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EL CLIMA CAUSA ESTRAGOS EN JUNÍN Y VARIOS DISTRITOS DE LA ZONA

Las lluvias caídas en lo que va del año superan la media histórica de la Región

En todas las cabeceras de partido, incluida esta ciudad, las precipitaciones registradas en lo que va de 2014 superan el promedio histórico de cada uno de esos lugares, cuya producción agropecuaria quedó en buena parte cubierta por el agua.

Con sólo dos excepciones (Necochea y Carmen de Patagones), en todas las cabeceras de distritos del interior bonaerense las lluvias caídas en lo que va del año superan el promedio histórico, y en 25 de esas ciudades, el índice de precipitaciones muestra incrementos de entre 70 y 100 por ciento.
Así lo indican los datos oficiales proporcionados por el Ministerio de Asuntos Agrarios, los mismos que sirvieron de base para declarar el martes pasado a otros 13 distritos bonaerenses en emergencia agropecuaria. En total, ya suman 36 los municipios que ingresaron en ese estado desde fines de abril.
En Junín, las perspectivas de cara al último cuatrimestre del calendario no aventuran un panorama alentador. Es que en más allá de que la media habitual se ubica entre los 1.100 y 1.200 milímetros anuales y hasta ahora cayeron 915 milímetros, se espera que en el período octubre-diciembre caiga agua en abundancia sobre la superficie juninense, pronóstico que de cumplirse complicaría la cosecha de trigo y la siembra del maíz y soja de primera en aquellos campos, claro está, hayan quedado en condiciones de ser trabajados tras las inundaciones.   
Por lo pronto,  el exceso hídrico está impidiendo finalizar las cosechas de soja de segunda y maíz en amplias zonas de la Provincia y mantiene casi paralizada la siembra de trigo. Productores y dirigentes afirman que los caminos rurales están intransitables, lo que complica además el traslado de hacienda y de granos.
“Toda la provincia tiene algún grado de afectación por exceso de agua. Hacia el centro de la cuenca del Salado, están los mayores problemas”, explicó a esta agencia el director provincial de Economía Rural del Ministerio de Asuntos Agrarios, Ricardo González.
El problema de los distritos de la cuenca baja y media del río Salado (Navarro, Lobos, Monte, General Las Heras, entre otros) es que “se trata de superficies planas, donde las napas se han elevado y los suelos ya no pueden absorber más agua” dijo el funcionario.
En esa zona, alrededor del 30 por ciento de la soja de segunda permanece en los campos y si el clima no mejora, se perderá. La misma suerte amenaza a los silobolsas que se humedecen en los campos.
“Los pronósticos no son alentadores: el próximo fenómeno del Niño implicaría lluvias por encima de lo normal. Durante 15 ó 20 días va a seguir complicado. Tenemos esperanza de que, ahora que se empiezan a alargar los días, si llueven no más de 7 ó 10 milímetros el agua empiece a escurrir”, dijo González.
A nivel local, en tanto, el presidente de la Sociedad Rural, Rafael Torello, no dudó en afirmar que hay campos en situación de desastre. Al respecto, explicó:  “Este distrito tiene dos cuencas hídricas, una que corresponde al Río Rojas y que tiene un desagote más rápido, y la del Río Salado, que está colapsado. La zona que deriva sus caudales en esta última y que está compuesta por La Agraria, Laplacette, Baigorrita y Agustina es un desastre. Los que han empezado a cosechar antes del diluvio algo han sacado, pero el resto no se ha podido cosechar. Y ni hablar de que se pueda volver a sembrar trigo, sería como querer plantar en una maceta inundada. Esos productores están en situación crítica, encima no hay caminos como para entrar en los campos y sacar el cereal que tienen embolsado”.

Preocupación generalizada

Como se indicó, en la mitad de las ciudades cabeceras del interior las precipitaciones acumuladas en lo que va del año superan en 50 por ciento el promedio de los últimos 17 años. Del total, 10 están por encima del 60 por ciento (Cañuelas, Capitán Sarmiento, Castelli, Coronel Pringles, General Arenales, Vedia, Navarro, Rojas, San Andrés de Giles y Suipacha), 4 por encima del 70 (Baradero, Arrecifes, Olavarría y San Antonio de Areco) y 6 superan el 80 (Dolores, Capilla del Señor, Las Flores, Lobos, Ramallo y Salto). Además, hay 5 cabeceras que acumulan más del 90 por ciento: Carmen de Areco (+96,9), Pergamino (+94,6), Bahía Blanca (+94,2), San Pedro (92%) y San Nicolás (91,9%). Y hay una (Colón, con +104,1) que ya supera en los primeros siete meses de 2014 la media anual de lluvias.
De los números se desprende además que una de las zonas más afectadas por las lluvias es el noroeste y norte provincial, ya que varios de esos distritos (Ramallo, San Pedro, Pergamino, Colón) tienen los registros más altos.
En tanto, sólo en las ciudades de Necochea (-1,79 por ciento) y Carmen de Patagones (-22,6) se registra una merma de lluvias en lo que va del año. Claro que en cada distrito los índices fluctúan: por ejemplo, mientras en algunas zonas de Patagones hay bajas en otras se registran subas, como en Stroeder y Villalonga.
Por último, González indicó que en la región del sudoeste bonaerense –afectada desde hace años por la sequía- se registran lluvias poco habituales pero dijo que la situación “no es grave ni generalizada” (sólo se otorgó la emergencia por lluvias a Coronel Suárez).
Al mismo tiempo, indicó que en la zona oeste de la provincia “la situación mejoró” y que, si bien hay algunos problemas por falta de piso, “ya se pudo sembrar el 80 por ciento de la intención de trigo”.

No hay que ilusionarse

Mientras tanto, los especialistas en meteorología advierten que no sería pertinente ilusionarse con que el respiro que viene dando el invierno sea el comienzo de un período de sequía que alivie a los acorralados por el agua.
Luis Lanare afirmó que “este año se destaca por el alto nivel de precipitaciones que se viene dando desde los primeros días de enero hasta la fecha”.
En ese sentido indicó que  “los registros dan cuenta de un nivel de lluvias acumulado que es preocupante”, teniendo en cuenta que “estamos en la mitad del calendario y que es normal que entre abril y agosto no caiga mucha agua”.
Las estadísticas locales reflejan que en enero llovieron 187,6 milímetros; en febrero, 210; en marzo, 116; en abril, 183,6; en mayo, 132; en junio, 63,2 y en lo que va de julio, 16,9 milímetros. Hace un total de 912,5 milímetros. “El registro anual medio para Junín oscila entre 1.100 y 1.200 milímetros y se prevé que en esta segunda parte del año haya un nivel de precipitaciones superior al usual, sobre todo entre octubre y diciembre, cuando es habitual una marca mensual de entre 100 y 150 milímetros.   
A esto se le deben sumar previsiones que abarcan un mapa regional y que pronostican un final de año muy lluvioso para el noroeste bonaerense.
 “Ya está pronosticado que esta primavera 2014 será complicada, ya se declaró el estado del Niño, de débil a moderado, al menos. Se viene una primavera lluviosa, y eso, sumado al estado que ya tienen las napas freáticas y las lagunas, seguramente nos puede  llegar a generar algún problema en alguna localidad”, dijo Fernando Esnaola, coordinador de la Zona 4 de Defensa Civil, integrada por Ameghino, General Pinto, Lincoln, Junín, General Viamonte, General Arenales, Leandro N. Alem, Colón y Rojas.
En Junín, el 21 de mayo y el 12 de junio fueron las dos últimas jornadas de tormenta con chaparrones que reavivaron el dramatismo originado desde varias semanas antes, cuando la seguidilla de lluvias empezó a provocar el gran daño.

Plenario “de emergencia”


Una reunión extraordinaria de la Comisión de Emergencia y Desastre Agropecuario de la Provincia de Buenos Aires (Cedaba), se desarrolló este martes en La Plata, convocada por el ministro de Asuntos Agrarios bonaerense, Alejandro “Topo” Rodríguez.
Durante el encuentro, que se dio fuera del calendario regular, se analizaron las solicitudes de asistencia de los municipios bonaerenses que fueron afectados por los altos registros pluviométricos que se vienen dando desde el comienzo del año. 

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