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FINALIZÓ EL 6º FESTIVAL DEL BOSQUE EN LA PLATA CON DOS HOMENAJES

Cantaron con los fantasmas de Eduardo Falú y Atahualpa Yupanqui

Juan Falú y Liliana Herrera primero y el "Chaqueño" Palavecino después, dieron vida a las obras de los homenajeados en un emotivo concierto en La Plata.

Difícil es hallar dos modos más encontrados para recoger los sedimentos de una tradición popular que los que expresaron, por un lado, Juan Falú-Liliana Herrero, en un homenaje a la música de Eduardo Falú y, por otro, el cantor Oscar Chaqueño Palavecino con un tributo a la obra de Atahualpa Yupanqui, ambos en la jornada final del 6º Festival del Bosque (ex FIFBA).
El Festival del Bosque, que mostró este año sus mejores índices históricos de concurrencia, siempre gustó de presentarse ecléctico, capaz de albergar diferentes estéticas y miradas hasta contradictorias del hecho musical; sin embargo que el tributo a Yupanqui quedara en cabeza de Palavecino constituye un hito de esas tensiones internas.
La guitarra tucumana de Falú y la interpretación creadora de la entrerriana Herrero protagonizaron un momento de intensidad y relieve artístico.
Sin anunciarlo de esa manera, en el pequeño escenario "Fogón", que invita a la proximidad con el público, el concierto se inauguró con referencias implícitas al Festival de Cosquín, de enero pasado, donde Falú ensayó, sin suerte, un homenaje a su tío Eduardo, interrumpido por la organización.
Dos piezas de la dupla Eduardo Falú-Jaime Dávalos, uno de los trabajos de colaboración más determinantes de la poética y la música argentina, silenciaron al público cuando comenzaba a anochecer en La Plata.
"La tonada del viejo amor", y "Milonga del alucinado", que estaban en el repertorio frustrado del último Cosquín, inauguraron el homenaje.
La guitarra de Juan Falú entregó dos reconocimientos a la obra de Ariel Ramírez; primero con la zamba "La tristecita" para luego embarcarse con audacia en el terreno de la improvisación bajo la guía melódica de "Alfonsina y el mar". "Vieron que no hace falta cantar siempre lo mismo que ya se ha cantado", reflexionó luego Herrero con el público. Lejos de ese enunciado, Oscar Palavecino, en el cierre del Festival, se propuso un homenaje a la figura de Yupanqui, que se redujo a tres temas, "El arriero" "La añera" y "Cachilo dormido", con promesa de un disco de 15 canciones. 

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