FÚTBOL DE PRIMERA

Una montaña de ilusiones

Sarmiento tuvo una tarde épica. El equipo de "Teté" Quiroz perdía frente a Temperley por 1-0 pero con goles de Gervasio Núñez y de Adrián "Rocky" Balboa lo dio vuelta y se quedó con un triunfo importantísimo, ante un rival directo en la lucha por la permanencia.

Era una final que había que ganar y Sarmiento la ganó. Fue 2-1, en el Estadio "Eva Perón" y frente a Temperley, un competidor directo en la lucha por la permanencia. Con la victoria de ayer, el equipo de Fernando "Teté" Quiroz recuperó la confianza y sacó ventajas ante un rival importante. 
La 16° fecha del Torneo de Primera División del fútbol argentino le daba al Verde de Junín una oportunidad inmejorable de jugar de local, ante su gente y frente a un rival directo en la pelea por mantener la categoría.
Ante un clima de final, el apoyo de la gente fue contundente. Desde el minuto cero, la parcialidad de Sarmiento apoyó al equipo como siempre. Y el equipo respondió. Costó mucho y se sufrió, pero el final fue una fiesta.
En el inicio del encuentro el equipo de Quiroz sorprendió a la visita con su volumen de juego. El DT del Verde finalmente se inclinó por Renzo Spinaci para reemplazar a Lucas Pérez Godoy en la función de volante central.
En esos primeros minutos de juego, el "5" del Verde fue clave para la distribución del balón y la constante propuesta de asociarse con Walter Busse y Gervasio Núñez. Siempre con la pelota por abajo, aunque por momentos, Sarmiento jugó mucho para atrás, muy lejos del arco defendido por Matías Ibáñez. 
Ante el buen control del local, a Temperley no le quedó otra que refugiarse en el fondo, aguantar y apostar a la contra. En la visita, el único jugador que aportaba algo distinto era Marcos Figueroa. 
La supremacía del Verde fue notoria. inclusive tuvo algunas chances de convertir, como la tijera de Núñez a los cinco minutos de juego que pasó cerca. O como ese remate de afuera del área del propio "Yacaré", a los 17, que también pasó muy cerca. A los 34, Walter Busse también se lo perdió solo frente al arquero. 
Las normas del fútbol por algo están. Hay una que dice que los goles que no se hacen en el arco rival se sufren en el propio. Y así fue. Sarmiento había sido mucho más que el Gasolero y hasta había generado dos o tres jugadas claras para convertir. No se le dio y Temperley sólo tuvo un tiro libre, lejos del arco pero que cambió por gol.
Fue a los 38. En un intento por recuperar el balón, Adrián Scifo comete una falta sobre el lateral derecho de la defensa del Verde. Figueroa se hizo cargo del tiro libre y metió una rosca bravísima. Alexis Niz saltó pero no pudo rechazar y la pelota ingresó al arco ante la incapacidad de Chiarini y la sorpresa de todos. Uno a cero abajo, baldazo de agua fría y a las duchas. 

La remontada del Verde llegó en el complemento 
La historia del complemento fue muy distinta. A los tres minutos, el Verde avisó de nuevo. Centro con rosca de Núñez, cabezazo de Nicolás Bianchi Arce y la pelota pasó cerca. Cinco minutos más tarde, Gonzalo Di Renzo quedó mano a mano con el arquero y el duelo lo ganó el "1". 
No había caso, no entraba. Ante la urgencia del empate, el DT de Sarmiento estuvo rápido. Metió a Adrián Balboa y lo sacó a Spinaci. Cambio clave. Estaba más que claro que había que ganar.
Pese a la presión, el equipo de Quiroz nunca perdió la calma ni el control de las acciones. Tuvo confianza en una idea de juego y eso siempre termina bien. 
En menos de tres minutos, el Verde transformó el partido. A los 18, el árbitro Merlos cobró tiro libre a favor de Sarmiento. "El Yacaré" Núñez acomodó el balón a unos cinco metros del área grande. El "11" tomó carrera, se perfiló y sacó un zurdazo tremendo que se coló en el ángulo izquierdo de Ibáñez. Golazo para un empate más que justo.
La alegría se extendió. Porque dos minutos después, a los 20, Busse controla afuera del área grande y mete un pase alto. La pelota no encontró destino y quedó boyando en el área. Fue en ese preciso instante cuando Balboa activó su olfato y metió una chilena descomunal. El movimiento fue más rápido que preciso, pero la pelota pegó en un defensor y se perfiló rumbo al arco. Entró para desatar el segundo grito sagrado y una alegría incontrolable en todo el estadio.
Los minutos finales fueron para el infarto. Temperley intentó revertir la situación pero no pudo. Sarmiento se defendió bien y sin meterse a atrás. Mantuvo el orden y el control del juego. Por eso fue un justo ganador. 
En definitiva, el festejo del final lo resume todo. El Verde ganó un partido importantísimo. Sumó más que tres puntos y sacó ventaja ante un rival directo. Fue una alegría inmensa que sirve para recuperar la confianza y renovar la ilusión de todos.

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