MARKETING APLICADO

Unen

Formas de vinculación

En mi experiencia profesional, desde que volví a Junín, tuve oportunidad de relacionarme con la mayoría de los responsables de las empresas más importantes de la ciudad. En muchos casos estructuras familiares donde el vínculo se sostiene sobre una sola rama del árbol genealógico: son los hijos de los fundadores quienes entienden que los tiempos están cambiando y perciben a la profesionalización como variable fundamental para el futuro inmediato.
La pasión aplicada para querer explicar la imperiosa necesidad de modificar las prácticas comerciales jugó en contra de los intereses que quería exponer. En muchos casos, la distancia generacional sólo se extendía ante la búsqueda formal y argumentación técnica. Fue así como se sucedieron algunas situaciones un tanto curiosas; desde presenciar discusiones familiares en el marco corporativo hasta percibir honorarios sin que el fundador esté enterado. De una u otra manera la distancia discursiva está presente y hay que superarla.
A pesar de sus 50 años de historia, la percepción general sobre nuestra profesión mantiene un vínculo estrecho con la “novedad”, casi como un videojuego que llega de la mano del adolescente que patalea para que los padres se lo compren. Quizá de esa forma lo ven algunos “fundadores”, y es probable que entiendan que la gestión de valor agregado no es necesaria, aún cuando ellos mismos recorrieron el mismo camino. Es que si uno repasa la historia de las empresas de Junín se encuentra con relatos donde la adaptación, el cambio y la gestión de valor agregado representan pilares fundamentales, casi a la par de las estructuras edilicias que montaron. Las excepciones a la regla son probablemente algunas empresas que ya desaparecieron.
El punto es que el concepto real del marketing no sólo se relaciona la difusión creativa de una oferta sino además la generación de nuevas oportunidades comerciales así como también la detección de amenazas a un negocio establecido desde hace mucho tiempo. Es que las cosas no permanecen estáticas; la empresa así como las personas envejece y por más que le apliquemos un “botox” de pintura a la fachada el proceso va por dentro y es ahí donde hay que trabajar.
Los casos de éxito se suman en un contexto donde prevalece el desconocimiento sobre una actividad que, bien aplicada, genera resultados convenientes para todos los sectores productivos de nuestra ciudad. Junín sigue creciendo pero aún adolece de la unión entre las variables fundamentales para enfrentar lo que viene. Por un lado los empresarios con sus estructuras cada vez más grandes y la necesidad de facturar. Por otro, un núcleo de egresados de diversas fuentes de capacitación, algunas serias y otras no tanto. Currículo sediento de trabajo que se presenta como oportunidades cada vez más escasas. Por último los políticos que, desde su percepción toman buenas y malas decisiones ante la ausencia de conocimiento técnico de algunas profesiones denominadas “modernas”.
Desde mi punto de vista, el desafío de los próximos años es abandonar fundamentalismos técnicos para humanizar las profesiones relacionadas con la gestión de intangibles. Entiendo determinante construir un vínculo entre políticos, estudiantes, empresarios y profesionales para potenciar el sector productivo de nuestra ciudad. Cada uno con su aporte: la decisión política que se requiere, la experiencia de quienes levantaron las empresas más importantes y la perspectiva técnica de las especialidades que acercan las nuevas generaciones. Abandonar la beligerancia o fundamentalismo sectorial para conformar un verdadero grupo de trabajo que siga proyectando la ciudad como un polo regional; entiendo es el camino o acabaremos desmembrados como muchas intenciones partidarias que sólo quedan en siglas (UNEN) pero nunca en palabras concretas (unen).
 

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