Nací en el barrio Belgrano, a media cuadra de la sede del club. Una barriada muy completa, de amigos. Pasé mi infancia y la adolescencia adentro de la sede. Estar hasta las tres y media de la mañana con los chicos haciendo “huevo” en el club era normal. Han pasado legiones de cantineros, gente muy piola. Íbamos con Adrián Cammarotta, Carlitos Bersano, Carlos Ratto, Félix Nolasco, el Torito Rassi, amigos de la vida hasta el día de hoy. Hasta venía Sergio Balbi que era más chico y se prendía a jugar al naipe.
Fui a la escuela 18. Luego me mandaron al secundario. Cuando llegué a la puerta pegué la vuelta a casa. Mi viejo en el acto me mandó a laburar. No quedaba otra.
Se hacían los picados contra los del barrio Obrero, infaltables. La mayoría de nosotros no pisó la cancha de básquet, a pesar que Villa tenía un equipazo con los hermanos Pinelli, el bocha Albanese, el Duque Cieri.
La cancha estaba cruzada –donde están los Chinos ahora- y tenía tribunas de cemento a los costados. Era al aire libre, no estaba techada. Al lado había un salón de baile.
Pero como mi tío era de Sarmiento, me llevó a jugar al Verde. Fiché en la octava con Pepe Rusiñol, un maestro, un lírico. Yo quería jugar de puntero izquierdo, pero como era flaco y alto me mandó a la cueva. Jugábamos con Américo Bracci, el Gordo Miñoni, Tatín Boguey, fue un equipo que jugamos seis años juntos y salimos campeones siempre. Año a año dábamos la vuelta.
En un momento vino la doble afiliación y yo no quise hacerla, me quería venir a Villa a jugar con los pibes del barrio. Ahí debuté en primera a los 17 años, estaba Héctor Mosca como técnico.
Igual con los amigos del fútbol que hice en Sarmiento, nos seguimos juntando una vez por mes a comer.
En Villa estaba el Toro Rassi, el negro Núñer, Tito Bello, el Pelado Massari, el Perro Pezoa, los Pereyra.
Pero yo venía de un estilo de juego con Pepe Rusiñol que me costó mucho adaptarme a Villa. Pepe te decía “viene la pelota de aire al área y usted la baja y tira una pared para salir jugando”. En Villa tiré doscientas paredes y no me la devolvía nadie (risas). Pero con Pepe no jugaba cualquiera, tenía que saber cabecear, gambetear, tirar una pared.
En Villa era correr y poner. Fue todo un tema.
Pero salimos campeones en 1980, estaban Roca, Rassi, Munafó, un equipo humilde pero sacrificado.
Allá por 1990 comencé a dirigir porque me había empezado a lesionar seguido en los ligamentos. Reemplacé a Frezzotti. Estaba con Horacio Bracconi, un amigazo del fútbol. Se hizo un replanteo porque había jugadores grandes y comenzamos a subir chicos de abajo. Subió el Chiva Escudero, Porcheda, Martín Calabró, Ángel Sueldo. Vino Ricardo Ferro de Arribeños, se sumó Daniel Ferreyra.
Comenzamos a jugar el local y en el ´91 salimos campeones. Estábamos un punto debajo de Rivadavia –que quedaba libre en la última fecha- y nosotros jugamos contra Mariano Moreno en cancha de Defensa Argentina. Había que ganar para salir campeones y Moreno si perdía se iba a la “B” porque se habían instituído los descensos. Ganamos uno a cero con gol de Daniel Ferreyra y fuimos al torneo regional.
En ese momento se sumó Lucio Moyano al cuerpo técnico. Hicimos tipo una selección de Junín con Tati Girard, el Colo Maillot, el Pato Gallego, el negro Pereyra y Marcelo Catamarca. En el medio el Chocho Correa, el Mencho Neculpán y Jorge Barragán. Trajimos a Daniel Diosquez de enganche y arriba jugaba Roberto Barragán y un 9 que vino de Villa Cañás, Roberto Taparel.
Llegamos a jugar con chances la última fase del campeonato. En el embalaje final sufrimos expulsiones, lesiones.Todo a pulmón. Hasta fuimos a pecharlo a Abel Miguel.
Después en Villa me fui a San Martín de Chacabuco. Llevé de Junín a Claudio Espinoza y otros chicos. Fue la primera vez que un equipo de esa ciudad pasó la primera fase del regional de clubes.
En 1995 estuve dirigiendo a El Linqueño, volví a Villa Belgrano, y dirigí hasta el 2004. La última vez dirigí un equipo que se denominó La Cabaña, de la UNNOBA, y la pasamos de diez. En el Ferrocarril, en Bs. As., estuve dirigiendo un equipo en el interferrocarriles y clasificamos para ir a Mar del Plata.
Hace falta mucha más docencia en el fútbol infantil. Últimamente estuve visitando Laferrere, para dar un ejemplo, y los chicos no llegan bien comidos, almuerzan o cenan en la cancha y no veo un trato hasta si se quiere individual para ir preparándolo para la alta competencia.
Acá en Villa hoy le están dando mucha bola a los chicos. Espero que lleguen a sacar más chicos de los que necesitan traer para la primera.
¿Maradona o Messi?. Maradona. No se puede discutir lo que Messi hace hoy, pero son otros tiempos.
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