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PALABRAS DE LA MÁXIMA AUTORIDAD UNIVERSITARIA DURANTE LA CEREMONIA

Sabella fue distinguido como visitante ilustre de la Universidad

En el acto de homenaje al ex director técnico de la selección argentina de fútbol, el rector de la UNNOBA, Guillermo Tamarit, destacó su figura como “un líder democrático”.

Sobran los motivos para explicar por qué convocamos a Alejandro Sabella, por qué nos parece importante que una persona como él también esté en el ámbito universitario.
Muchas veces, en nuestra sociedad el fútbol invade en forma desmedida distintos ámbitos, y no siempre con los mejores ejemplos. Esta era una muy buena oportunidad para aprovechar esta pasión de los argentinos, esta fibra que nos conmueve, y resaltar que frente a todas las cuestiones que nos plantea el fútbol –muchas veces desgraciadas– cada tanto aparecen situaciones de las que debemos apropiarnos.

El ser
La universidad forma parte del mundo del ser. Acá no nos preocupamos por por lógicas que invaden otros sistemas, como tener minutos televisivos o acceder al consumo como una manera de formar parte de la comunidad, sino que ocupamos un espacio en un esquema en donde el ser tiene mucho más que ver con la esencia de la actividad educativa.
La universidad se justifica en la medida en que, además de formar agrónomos, abogados o contadores, formamos en valores. Lo que se construye en sus aulas es un ciudadano, una persona que tiene que responder a su tiempo y a su sociedad de acuerdo a esos valores.
Creo que de las figuras del último tiempo, con esa gran visibilidad que da el fútbol, Sabella es una de las que ha expresado de mejor manera la posibilidad de volver a discutir sobre valores que tienen que ver con el respeto, la forma en que nos conducimos, la integridad y el hecho de ser un hombre cabal cuando uno gana y también cuando pierde. Si bien es cierto que ganar y perder no es lo mismo, los medios y los fines tienen que ser coherentes, y en esto Sabella nos ha dado una enorme lección a partir de su visibilidad en el Mundial.

“Líder democrático”
No voy a ahondar en sus atributos, pero sí voy a destacar el que lo define como un líder democrático, que se afirma en sus convicciones pero que es flexible para cambiar y resolver fante los nuevos desafíos en pos de las metas que se planteó.
Me tocó verlo como jugador, como técnico de Estudiantes y como entrenador de la Selección Nacional, y Sabella es una de esas pocas personas que es exactamente igual a lo largo del tiempo, desde aquél que se bajaba las medias promediando el segundo tiempo en un equipo campeón, hasta el que hoy tengo el placer de tener al lado. Siempre perseveró y obtuvo sus objetivos dentro de la misma línea de conducta.
La ejemplaridad es una de las bases de la educación y necesitamos muchos más ejemplos en este sentido, el de rescatar los valores y ponerlos al servicio de los objetivos de todos.

Conocimiento y esfuerzo
Quiero hacer una mención de alguien que se entrelaza en esta historia: en Junín nació Osvaldo Zubeldía, que si no es el que más ha influido en la historia del fútbol argentino, será uno de un grupo muy selecto. Y comparte con Sabella –y por eso no creo que haya tantas casualidades– dos temas que están íntimamente ligados a la actividad universitaria: el conocimiento y el esfuerzo para lograr los objetivos. La inteligencia y el trabajo para, con los medios adecuados, poder lograr los fines que nos proponemos.
Por eso, en nombre de la comunidad universitaria de la UNNOBA, tengo el gusto de entregar la distinción como visitante ilustre. <


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