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EL LIBRO ES EDITADO POR UNA EDITORIAL CORDOBESA

El escritor local Luciano Molina presenta su primera novela, “El círculo de Aión”

Será el próximo viernes, en el Museo de Arte “Angel María de Rosa”. En esta entrevista, el joven compositor habla de su vínculo con las letras y adelanta parte de su flamante creación.

Los que no conocen a Luciano Molina tienen que saber que no es un improvisado ni le llueven los recursos como para bancarse por su cuenta la publicación de una novela sin pestañear por el esfuerzo. Todo lo contrario: tiene en su haber varias composiciones literarias que vieron la luz –varias de ellas, al menos- en la desaparecida revista cultural “Nóumeno”, demuestra versatilidad en sus composiciones y, si hubiera más respaldo para los creadores de historias, ya contaría con una o más obras suyas poblando las librerías de la Ciudad.
De todas formas, el joven escritor juninense ha sabido esperar su momento y está a punto de presentar en sociedad su primer libro, “El círculo de Aión”, una ficción que atrapa por su conexión con dilemas existenciales de la humanidad. El lanzamiento será el próximo viernes, a las 20, en el salón auditorio del Museo de Arte “Angel María de Rosa”.
Mano a mano con Democracia, Molina habló de su vínculo con las letras y adelantó parte de su flamante creación.

-¿Cuánto hace que escribís? ¿Te acordás cuál fue el primer material literario que compusiste?
-Las ideas siempre rondaron en mi mente, pero que escribo hará unos trece años. Convengamos que cuando hablo de escribir me refiero a plasmar esas ideas a través de las letras. Siempre inventé historias, puede parecer loco pero me recuerdo andando en bicicleta por el barrio hablando solo, mientras mi imaginación me llevaba a otro lugar. También dibujaba historietas muy burdas aunque siempre había una historia que servía de marco. Pero si hablamos de escribir a mano, fue a los 15 años, una tarde de lluvia en la que para pasar el tiempo ideé un concurso literario para mis hermanas Marianela y Anahí, yo oficiaba de jurado. Mientras las esperaba, me puse a escribir mi cuento. Ellas terminaron, dictaminé el correspondiente empate, pero yo no pude terminar el mío, que seguí durante varios días. Creo que se llamaba “Utopía” y era de ciencia ficción.

 -¿Qué significa para vos escribir?
-Escribir es buscar respuestas, es desahogarse, es un puente a un mundo menos ordinario y es sobre todo un acto para crear conciencia en el otro. Una herramienta de enorme poder.
 
-¿Tenés un método o línea predeterminada para crear?
-Con los cuentos generalmente no tengo métodos, sino que éstos se ajustan a los pequeños argumentos que se me ocurren y que después van tomando forma. Por ahí me surge un lugar, una playa, por ejemplo, y comienzo a escribir. A medida que la historia toma forma va mostrando el sentido y así se puede ir viendo “esto va por este camino, se podría utilizar este símbolo o este mito” y surge por ejemplo “El arrebato de Orfeo”, un cuento que me trajo muchas satisfacciones, con el que obtuve un premio. Aunque, debo decir, mi verdadero método está en la corrección.

-¿Tenés algún escritor al que apelás como guía o se puede hablar de un estilo muy personal tuyo?
-Eso depende, hay épocas en las que estoy leyendo a determinado autor y encuentro que su técnica puede guiarme, pasa un tiempo y deja de ser mi guía y otro toma ese lugar. Pero tengo entendido que cada escritor es la mezcla de otras voces, por lo que considero que más que un estilo, habría que hablar de una confluencia de estilos en mi escritura.

-¿Qué historia contás en “El círculo de Aión”?
-“El círculo…” es una historia de amor que intenta desafiar el tiempo y la enfermedad. Un joven médico pretende seguir los designios de su padre en torno a una palabra: Aión (eterno retorno), y para eso viaja a Bariloche. Allí se sumerge en un misterio que linda con lo fantástico y que lo lleva a conocer a Silvina, una joven aristócrata aquejada por una terrible enfermedad. Debo aclarar que cuando hablo de lo fantástico, me refiero a un género que me atrae pero que en esta novela no es más que una excusa que sirve para hablar de cuestiones como el determinismo o el libre albedrío, temas que me preocuparon hace unos años y a los que intenté responder con la novela. En definitiva la historia de ficción termina siendo una conclusión a lo que pienso sobre esos temas.
 
-¿Cuánto tiempo te demandó terminar la obra?
- La escribí durante un año, pero me llevó otro corregirla y pulirla.
 
-¿Tenías el argumento ya definido antes de empezar o le fuiste dando forma mientras escribías?
-En el caso de esta novela, no hubo planificaciones ni esquemas. Tenía una idea, el elemento fantástico, y comencé a escribir. Primero fue una historia policial desde la perspectiva de un detective, pero no me convenció y volví a cero. Así comencé con esta historia a la que le fui dando forma mientras escribía.

- Para un escritor de una ciudad como Junín es complicado publicar un libro. ¿Qué significa para vos poder dar este paso?
-Significa una satisfacción, dejar atrás muchas inseguridades, es todo un desafío.

-¿Cuál es la editorial que publica la obra?
-Una editorial cordobesa llamada “Llantodemudo”.

-¿Qué expectativas tenés de acá en adelante, tanto con este libro como con otras actividades que forman parte de tu carrera?

-Es difícil hablar de expectativas, de hecho por mi bien decidí no planificar nada, para no frustrarme. Sin embargo, puedo aventurar que el año que viene estaré escribiendo una novela juvenil (es la reescritura de una historia que comencé a los quince en los viejos cuadernos gloria de 48 pág. y que concluí a los 19, catorce cuadernos después). Es una Saga a la cual, aprovechando que tengo el arco argumental de principio a fin, he decidido reescribir y adaptarla a mi estilo y visión de mundo actual. A esta historia la escribí como alumno de la secundaria y ahora la estoy reescribiendo como profesor, por lo que la perspectiva de la vida adolescente se ha enriquecido. El hecho de ser profesor me trajo muchas satisfacciones, fue encontrar el punto de equilibrio para todas las cosas que siempre soñé hacer (filmar cortos, realizar periódicos estudiantiles, fotonovelas, viajes educativos), con el plus de que si antes eran pensadas en solitario ahora no, son proyectos colectivos, en los que me implico en una maquinaria de entusiasmo mutuo.

-¿Agradecimientos?
Hay mucha gente que tiene que ver con esta novela. Primero le tengo que agradecer a mi familia, a mis viejos, sin la libertad que me brindaron, el incentivo permanente y las lecturas que me dieron, hubiese sido improbable llegar a este lugar; en segundo término a Claudio Portiglia, lector modelo, un maestro que supo ver las fallas. A Pablo Albarello, uno de los primeros lectores y gran motivador. A Valeria Paget, porque siempre creyó en la novela. A Sebastián Asegurado y Blas Rodríguez por pensar la tapa. Y a muchos más que estuvieron y ya no están y que fueron parte de esta historia. 

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