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MARKETING APLICADO

Mirame.

Carta de un consumidor.

En ocasiones parece que entre el comerciante y el cliente hay una barrera, un ruido en la comunicación. Dos mundos inconexos que pujan por alcanzar objetivos aparentemente diferentes cuando en realidad, es tan simple y vinculante como la oferta y la demanda. Uno quiere vender y el otro comprar. El punto es que la monarquía del comerciante acabó ante la multiplicación de alternativas. El cliente recuperó el poder; ya no se trata del producto en cuestión sino del servicio; ya no es tanto el “qué” sino el “cómo”. Ante esta situación imaginemos como sería una carta íntima e inquisidora. Columna fresca y liviana de viernes. Hoy de acá para allá, del cliente al comerciante y dice así:
Hola, soy tu cliente. No me maltrates para después promover artificios discursivos en pos de recuperar mi presencia. No me cierres la puerta en la cara porque se te enfría la milanesa si al despertar de la siesta, siempre la siesta, pretendes que esté firme y demandante a las cuatro de la tarde.
Cuidame, acordate de lo que me gusta y como me gusta. No pierdas el tiempo proponiéndome cosas que claramente no son para mí. Entiendo que estás cansado y es la hora del cierre, en todo caso pensá mis horarios y modificá los tuyos, sólo así nos podremos encontrar en otro momento.
Ya no sos único en la ciudad, hay otros que me quieren tanto como vos, o más. Quiero serte fiel pero estoy dispuesto a cambiar si no me tratas bien. Nunca dejes de actualizarte y estar atento a mis necesidades; puede que hoy no te compre nada pero en la próxima oportunidad seguramente pensaré en vos.
No exageres, se nota cuando simulas simpatía y no me cae bien. No somos amigos de toda la vida aunque a futuro podemos serlo. Dame el suficiente tiempo para mirar, analizar y decidir. Mantenete expectante, puede que cuando menos lo imagines necesite de tu ayuda y ahí tenés que estar.
Actualizate, ofreceme cosas nuevas y acompaña mis cambios; ya no soy el mismo de antes, pasaron muchos años y ahora mi vida cambió. Mantenete despierto, activo y pensá que hoy estamos bien pero mañana no lo sé. Mirame, no sos vos, soy yo.

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