1. Para divertirte. Mucha gente cree que leer es algo serio y aburrido. Pero no, son sólo prejuicios. Si tus hijos prefieren mirar la tele, podés empezar a estimularlos con lecturas simples, cortas: libros de chistes o historias de aventuras. Hay muchas herramientas para hacer que la lectura resulte una experiencia divertida, desde imaginar mundos desconocidos hasta ponerse en el lugar de los personajes, pensar qué haríamos en su lugar, criticarlos, reírnos con y de ellos.
2. Para compartir. La lectura en voz alta es una experiencia muy enriquecedora. Al leerles cuentos a tus hijos, elegís un tono de voz, transmitís pasión, indignación, calma, sorpresa. Captar la atención a partir de una historia implica compartir un momento único, presenciar las reacciones que van teniendo. Además, ellos descubren que a los adultos también nos interesan sus libros. Si se trata de niños muy pequeños, leer en verso puede ser estimulante: podrán recordar y repetir las rimas una y otra vez.
3. Para aprender. Los libros transmiten conocimientos y despiertan la curiosidad de los lectores. No sólo aprendemos sobre los otros sino sobre nosotros mismos. A través de un cuento, podés enseñar a tus hijos la importancia que tienen el respeto y otros valores. Leer con ellos, además, te permite ayudarlos a enriquecer el vocabulario, investigar diferentes temas, mejorar su capacidad de escucha. Para cualquier niño, aprender leyendo es una actividad que le despertará todo tipo de curiosidades.
4. Para enseñarles a leer. Parece fácil, pero en realidad muchos niños cuentan con dificultades a la hora de comprender el argumento de una historia simple. Leer junto a los chicos implica acompañarlos en el proceso de aprendizaje de la misma lectura, ayudarlos con el vocabulario nuevo, hacerles la tarea más fácil y llevadera. Hacerles preguntas a medida que vamos leyendo es una buena forma de verificar si comprenden. Podemos intervenir del siguiente modo: ¿qué pasó?, ¿cuál es el conflicto principal?, ¿quiénes participan en la trama?, etc. Hacerlos repetir el argumento de la historia hasta que no queden dudas sobre la trama.
5. Para filosofar. Leer es pensar, preguntar, cuestionar las ideas. Todos los chicos son un poco filósofos. Es muy lindo dejarse llevar por preguntas como por qué llueve, por qué esa señora duerme en la calle. En este sentido, impregnémonos de sus dudas y cuestionemos más. Filosofar con nuestros hijos aunque no tengamos las respuestas es sumamente enriquecedor.
6. Para detener el tiempo. La televisión puede darnos muchas cosas, salvo tiempo para pensar. ¡Todo va tan rápido! Nuestra sociedad está impregnada de imágenes y movimiento, al punto tal que no hay demasiado estímulo para la reflexión. Afortunadamente, el tiempo de la lectura es distinto. Podemos leer muchas veces la misma historia, marcar lo que no comprendemos, volver sobre una frase que nos gustó mucho, releer después de algunos años. Así es que leer junto a tus hijos, en el presente, se vuelve un pequeño elogio de la lentitud. ¡A disfrutar de la lectura!
Lic. Lara Mirkin
"LA LECTURA EN VOZ ALTA ES UNA EXPERIENCIA MUY ENRIQUECEDORA", AFIRMA LA AUTORA DE LA NOTA
Seis buenas razones para que los padres lean cuentos e historias junto a sus hijos
"El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo", dijo alguna vez Gustavo Adolfo Bécquer. Aquí, la licenciada Lara Mirkin nos propone motivos para sentarse a leer.
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