juan jose fernandez
BOXEO

Juan José Fernández

Boxeador de los ´60 y ´70 que supo ganarse un lugar en este deporte y que luego fue entrenador.

Juan José Fernández nació en Junín, en calle Pringles 176, a media cuadra de la Escuela número doce.

Y nos cuenta: Cuando empece a entrenar boxeo tenía entre quince y dieciséis años, aproximadamente. Y entre el plantel de boxeadores amateurs y profesionales, era el más jovencito por eso el resto me comenzó a llamar con este apodo disminutivo.

Fui vecino de Lito Aguilar, aquel famoso jugador de Estudiantes de la ciudad de La Plata. A dos cuadras de mi casa, llegando a Avenida San Martín, vivía don Osvaldo Zubeldía.

Hice un solo grado en la Escuela número doce. Antes que cumpliera siete años mi papá compró otra casa, en calle Chacabuco al 325.

Después de la mudanza comenzó el derrotero en el deporte juninense. Jugué mucho tiempo a la pelota paleta, canchas abiertas y cerradas.

Al fútbol jugué un tiempo en Sarmiento. Estaban Fito Pezzatti, Boledi, Lumbardini, el profesor Rusiñol como técnico, un maestro. Además estaban José Di Luca y  Pedro Lucaroni.

Con el boxeo pasó lo siguiente: mi primer trabajo fue en General Paz 258 donde había dos martilleros: Baumann y Buonanotte.

Ambos eran gerentes del Banco de Junín, y les gustaba mucho el deporte. Baumann y otros compañeros bancarios mantenían a un boxeador de ese entonces que entrenaba en el club River Plate de la ciudad de Junín: el Torito Sardi.

Yo era muy joven y escuchaba todo. Y me fui entusiasmando. Estaba cerca del club 9 de Julio y un día fui a ver como entrenaba, al otro día probé y no me despegué nunca más. Fue allá por el año 1965.

Fui Sparring de Rubén Osvaldo Contreras. Fue un campeón que iba en barco por el mundo haciendo peleas en cuanto puerto tocara el navío. Y como no tenía un mango, iba pelando papas para que lo llevaran gratis por el derrotero de países hasta el destino final.

Fernández nos sigue relatando: Hice alrededor de 70 peleas. La mayoría fue por la zona, Bragado, Rojas, Pergamino, Villegas.

Era categoría mosca, con 48 kilos. El problema era que no había en ese entonces boxeadores con este peso. Y tenía que pelear con los de más arriba, los pluma.

Llegué a pelear con Orlando Arancibia, un boxeador Chaqueño. Fue una gran noche. Y en un preliminar peleó Mario Castromán, amigo mío en el club 9 de Julio.

Esa noche estaba entre el público un señor que cuando terminó la velada vino a hablar con nosotros dos. La oferta fue si queríamos ir haciendo exhibiciones de boxeo con el circo de él por todo el país. Y agarramos viaje. Fue más de un año, en la época que los circos trabajaban el triple que ahora.

Dejé de pelear y me hice entrenador. Me fue muy bien. Es más, guardo los cuadernos detallando uno por uno a los boxeadores que estuvieron conmigo lo que trabajaron día por día y su evolución.

Estuve trabajando en lo de Arano mucho tiempo. Venía Mario a preguntarme como estaban los boxeadores para ubicarlos en distintas peleas por el país. Si no estaban preparados, no los dejaba ir, porque los mandaba a la leonera. Trabajé con Medina Burgos, Gustavo Freda, Ubaltón, entre otros.

El boxeo saca a los chicos de la calle. Con algunos me fue bien y con otros tuve una desilusión muy grande. Veía chicos que los preparaba, los atendía todos los días y tenían una condiciones tremendas.

Pero con el tiempo me di cuenta que iban al gimnasio solamente para poder bañarse, para tener acceso a una ducha con agua caliente. Fue una desilusión tremenda en todo sentido.

Actualmente tengo muy buena relación con boxeadores que hoy están como entrenadores. Por ejemplo con Miguel Medina Burgos.

No veo hoy buenos valores. Los que tienen grandes condiciones no se dedican como debieran. Muchos con grandes posibilidades de llegar por las condiciones extraordinarias que poseen. Muchas veces podrián ser grandes figuras mundiales y se equivocan de camino.

Va a ser dificilísimo que salga un Monzón. Hay una cuestión: no se dedican como debe ser.<
 

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