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DATOS ALARMANTES

Afirman que en Junín existen unos 23 asentamientos y barrios “informales”

El dato se desprende de un relevamiento realizado por “Techo”, una ONG de orden internacional dedicada a buscar soluciones habitacionales para los sectores más desprotegidos. En cada sector viven entre 30 y cuarenta familias.

La proliferación de asentamientos y barrios informales parece estar dándose a pasos agigantados en Junín, que hoy cuenta con, al menos, 23 sectores con estas características.
El dato se desprende de un estudio realizado por la ONG “Techo”, una entidad de nivel mundial dedicada a buscar soluciones concretas para las problemáticas habitacionales de los sectores más desprotegidos.
En diálogo con Democracia, la representante de la organización en nuestra región, Carolina Esteban, comentó los resultados de las encuestas realizadas en los últimos meses y detalló que en nuestra ciudad existen diez asentamientos, cinco barrios “grises” y siete barrios “informales”.
En este sentido, explicó que los primeros se caracterizan por ser zonas de viviendas que no poseen ni títulos de propiedad, ni boletos de compra-venta, ni servicios básicos tales como luz, gas, agua corriente o cloacas; mientras que los barrios informales son aquellos conformados por un mínimo de ocho viviendas sin título de propiedad ni boleto de compra-venta y que, por lo menos la mitad, no cuenta con alguno de los servicios.
Finalmente, los barrios considerados “grises” son los que presentan características de los dos anteriores.
“En las encuestas recabamos que en cada sector o sub-barrio viven entre 30 y 40 familias”, afirmó la especialista, por lo que se estima que al menos unos 600 grupos familiares habitan la ciudad en condiciones irregulares.
“En general, estos barrios están ubicados en la periferia, pero esto no quiere decir que todas las personas que viven en ellos sean pobres. Muchos son trabajadores, que pueden vivir de lo que hacen, pero no les alcanza para pagar el alquiler”, sostuvo.
Para mantener ciertos cuidados y no poner en riesgo a los adultos y niños que viven en los asentamientos, Esteban prefirió que no sean publicadas las zonas concretas en las que se encuentran, aunque sí mencionó los barrios afectados por el fenómeno, entre ellos están La Celeste, Martín de Güemes, Los Almendros, Bicentenario, Capilla de Loreto, San Antonio, Norte, Mayor López, Petit France y Ricardo Rojas, entre otros.
“Yo no manejo los datos de la Región, por lo que no puedo hacer comparaciones. Pero desde mi punto de vista, el número de asentamientos y barrios informales me parece altísimo”, reconoció la mujer, quien subrayó que no fueron relevadas las zonas rurales.

La organización

Techo trabaja en asentamientos precarios y su motor esencial es la acción conjunta de sus pobladores y voluntarios, quienes impulsan un proceso continuo de fortalecimiento de la comunidad.
En una primera fase, los voluntarios identifican y caracterizan las condiciones de vulnerabilidad de hogares y asentamientos con el apoyo de referentes de la comunidad y otros actores influyentes, impulsando desde un inicio la organización, participación y corresponsabilidad de la ciudadanía.
En una segunda fase, se generan espacios participativos y se desarrollan soluciones concretas en conjunto con los pobladores, a fin de enfrentar las necesidades identificadas.
La precariedad habitacional es uno de los problemas prioritarios y urgentes de los asentamientos, por lo que la ONG empieza este proceso de desarrollo comunitario construyendo viviendas de emergencia, con la participación masiva de voluntarios y familias. Esta vivienda es una solución concreta y realizable al corto plazo, que impacta en la calidad de vida de las familias y genera los primeros vínculos de confianza entre los voluntarios y la comunidad, a partir del trabajo conjunto.
Posteriormente, Techo conforma una Mesa de Trabajo, instancia semanal de reunión y diálogo entre líderes comunitarios y voluntarios, a partir de la cual se identifican otras necesidades prioritarias y se desarrollan programas para enfrentarlas. Los principales programas desarrollados tienen que ver con talleres de apoyo escolar y alfabetización para adultos; fondos concursables para el desarrollo de proyectos comunitarios; campañas de prevención y promoción de salud; y capacitación en oficios básicos y formación laboral.

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