios, por cierto que no solamente a los actuales, como bien lo saben María Julia Alsogaray o incluso el ex presidente Carlos Menem.
El riojano supo tener buenos vínculos con lo que en su momento se llamó la SIDE, a tal punto que creyó a ciegas en una encuesta que le entregó un agente del organismo y que lo daba ganador en primera vuelta en las elecciones de 2003. Claro que se trató de una operación política que Menem compró y que, en definitiva, le terminó abriendo las puertas de la Rosada a Néstor Kirchner, por obra y gracia de Eduardo Duhalde. Pero eso es algo que el oficialismo mejor prefiere olvidar.

Enfrentamiento


Las urgencias son tantas que ahora el kirchnerismo está metido de cabeza en el enfrentamiento con los magistrados federales. Algunos jueces no querrán perder el poder arbitrario que tienen, disparó Raúl Eugenio Zaffaroni, quien se encuentra a días de dejar la Corte para convertirse en un predicador de la palabra oficial en el Poder Judicial. Pero sabe que el clima político es adverso, a juzgar por los aplausos que se llevó el juez Claudio Bonadío en una reciente cena de camaradería.
Entonces las miradas del kirchnerismo apuntan sobre Ricardo Lorenzetti, el titular del máximo tribunal que acaba de dar su visto bueno para la apertura de una filial del Centro de Información Judicial (CIJ) en los hechos una agencia de noticias sectorial no controlada por el Gobierno- en Comodoro Py, donde se presume que los fallos por venir no serán del agrado de la Casa Rosada. Una grajea de muestra fue en la semana la imputación a Sergio Berni por enriquecimiento ilícito.

Aire para la gestión

Mientras tanto, el Gobierno busca oxigenar su gestión y el ingreso de Aníbal Fernández a la Secretaría General de la Presidencia le aporta a un especialista en materia de debate público, que en los hechos compartirá la vocería con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, sobre todo en las próximas semanas que la Presidenta dedicará al descanso con su familia en Santa Cruz, donde pasará las fiestas de fin de año. El perfil de Fernández es apto para el combate electoralista.
Más allá de la dialéctica política, será la economía la que dará que hablar en los próximos días. El ministro Axel Kicillof estaría ultimando los detalles de una resolución que eliminará las retenciones a la exportación de hidrocarburos desde el momento en que el precio internacional del petróleo caiga por debajo de los 60 dólares. La coyuntura pone en aprietos al desarrollo del yacimiento Vaca Muerta, pero por otro lado puede suavizar el déficit fiscal por la importación energética.
Estamos en la antesala de un año complicado, con una tormenta por delante, admitió el CEO de YPF, Miguel Galuccio, ante el directorio de la compañía. Y no es para menos si se piensa que, además de la caída del petróleo, la economía argentina cerrará 2014 con una inflación estimada del 33%, que de acuerdo a los especialistas se estiraría a 40% sin la recesión y el cepo cambiario que el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, prometió flexibilizar en forma gradual.
Las distorsiones económicas provocan un escenario tal que hasta las muertes y desapariciones de empresarios y financistas son consideradas como parte del problema, en un país que parece naturalizar, con la misma sencillez, la actividad del espionaje tanto como el denominado delivery de dólares.

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