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DOLOR E INDIGNACION POR LA NENA QUE MURIO ELECTROCUTADA

Familiares y amigos de Daniela reiteraron su reclamo de justicia

Se concentraron ayer, a las 11, en la plaza 25 de Mayo, y marcharon a la empresa, donde prendieron velas y se manifestaron pacíficamente. “Queremos que alguien dé la cara”, expresó el padrastro de la nena a DEMOCRACIA, en medio de un profundo dolor. La fiscal investiga si hubo “falta de mantenimiento o negligencia” por parte de la compañía.

Ricardo Torres arquea los brazos mientras sostiene con fuerza un enorme cartel con la foto de su hija, Daniela Ferreyra, la nena de 9 años fallecida el sábado último, luego de tomar contacto con un cable de energía eléctrica que estaba suelto en la calle.
Y cuando parece que el cansancio finalmente lo vence, se restablece y entonces sí, aprieta fuerte los dientes y fija su mirada sólo en la puerta de las oficinas que EDEN SA tiene sobre la calle Belgrano, a la espera de que alguien “salga y dé la cara”, como afirmó ayer en diálogo con este diario.  
Algunos manifestantes prenden velas y las apoyan en la base de los vidrios polarizadas de la compañía eléctrica, otros aplauden, caminan.
Sandra Núñez, mamá de la pequeña que este año iba a comenzar cuarto grado en la Escuela Nº 22 y quería estudiar “para ser alguien en la vida”, sujeta con fuerza a su bebé, no puede contener tanto dolor, y llora.
“Quiero que salga el gerente, que nos explique qué pasó”, repite el padrastro de la niña, indignado. “La responsabilidad principal es de EDEN; ya habíamos hecho cinco denuncias”, asegura, y repite que la ambulancia “tardó media hora” en llegar al lugar, y que los uniformados se negaron a brindarle los primeros auxilios con el argumento de que “no sabían”.
El martes último familiares y vecinos de la nena se manifestaron en la puerta de EDEN y, por la noche, se concentraron frente a la casa del intendente municipal Mario Meoni, que los recibió y les prometió ponerse al frente de la investigación y asistir a la marcha que se realizó ayer.
Pero el jefe comunal no estuvo presente en la manifestación, según informaron voceros oficiosos del Gobierno local, porque “tuvo que viajar”.
En este sentido, el padrastro de Daniela expresó: “Le importó más una audiencia, un trámite, que el dolor de una familia juninense”.
Daniela murió en un infortunado accidente, este sábado, cuando se dirigía a comprar crema de enjuague a una despensa ubicada justo enfrente de su casa, en la calle Gandini, entre José Mayo y De Marchi, luego de que cayera una intensa lluvia en la ciudad. Así, la pequeña tomó contacto con un cable trifásico, que habría estado “pelado”, según comentaron los padres a este diario.

El Intendente intentó despegarse

El martes, cuando salió a atender a los familiares, vecinos y amigos de la víctima, Meoni se desligó completamente de las causas que ocasionaron la tragedia y aseguró que el Gobierno local “ni siquiera puede controlar” a EDEN, la empresa a cargo de la distribución de la energía en nuestra ciudad, a cuyo cargo se encuentra el mantenimiento y reparación de los cables de alta tensión de la vía pública.
“Hay cosas que ocurren en la ciudad y en las que nosotros no podemos hacer nada, más que seguir a la justicia. Con respecto a EDEN, ni siquiera podemos controlarla. Es más, nosotros también la sufrimos”, declaró el jefe comunal.
Ante la insistencia de los vecinos, que no tardaron en hacerlo responsable por la falta de ambulancias en el Hospital Interzonal General de Agudos “Abraham Piñeyro”, el funcionario aseguró: “Es verdad que tiene un solo móvil, pero eso no depende de mí, sino de la Provincia. Intermed sí tiene cuatro ambulancias, que están en permanente funcionamiento. Vamos a investigar qué es lo que pasó el sábado, porque tenemos los medios para hacerlo”.
Transcurridos varios minutos del encuentro, los ánimos de los manifestantes se fueron apaciguando, lo que permitió que el diálogo continúe en un tono menos hostil.
En ese contexto, Meoni intentó “ponerse en el lugar” de los familiares y aseguró: “A mí me desespera cuando mi hijo se lastima un pie, ¡cómo no voy a entenderlos!”.
En otro orden, y ante el constante reclamo de los vecinos -que aseguraron no tener las mismas “ventajas” que los juninenses que viven en el centro-, agregó: “Para mí tiene más valor acompañar a cualquiera de ustedes, que a alguien que puede contar con sus propios recursos para ir a la Justicia”.

Una vida llena de sueños

Daniela Ferreyra tenía nueve años y toda una vida por delante. Pero el destino, la desidia o la fatalidad hicieron que el pasado sábado dejase de existir, convirtiendo en un calvario la vida de toda una familia.
Alrededor de las 19 de ese día, en un acto de “rebeldía”, la nena salió de su casa del barrio Emilio Mitre para comprar una crema de enjuague en la despensa de enfrente de su vivienda.
Fue entonces cuando, por descuido, entró en contacto con un cable de alta tensión que, por motivos que se desconocen, estaba tendido sobre la vereda.
“No me acuerdo bien la hora, pero me acuerdo que ella me dijo: ‘papá, me voy a comprar una crema de enjuague’. Yo le dije que no vaya porque había llovido, pero era cabeza dura”, expresó Ricardo Torres, padrastro de la nena, en una entrevista con DEMOCRACIA.
“Igualmente, acá no pasa porque yo le haya dicho que no fuera. Esto fue el destino, fue un accidente que hubiera podido evitarse”, continuó, haciendo alusión a su reciente muerte.
Con los ojos esquivos y una mezcla de angustia, bronca y resignación, Torres detalló cómo fueron los hechos y aseguró que una semana antes del “accidente”, varios vecinos habían denunciado el desprendimiento del cable de luz.
“El mismo sábado 25, a la mañana, un vecino hizo un reclamo y le dijeron que no [podían venir] porque tenían que esperar una orden. Tuvieron que esperar a que se me muera mi hija para venir a arreglar el cable”, lamentó Ricardo, quien además es padre de un nene de cuatro años y de una beba de uno.
Sandra Núñez, la madre de la nena fallecida también criticó a EDEN y expresó: “A mí no me pidan que explique nada, vayan a pedirle explicaciones a los de EDEN, porque acá murió mi hija, que era una inocente. Los vecinos estuvieron reclamando una semana porque había un cable pelado. Yo salgo a laburar para darle de comer a mi hija y vengo y me la encuentro ahí tirada”.

“Tengo el alma hecha pedazos”

“Hoy tengo el alma hecha pedazos”, aseguró Ricardo, aunque aclaró que no va a seguir llorando, porque se lo “prometió” a Daniela.
Sin embargo, la tristeza se le cuela por la voz al hablar de su hijastra, a quien describe como una nena “con grandes aspiraciones”.
“Dentro de lo chiquita que era, era grande. Tenía momentos de grandeza, aspiraba a ser alguien en la sociedad”, comentó el hombre y contó que la nena de nueve años “tenía las mejores notas y era la que más leía de corrido de todas las alumnas”.
Torres reclamó justicia por la muerte de su hijastra y afirmó: “A mí no me la van a devolver ni con plata, ni con una casa. Lo que nosotros realmente queremos es que aparezcan los responsables de esto”.
“Lo único que queremos es que no haya otra Daniela, que no le vuelva a pasar a otro lo que le pasó a mi hija”, remató. 

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