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EN EL ALMACEN “EPOCA DE LIMONES”

Alimentación natural: unas 200 personas asistieron a la charla de Néstor Palmetti

El técnico en dietética ofreció un taller sobre la resolución de problemas crónicos. El especialista explicó los beneficios de una dieta saludable para mejorar la capacidad mental, el nivel energético, la resistencia física y las funciones hepática, renal y sexual.

Unas doscientas personas asistieron días pasados al taller intensivo dictado por Néstor Palmetti, titulado “¿Cómo resolver problemas crónicos?”.
La charla giró en torno a los beneficios que la alimentación natural y las prácticas de “depuración” tienen para la salud de las personas, en particular, para la mejora del nivel energético, la capacidad mental, la resistencia física y las funciones hepática, renal y sexual, entre otras.
Tras el encuentro, el especialista explicó pormenorizadamente los conceptos abordados y aseguró que “la depuración y la correcta nutrición son la base para recuperar plena calidad de vida”.
-¿En qué consiste su propuesta?
-Depuración y nutrición son la base de nuestro abordaje para recuperar plena calidad de vida. Consideramos que es el ensuciamiento corporal crónico la causa profunda de las mal llamadas enfermedades. Frente al agobio que genera la toxemia crónica, el camino del sentido común es “limpiar y no ensuciar”. Para ayudar en el proceso, hemos publicado dos libros específicos: Cuerpo Saludable (cómo limpiar) y Nutrición Depurativa (cómo alimentar sin ensuciar), y también dos guías rápidas con el mismo tema: Paquete Depurativo y Alimentos Saludables.
-¿Por qué dice “las mal llamadas enfermedades”?
- En realidad el cuerpo tiene sólo dos estadios: orden o desorden. Así de simple. Cuando hay orden, ni nos acordamos del cuerpo y todo fluye maravillosamente: hay energía, ganas de hacer cosas, creatividad, alegría. Cuando perdemos ese orden y dependiendo de la gravedad del desorden, hablamos de síntomas agudos (gripe), enfermedades crónicas (diabetes) y enfermedades degenerativas (cáncer). Más allá de los rótulos, son simples estadios del desorden biológico. Y si profundizamos, comprendemos que son mecanismos de supervivencia corporal (homeostasis orgánica).
-¿Podría dar un ejemplo?
- La hipertensión. El corazón se ve obligado a bombear con más fuerza, no por capricho o error, sino para compensar el espesamiento sanguíneo (ensuciamiento) y poder garantizar la adecuada irrigación. Sin embargo, se la considera una enfermedad y se la medica, en lugar de “limpiar” la sangre.
- ¿Qué es el ensuciamiento?

- El ensuciamiento es un fenómeno de las últimas décadas, generado por nuestra antinatural forma de alimentarnos y nuestro total olvido del mantenimiento depurativo. El problema comienza cuando los alimentos que ingerimos no están adaptados a nuestra fisiología. Entonces, la digestión de la comida es insuficiente, la flora se desequilibra, se genera putrefacción, inflamación y enlentecimiento del bolo alimenticio. Esta combinación de factores genera un peligroso incremento de la permeabilidad intestinal, lo cual permite que gran cantidad de macromoléculas alimentarias y bacterianas, atraviesen fácilmente la delgada mucosa intestinal. De ese modo, gran cantidad de sustancias inconvenientes (incluidos huevos de parásitos) se vuelcan rápidamente al flujo sanguíneo, generándose graves problemas ulteriores, como el colapso hepático, las nuevas parasitosis y el “tilde” del sistema inmune.
- Entonces es importante evitar el ensuciamiento, pero si el cuerpo está intoxicado ¿se debe empezar por depurar?
- Claro. Si hay síntomas, hay ensuciamiento. En todos los casos es importante comenzar un profundo trabajo depurativo, que prevea la limpieza de los órganos colapsados (lavaje intestinal, depuración hepática profunda, limpieza renal), el desparasitado (algo esencial), la depuración de los fluidos (sangre, linfa) y un reposo digestivo (un día a la semana, sólo frutas). A su vez, debemos identificar los alimentos “ensuciantes” para descartarlos de la dieta, al menos hasta haber superado la crisis. Al mismo tiempo debemos comenzar a utilizar alimentos más genuinos y mejor adaptados a nuestra natural capacidad digestiva (semillas, frutas, hortalizas; lo más crudo posible). La clave es “limpiar y no ensuciar”.
- Prácticamente una dieta vegetariana…
- Le aclaro que esto no tiene que ver con filosofías o “ismos” de moda. Esto es fisiología pura. Si bien el vegetarianismo es una de las pocas opciones ambientalmente sustentables en el tiempo, cuando hablamos de salud debemos pensar en nuestro diseño biológico frugívoro. Durante cinco millones de años de evolución, debimos adaptarnos a cambios ambientales y sobrevivimos “gracias” a la proteína animal, la cocción y los cereales. Pero en lugar de volver a las fuentes, culturizamos estos hábitos “no fisiológicos” (por razones adictivas) y ahora le sumamos la industrialización alimentaria. Por eso vivimos menos y peor.
- Pero si cada vez vivimos más…
- No, eso es una falacia. Nuestro diseño biológico es para 140/150 años. Esa longevidad humana existe y funciona en distintas latitudes y etnias (hunzas, caucásicos, vilcabambianos). Pero se manipulan las estadísticas y por reducción de mortalidad infantil, parece que aumenta la expectativa de vida. Basta ver la baja longevidad y la pésima calidad de vida de nuestros ancianos, comparados con algunas generaciones atrás. Los españoles están previendo una expectativa de vida de 55 años para los niños que nacen ahora. En EEUU tienen 72% de la población con sobrepeso. Es obvio que algo estamos haciendo mal como sociedad.
- En su caso personal, salió de problemas serios ¿qué puede contar?
- Hasta 1992 venía como todos, comiendo cualquier cosa, con sobrepeso, estresado, sin energía, desmineralizado, contracturado, con desmayos. Y dije basta. Empecé a investigar y experimentar técnicas depurativas, ayunos frutales, cambios alimentarios… En poco tiempo recobré la salud, recuperé mi peso fisiológico), volvió la energía, la plenitud. Estos resultados, me impulsaron a compartir todo esto con los demás. 

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