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RECORRIENDO LOS BARRIOS

En Martín Miguel de Güemes continúan esperando las cloacas y el gas natural

Además, solicitan un plan de base estabilizada y cordón cuneta. En tanto, desde la sociedad de fomento esperan poder mejorar la sede y piden más compromiso por parte de los vecinos.

Como suele suceder en los barrios periféricos de la ciudad, Martín Miguel de Güemes es un vecindario que en el último tiempo ha crecido considerablemente en cuanto al número de residentes, puesto que el desarrollo urbanístico de la ciudad obliga a quienes buscan espacios para construir su vivienda, que lo hagan en las zonas más bien retiradas, donde es más viable el acceso a un terreno.
De esta manera, este sector ubicado en el extremo sudoeste de la zona urbana de la ciudad tuvo un notable aumento demográfico, y actualmente unas 250 familias tienen su vivienda permanente en la zona. Tal vez no parezca mucho, pero sí lo es para un área en la que históricamente fue ocupada por quintas.
“Es un barrio que está creciendo, todavía hay lotes, pero se está poblando y hay muchas viviendas permanentes; esperamos que esto sirva para que el barrio crezca y mejore en todo sentido”, dice Liliana Perafán, integrante de la sociedad de fomento.
Es que, como lógica consecuencia, este crecimiento generó un aumento de las demandas de servicios por parte de los residentes.
De ellas, la más urgente es la extensión de las redes de cloacas y gas natural.

Infraestructura

El “Güemes” está delimitado por Soldado Argentino, Ramón Hernández, Ruta 7 y una última calle, que aún no tiene nombre. Los principales reclamos de los vecinos de este sector pasan por la ausencia de servicios básicos.
Según cuentan desde la sociedad de fomento, el agua corriente es la única de las prestaciones más elementales que se encuentra presente en todo el barrio.
En referencia a las cloacas y el gas natural, las redes solamente pasan por la calle Soldado Argentino, por donde se les brinda estos beneficios al cuartel del Ejército, pero no se amplían hacia las calles interiores del barrio. Y para los vecinos, ambas prestaciones son una prioridad absoluta.
La presidenta de la sociedad de fomento, María de los Ángeles Durán, explica que “se presentaron cartas y pedidos al Municipio pero las respuestas no fueron satisfactorias. Respecto de las cloacas, nos contestaron que no daban los niveles; y en cuanto al gas natural, hace tres años, cuando todavía no se había hecho la tercera planta de rebaje, el anterior presidente tuvo una reunión con el Intendente y éste prometió que el primer barrio beneficiado con el gas iba a ser Martín Miguel de Güemes, pero todavía no llegó”.
“La red la tenemos muy cerca –agrega Perafán– pasa por la calle Soldado Argentino, así que sería un avance enorme poder contar con ese servicio”.
En cuanto al alumbrado público, hay conformidad entre los vecinos consultados por DEMOCRACIA, dado que se colocaron luminarias donde hacía falta. “A veces los chicos rompen las luminarias con las hondas, pero en general todo el vecindario está iluminado”, señala Durán.

Las calles

La única calle que cuenta con asfalto es Soldado Argentino, que es la de ingreso al Cuartel. El resto de las cuadras no tiene ni siquiera cordón cuneta o mejorado.
Esto provoca que en los días de lluvias intensas se produzcan anegamientos, principalmente sobre la calle Ramón Hernández. Perafán asegura que “es imposible pasar por Ramón Hernández cuando llueve”, y agrega: “Las calles son bastante precarias, pasa la máquina y agradecemos eso, pero no es la solución. Lo ideal sería tener cordón cuneta”.
Las autoridades fomentistas aseveran que ya fue hecho el pedido para que haya una obra de base estabilizada y cordón cuneta, pero en este tema tampoco tuvieron respuestas.

Otros temas

En ese contexto, el servicio de transporte público se vuelve imprescindible y así lo hacen saber los vecinos. No obstante, aquí son “privilegiados” por contar con el servicio que va hasta el Parque Natural Laguna de Gómez, que les permite tener un medio de movilidad para ir hasta la zona céntrica de la ciudad. Este transporte es utilizado, principalmente, por lo chicos para ir al colegio.
En este barrio no hay establecimientos educativos ni de salud, aunque cerca de allí está la Unidad Sanitaria 9, un jardín maternal, el Jardín N° 919 y la Escuela N° 48, todo en el barrio Los Almendros, lindero al Martín Miguel de Güemes.
Desde la sociedad de fomento reconocen que la atención en la Unidad Sanitaria “es buena”.
En tanto, los terrenos baldíos con falta de mantenimiento fueron siempre un problema en este sector. Sin embargo, Durán remarca que “algunos lotes se han ido limpiando”.
Por último, en cuanto a la inseguridad, todos los residentes consultados coinciden en que es un lugar tranquilo. “La policía pasa regularmente, estamos custodiados, y no hemos tenido mayores inconvenientes, es un barrio tranquilo. Yo estoy acá hace doce años y no tengo ninguna queja”, resume Perafán.
No obstante, los vecinos se mantienen alerta ya que saben que aquí no están exentos de la realidad de toda la ciudad.

Sociedad de fomento

La actual comisión de la sociedad de fomento lleva algo más de dos años de gestión y su mandato fue renovado hace pocos meses.
La situación dentro de la entidad no es la mejor. Según dicen, no cuentan con socios porque es “muy difícil” lograr que la gente colabore. Pero además, dejaron de rentar el salón: “Hace unos meses que no lo alquilamos porque está deteriorado. Aparte entraron y robaron, cuando se alquiló no fueron cuidadas las instalaciones, entonces tenemos que acomodarlo un poco para volver a alquilarlo”.
De esta manera, se da una suerte de círculo vicioso, en el que no se puede alquilar el salón por su deterioro pero, al mismo tiempo, no cuentan con ingresos como para reparar lo que hace falta.
En cuanto a los servicios, en la actualidad no pueden ofrecer ningún curso para los vecinos “por las condiciones en las que se encuentra el lugar”.
Hasta no hace mucho tiempo, había talleres de Salsa y de Gimnasia, pero al poco tiempo de haber comenzado, los asistentes dejaron de ir y las actividades fueron levantadas.
También concurría una maestra que daba apoyo escolar para alumnos que tenían que terminar la primaria, pero un inconveniente con uno de los estudiantes provocó que se terminaran esas clases: “Había un chico que generaba inconvenientes, vino alguna vez con un arma, entonces la maestra dejó de venir. Y el servicio fue trasladado a Los Almendros”.
Por todo ello, desde la entidad barrial se lamentan por la escasez de compromiso por parte de los vecinos, como resume Perafán: “Faltaría colaboración de la gente del barrio, pero bueno... uno tiene que seguir adelante”. 

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