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OPINIÓN

“La Educación necesita cambios”

Faltan dos meses para cerrar el ciclo lectivo, pero es en este momento en el que el Gobierno Provincial eleva a consideración de la Legislatura el presupuesto; por tanto ahora (y no en marzo) se juega buena parte de la suerte del próximo ciclo lectivo.
 La responsabilidad política puede medirse por el nivel de previsión razonable que un dirigente hace de las circunstancias que debe gestionar.
 No incorporar ninguna pauta de ajuste salarial en el presupuesto es una invitación al conflicto de absoluta irresponsabilidad, y muestra la verdadera cara del gobernador: componedor frente a los medios e improvisado en el uso de las herramientas concretas de gestión.
 No es mi interés tirar por la borda los esfuerzos hechos y como Intendente y dirigente político estaré siempre en primera línea para colaborar en la búsqueda de soluciones; pero mi personal evaluación de lo hecho estos años puede sintetizarse así: se han puesto mayores recursos, se han construido escuelas y se ha mejorado la condición de los docentes, pero no podemos afirmar que hayamos logrado los resultados esperados. Creemos que no hubo una adecuada conducción, criterio y centralidad en algunas cuestiones que se evidencian críticas.
 La escuela pública está asediada y nuestra responsabilidad no es proponer una varita mágica para el futuro y gobernar el presente con un nulo sentido del compromiso. Nuestra responsabilidad es generar condiciones de diálogo, para que docentes, padres y alumnos puedan centrarse en la tarea relevante: formar personas, prepararlas para la vida cívica, el trabajo y la posibilidad de realizarse y ser felices.
 Al margen de evitar el “ninguneo” de la cuestión salarial, el Gobierno Provincial junto a sindicatos, pedagogos y actores sociales vinculados con la educación debería centrarse en prioridades que la realidad muestra claramente:
a) Lucha contra la violencia en la escuela, formación por una cultura de paz, b) Extensión de los servicios para niños antes del pre-escolar de modo de romper la brecha social con herramientas educativas, c) Discusión urgente de un nuevo formato para la escuela media, d) Mejorar la formación docente y centrar los esfuerzos formativos en las capacidades estructurales e) Las instituciones educativas necesitan ser mejor gestionadas y en esto juegan un rol preponderante los estamentos directivos. Ya no basta con un concurso para poder elegir a los conductores de nuestras Escuelas, es necesario implementar la carrera de Directivo, que tenga como obligación el ser docente y brinde contenidos que permitan determinar y orientar objetivos, liderar procesos, organizar la estructura escolar y clarificar los contenidos curriculares.
 Las prioridades son un esfuerzo por hacer foco en un tema absolutamente inmenso y complejo.
 El Gobierno parece estar haciendo tiempo, dilatando la explosión de una bomba latente. No nos sirve esa actitud, ni al gobierno ni a la sociedad.
 Abramos el debate francamente y construyamos una política de Estado en torno a las reformas imprescindibles de nuestro sistema educativo.
 Un Gobierno que no dice nada es socio del fracaso. Esto sucede en nuestra Provincia, donde lo que debe acordarse rápidamente para poder dar paso a atender aspectos pedagógicos, se estira infructíferamente hasta que un nuevo ciclo lectivo tenga que dar inicio, volviendo a la reiterada cantinela de víctimas y victimarios.
 La Educación espera un cambio que muchos proclaman, pero que están demasiado demorados. Está claro que el camino  para conseguir algo distinto no es aplicar las mismas medidas de los últimos tiempos; y es acá donde la Política debe jugar un rol relevante. 

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