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FUERTE CAPITALIZACION

Los campos de la zona valen cada vez más

El valor promedio del precio de la tierra en la región aumentó alrededor del 400 por ciento en los últimos diez años y se ubica en unos 15.000 dólares por hectárea, aunque en algunos distritos trepa hasta los 20.000 dólares.

La tierra produce materias primas, los precios de los alimentos se ubican en los máximos valores históricos y esa tendencia alcista arrastra el precio de los campos, que en la última década aumentaron en promedio un 400 por ciento en toda la región del noroeste bonaerense y sur de santa fe, considerada la zona núcleo de la producción agropecuaria.
Los especialistas consultados por este diario coincidieron en señalar que el valor de la tierra subió vertiginosamente junto con el aumento del costo de las materias primas y los elementos en el mercado internacional esos precios se consolidaron.
El martillero Claudio Roggero admitió que el precio de la hectárea llegó a 15.000 dólares en Junín y hay zonas donde se pide hasta 20.000 dólares, pero reconoció que se cierran pocas operaciones y explicó que el valor de la tierra tuvo una suba vertiginosa junto con el aumento de los valores de las materias primas en el mercado internacional y después esos precios se terminaron consolidando.
Este notable incremento de los activos fijos significa una descomunal capitalización de los propietarios de los campos, pero al mismo tiempo pone un freno a las operaciones de compra venta, porque hay más demanda que oferta, y la búsqueda de rentabilidad desplaza a algunas actividades productivas indispensables.

Qué pasa en el noroeste bonaerense

La región del noroeste bonaerense también muestra el fuerte incremento que alcanzaron los precios de la tierra productiva, especialmente en lugares como el distrito de General Arenales, Colón, Chacabuco, Salto, Rojas, Pergamino y Junín. En ese sentido, el martillero Claudio Roggero señaló que actualmente existen pocas operaciones de campos, porque los propietarios le fijan un precio, pero a la hora de cerrar el acuerdo no quieren vender”
El profesional agregó que “los dueños de los campos saben que la perspectiva es que siga aumentando la tierra y por eso, aunque tengan pensado dejar de producir en algún momento, prefieren esperar”.
Roggero estimó que “los campos más valiosos de la zona están en la zona de Colón, Arenales y Salto, un triángulo donde los precios de la hectárea pueden llegar hasta los 20.000 dólares, mientras que en zonas como Junín hay que hablar de 15.000 dólares y en Lincoln de 10,000 a 12.000 dólares, siempre considerando tierras agrícolas en su totalidad”.

En toda la zona, siempre para arriba

El valor promedio de la hectárea en el núcleo de la denominada zona maicera, nordeste de Buenos Aires, sur de Santa Fe, sudeste de Córdoba y parte de La Pampa, pasó de 4000 dólares en 2000 a 15.000 dólares, con algunas operaciones pactadas en 18.000 dólares este año.
Se trata de un registro que supera los máximos de la década del noventa y es el más elevado de la historia, de acuerdo con datos sobre el incremento patrimonial de los dueños de la tierra surgidos de un informe difundido por la Bolsa de Cereales de Rosario, que refleja la creciente rentabilidad de la actividad agropecuaria, fundamentalmente la sojera.
El documento de la Bolsa de Cereales rosarina sostiene que el aumento en el precio de la tierra en la zona maicera, que hoy es la principal zona de siembra sojera del país, se debe exclusivamente al aumento en el precio internacional de las materias primas. Con un peculiar recorte analítico, esa argumentación deja de lado el rol de la política de tipo de cambio real competitivo instalada desde 2003.
“El precio de la tierra no depende del precio del producto que se produce, sino de la rentabilidad. La mayor rentabilidad se registra por el aumento internacional en el precio, pero el cambio en el patrón de crecimiento luego de la devaluación también es un factor relevante”, explicó el investigador de Cifra, Nicolás Arceo.
La devaluación y posterior preservación de un tipo de cambio competitivo impulsaron las exportaciones agropecuarias en un escenario global favorecido por el aumento en el precio internacional de los commodities. Arceo estimó que el sector agropecuario alcanzó en 2002-2010 una rentabilidad del 81,3 por ciento superior en relación con los años de la convertibilidad.
“A fines de los años noventa, con los bajos niveles de rentabilidad se redujo la cantidad de establecimientos, pero a partir de la devaluación y el crecimiento económico los propietarios que eran antes desplazados y vendían sus tierras ahora pueden producir o arrendar”, precisó el economista.

¿Causa de inflación?

Por su parte, el docente de la Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche, Andrés Asiain, consideró que “el fuerte incremento en el precio de la tierra presiona sobre el precio de los alimentos en general. Es una de las causas de la inflación, ya que encarece la producción de trigo, maíz, frutas, leche, verduras”.
En ese sentido, Asiain resaltó que “las retenciones neutralizan el precio internacional de la soja al poner una limitación al aumento en el precio de la tierra”. Por su parte, Arceo enfatizó que “a pesar de la existencia de las retenciones la rentabilidad continúa creciendo y aumenta la ganancia patrimonial”, sostuvo el economista.
Las presiones sobre el precio de los alimentos no sólo provienen del aumento en el patrimonio de los dueños de la tierra sino también del desplazamiento de cultivos que genera la expansión de la frontera sojera. La participación de la soja en la superficie sembrada de cereales y oleaginosas pasó del 39,9 por ciento a comienzos de la década pasada al 58,9 por ciento en la última campaña. El informe de la Bolsa rosarina sostiene que el valor de la tierra aplicada a otros cultivos subió, aunque su evolución fue inferior al aumento del 375 por ciento en la producción sojera. Entre 2001 y 2011 el precio de la hectárea en la zona de invernada pasó de menos de 2000 a 7500 dólares, en la zona triguera partió del mismo punto y alcanzó los 6000 dólares, mientras que la zona de cría comenzó por debajo de los mil dólares y llegó hasta los 2500 dólares.

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