TRIBUNA DEL LECTOR

“Memo”

Los discursos en el Senado de la Nación se sucedieron ininterrumpidamente, casi hasta el hartazgo. Fueron muchos los anotados para hacer uso de la palabra. Además, en un año electoral hay que mostrarse.
Pese a la recurrencia de las argumentaciones y reconociendo que hubo exposiciones interesantes y muy elaboradas, cualquier lego en la materia pudo apreciar la mayor enjundia y solidez de los argumentos aportados por las bancadas opositoras, rechazando el Memorando de entendimiento con la República Islámica de Irán, frente a la postura del oficialismo o las aclaraciones del Canciller, que seguramente pasará a la historia por su torpeza y por ser un mero portador de apellido.
El final de esta etapa era predecible. Pese a las consideraciones éticas y de índole jurídica, constitucional, etc., el proyecto se aprobó. Queda como anécdota la actitud del jefe del bloque oficialista, de cumplir estrictamente el “libreto” bajado de la Rosada, que en un primer momento se opuso a rendir un minuto de silencio en homenaje de las    víctimas de Once, al cumplirse un año del desventurado suceso, y luego la metió “hasta el cuadril” con una peculiar clasificación de los muertos en la Amia: argentinos de religión judía y argentinos-argentinos. Tuvo que pedir disculpas-
En Diputados se repitió el plato, con algunos “entremeses”: como “retornar”  a la Cámara, al solo efecto de dar quórum, a dos diputados oficialistas que se habían alejado para desempeñar funciones de importancia en los gobiernos de sus respectivas provincias, o el insulto propinado a una legisladora opositora, por parte de un diputado, integrante de La Cámpora, cuyo único mérito es ser hijo de desaparecidos durante el Proceso.
Acá, las discusiones fueron más cargadas y quienes hicieron uso de la palabra no se privaron de nada en sus intervenciones. También aquí funcionó la “escribanía” y el proyecto se transformó en ley.
Pero, ¿qué motivó todo esto, que nos llevó a olvidar por unos días los problemas cotidianos: inflación, inseguridad, etc.?: Por una parte, la República Islámica de Irán obviamente persigue un “blanqueo” de su situación internacional, ante el aislamiento que sufre por su política de desarrollo nuclear, con posibilidades de aplicación bélica, o haber financiado y cobijado a organizaciones terroristas fundamentalistas, como Hezbollah. Además de lograr, si llega a un entendimiento con nuestro país, que Interpol deje sin efecto la orden de captura internacional que pesa sobre sus ciudadanos, presuntos autores del atentado, que ocupan altos cargos en su gobierno y que de ese modo podrán viajar libremente por el mundo.
Con relación a la Argentina, hay un tema a mi juicio muy importante y del que se ocuparon profusamente los analistas políticos y medios informativos el año pasado y que ahora se trató muy tangencialmente: me refiero a que la crisis energética por la que atravesamos significará una importación en combustibles, para el año en curso, del orden de los 12 o l3.000 millones de dólares, de los que no disponemos.
Pero sí, Irán y también Venezuela, a quien se menciona como mentor de este acercamiento.
Al Gobierno nacional no le preocupa ni le interesa la Soberanía, el pronunciamiento de nuestra Justicia, así como tampoco el atentado a la Amia, con su secuela de victimas. Simplemente utilizó una propuesta de Irán para solucionar un problema de caja.
De paso, en su afán de acrecentar poder, a la Sra. Presidente quizá no le disguste asumir el liderazgo de los países latinoamericanos gobernados por populismos progresistas, que ejerció hasta ahora el bolivariano Chavez, quien, que según dicen, igual que el Cid Campeador, sigue ganando batallas después de muerto.



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