OPINION

El Estado ausente y los padres desaparecidos

Las callecitas de Junín, tienen ese... ¡descontrol! y en especial sus avenidas (y a modo de ejemplo, la avenida San Martín) que parecen un verdadero autódromo. Autos y motos haciendo picadas, los semáforos en rojo que parecen ser sólo un elemento decorativo y los cascos en las motos, bien gracias.
Este pensamiento surge luego de recorrer y transitar las calles céntricas a las 4 de la mañana, el sábado 26. En la puerta de un conocido boliche había cientos de jovencitos, por no decir casi niños, agolpados y desesperados por entrar. No estoy en contra de que los mismos asistan al boliche, sólo me llamó la atención la hora y su corta edad. A dos cuadras de allí, los bomberos y la policía intervenían en un accidente automovilístico. En ese mismo momento crucé un par de chicos en motos, llevando las típicas botellas de plástico recortadas con bebidas alcohólicas adentro.
No estoy en contra de la diversión de nuestra juventud; muy por el contrario, creo que la ciudad debería tener muchas más opciones para ofrecernos de las que hoy existen. Simplemente con esta nota, me gustaría poder llamar a la reflexión, dado que a veces ya es tarde y tenemos que lamentar que muchos de nuestros vecinos sufran alguna desgracia a causa de nuestras noches descontroladas.
Es cierto que el Estado está muy ausente. Faltan controles y los pocos que hay, no son del todo eficientes. Pero, ¿por qué siempre echarle la culpa a los otros? ¿Por qué tirarle la pelota a la Policía, a los inspectores municipales o al estado en general? ¿Qué hay de la responsabilidad por nuestros propios actos? ¿Acaso no sabemos ya, que si tomamos alcohol no debemos conducir? ¿Acaso no sabemos ya, que si andamos en moto, debemos usar casco? ¿Acaso no sabemos ya, que un semáforo en rojo nos dice que nos detengamos? Y por último, y lo que más me preocupa, ¿saben los padres de esos jovencitos qué sucede en las noches? ¿Saben dónde están sus hijos? ¿Saben el riesgo que implica todo este descontrol? Es verdad, el Estado está ausente; pero los padres, desaparecidos.

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