EL CRIMEN DEL PEDIATRA JUNINENSE OCURRIÓ EN MARZO DE 2011

Declararon nuevos testigos y ahora llegan los alegatos en el juicio oral por Cobas

La próxima audiencia está programada para el miércoles, a las 10, y será la última antes que los jueces den a conocer el fallo y la sentencia para los dos acusados de haber asesinado al médico.

Ayer se cumplió la cuarta jornada del juicio oral y público contra los dos acusados de haber asesinado al médico juninense Arturo Eduardo Cobas, el 16 de marzo de 2011.
Nuevos testigos comparecieron ante el Tribunal Oral Nº1, integrado por los jueces Esteban Melilli, Miguel Ángel Vilaseca y Karina Piegari, y brindaron testimonios que permitirán establecer la culpabilidad o no de Jorge Emmanuel Ferreyra y Gonzalo Leonel Fernández.
El proceso continuará el próximo miércoles, a las 10, fecha en que está prevista la lectura de los alegatos. Posteriormente, en una fecha no establecida aún, los magistrados darán a conocer el fallo y la sentencia para ambos implicados en la causa.
Hasta ahora, los testimonios más resonantes complican a Ferreyra. El último de ellos fue el de Enzo Glennon, ex amigo del imputado, cuyo relató fue contundente. Glennon describió que el 15 de marzo de 2011 era el cumpleaños de Jorge e invitó a éste a festejarlo en su casa. Es así que Ferreyra fue a su casa y comió junto con Enzo y su familia compuesta por su esposa e hija. “Después fuimos a la Laguna, tomamos vino, volvimos a mi casa. Me pidió prestada la moto y un buzo, pero yo le presté un chaleco y se fue. Al rato, cuando volvió, estaba sin chaleco, cuando le pregunté dónde lo había dejado, me dijo que lo había perdido, que lo había prendido fuego. Estaba nervioso y dijo que había ido a la quinta del doctor Cobas y que lo había matado. ‘Me mandé una cagada, maté a un puto’, recordó Glennon que dijo Ferreyra aquella madrugada del 16 de marzo.
“Le pedí que se fuera, que me iba a comprometer. No le creí y me acosté”,  dijo.
Cuando le preguntaron si había visto la ropa que vestía su amigo y si estaba sucia o manchada (con sangre), respondió que no, que no había visto nada de eso.
El testigo dijo que él también conocía al doctor Cobas, porque su madre trabajaba en el Hospital, y también en su quinta. Manifestó que conocía a Aníbal Araya, parquero de ese lugar, desde antes de conocer a Ferreyra y que por eso había ido a la quinta del doctor Cobas pero afirmó que nunca había entrado.
El fiscal le preguntó sobre el celular que usaba en ese momento y el número que tenía, tratando de averiguar si en esa madrugada Ferreyra se lo había agarrado, puesto que había registrado en el teléfono del doctor Cobas una llamada de 4 segundos a ese número, a las 5.23 del día del hecho. El testigo respondió que no sabía que el doctor Cobas había llamado a su celular.
“A ese chip lo rompí, porque después Ferreyra me había mandado mensajes, y uno de ellos preguntándome si se sabía quién había matado a Cobas”, apuntó. 

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