En repetidas ocasiones he podido leer las opiniones del ex juez Patricio Gustavo Rosas publicadas en este medio y en otros, en algunas cosas estoy totalmente de acuerdo como por ejemplo con el título de esta nota, publicada el 2 de febrero último, pero en su gran mayoría no comparto su forma de hacer política hablando vagamente sobre temas económicos sin ser una persona que haya trabajado o estudiado en temas de esta índole.
Hoy por la mañana (por ayer), al recibir el periódico, como soy un ciudadano “privilegiado” que gracias al Estado he podido hacer el Jardín, luego la primaria en la Escuela N° 7, el secundario en la ENET N° 1, terciaria en el Instituto 20, y la carrera de Contador Público en la UNLP, o sea yo agradezco al Estado benefactor la posibilidad de poder haberme preparado en forma gratuita, cosa que creo que usted no comparte.
Digo esto porque en su nota dice que el Estado Nacional gasta cada vez más y con peor destino y yo me pregunto: está mal que el Gobierno invierta (a usted le encanta decir gasta) en educación, en energía, en construcción de rutas, en la estatización de YPF, etc., luego de leer esta mezcla de desinformación presentada por Rosas me siento en la obligación moral y ética de defender nuestra profesión, al Estado y al actual modelo económico llevado adelante por este Gobierno y poner en claro ciertos detalles omitidos por el citado autor.
Primero yo no conozco ninguna persona que cuando va a comprar al supermercado se acuerde del Indec. Uno va y compra hasta donde puede (que en los últimos años es bastante, así lo demuestra el crecimiento en las ventas). Este señor habla muy ligeramente de la compra de frutas en una verdulería intentando desinformar a los lectores haciéndoles creer que la inflación se mide según los aumentos de la verdura y la fruta, y se equivoca ya que si usted no lo sabe el índice de inflación se genera a través de un conjunto de artículos determinados y no sobre la fruta y la verdura solamente, que son productos estacionales y que, como bien saben los ciudadanos, la frutilla es muy cara en mayo y su precio baja considerablemente en octubre.
También y públicamente le quiero decir que en alguna oportunidad le solicité si podía explayarse un poco más sobre el tema del no pago de ganancias por parte de los señores jueces, sobre el pensamiento que usted tiene, ya que es interesante que los lectores sepan también quién les habla y desde qué lugar.
Tendría también que decir usted ya que tocó el tema de la inflación que su recibo de haberes no se ve perjudicado por la misma, ya que usted y todos los jueces tienen un ajuste por inflación anual que ninguno de los asalariados normales posee.
Habla usted de un contexto mundial sin inflación, pero poco dice de la recesión que están viviendo economías como la de EE.UU., Reino Unido, España, Portugal, Irlanda, Grecia, Italia, etc.
Yo lo invitaría a debatir sobre qué país queremos los argentinos, si queremos como dijo usted un país como el de los 90, con baja inflación y altísimo desempleo y pobreza, donde las medidas económicas pasaban por apoyar a través del libre comercio y recetas neoliberales el constante ingreso de divisas, algunas de dudoso origen que especulaban depositando en los bancos (ya que la tasa de interés era mucho más alta que la internacional) y luego se llevaban todo y mucho más fugando capitales sin control con el perjuicio que esto ocasiona al país.
Le aclaro que más del 60 por ciento prefiere otra cosa muy distinta a su propuesta de baja inflación y alta pobreza y desempleo. Prefiere poder tener su auto, su casa, su TV, su trabajo, sus paritarias, su tranquilidad de saber que un gobierno defiende sus intereses y no lo de pocos que se vieron muy favorecidos con el modelo que pareciera que usted tanto añora.
Si pone como ejemplo economías mundiales también estaría muy bueno que diga cuáles son las medidas que se están tomando para resolver los problemas que trae la crisis, como por ejemplo la reducción de los salarios, recortes en beneficios sociales, despidos en el sector público y privado, aumento de la edad jubilatoria, etc.
Me suena muy parecido a lo que sucedió en los años 90, ¿no? Bueno, usted bien sabe lo que pasó.
Cuando usted dice que los empresarios y personas en los 90 no generaban inflación, diciendo con esto que el Gobierno hacía lo correcto, se olvida que el negocio llevado a cabo por los grandes empresarios era la bicicleta financiera. En simples palabras, ponían plata en los bancos a altas tasas de interés y luego se llevaban el dinero a paraísos fiscales y demás lugares del mundo sin pagar impuestos, y no invertían un solo dólar en el país, ya que gracias al modelo neoliberal y la apertura indiscriminada del libre comercio no tenían ninguna restricción ni control y con todo esto no quedó una sola industria en pie. Esto lo que hizo fue generar desempleo, pobreza y la famosa delincuencia también herencia de gobiernos anteriores que el actual está enfrentando puntualmente, dándoles posibilidades de inserción a personas que habían quedado al margen de todo en épocas anteriores.
Por último, yo le pregunto Rosas, ¿por qué usted sólo le echa la culpa al Gobierno por la suba de los precios? ¿No debería buscar algún otro argumento más valedero al respecto? ¿Cómo puede ser decir que existen varios monopolios y oligopolios que son en realidad los que determinan el valor de los productos y que cada vez que se acuerdan en paritarias los aumentos de sueldos, automáticamente suben los precios quedándose con gran parte de los ingresos?
Y ya cerrando el tema, ¿usted me podría explicar cuál es el beneficio que obtiene el Gobierno generando inflación? Ya que el Gobierno también adquiere productos y servicios y si estos aumentan también se ve perjudicado. Ya sé, no lo sabe, y bueno, por ahí encuentra la respuesta en algún asesor, y en la próxima me lo responde.
TRIBUNA DEL LECTOR
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