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UNA DEMOSTRACION DE AMOR Y CORAJE QUE SUMA ADEPTOS

Los trasplantes renales con donantes vivos son cada vez más usuales en Junín

Aunque se vienen concretando a razón de uno por calendario, antes de que finalice 2012 se llevará a cabo el segundo del año y podría haber un tercero. Casos que ya son comunes, pero igual conmueven.

Los trasplantes renales con donantes vivos son una modalidad de relativa juventud en el ámbito de la medicina. Empezaron a proliferar con fuerza en los últimos cinco años y hoy en día son una práctica bastante común, aunque ello no quita que cada caso represente un canto a la emoción por el amor y el coraje de quien le cede un riñón a un familiar, amigo u otro ser querido para que pueda seguir viviendo sin  problemas.
En Junín, ese tipo de intervenciones se vienen realizando a razón de una vez por año, según informó Javier Pepa, integrante del equipo de profesionales que llevan a cabo cada operativo en clínica “La Pequeña Familia”, el único centro asistencial en el que se desarrollan tales operaciones.  
No obstante, el médico anticipó que hay un paciente en lista de espera que ya consiguió una persona que le va a donar el riñón y agregó que “en un mes o mes y medio estaríamos concretando” la transfusión del órgano.
Pepa agregó que “hay otro caso muy avanzado, en el cual la persona que está recibiendo asistencia mediante hemodiálisis podría ser trasplantada antes de  fin de año”.  
Este tipo de trasplante recientemente captó la atención de la opinión pública a partir de dos casos resonantes: el del futbolista platense Luciano Galletti, que recibirá el próximo 2 de octubre un riñón de su padre, el ex jugador de Estudiantes Rubén “Tano” Galletti. Y el de la cantante Sandra Mihanovich, quien a mediados de agosto, en lo que calificó como “un gesto de amor”, donó uno de sus riñones a su ahijada de 35 años Sonsoles Rey Obligado.
Pepa explicó que la instrumentación de este tipo de operaciones “ayudó mucho” a agilizar y aliviar el cuadro de situación que aqueja a  quienes padecen una dolencia del tipo renal. “En este momento, en la ciudad tenemos quince pacientes en lista de espera de ser trasplantados”, reveló.

La frecuencia y los motivos

Los trasplantes con donante vivo no sólo se caracterizan por estar enmarcados en historias de solidaridad y altruísmo. También lo hacen por ser infrecuentes y por darse, en nuestra región, en un promedio de entre 8 y 9 casos de cada 100 trasplantes. Si se toma el caso de algunos órganos puntuales, como el riñón, la proporción es mayor: de los 277 trasplantes renales que se concretaron entre enero y agosto de este año, 61 fueron con dontante vivo.
“Si bien el ideal es contar con un donante cadavérico, desde el CUCAIBA (Centro Unico   Coordinador de Ablación e Implante de la Provincia) no desalentamos este tipo de operaciones, que son una alternativa terapéutica más y por lo general obedecen a dos motivos: el interés del paciente por reducir los tiempos de espera de un órgano o la necesidad de obtener uno compatible para personas que tienen características singulares, como un grupo sanguíneo poco frecuente”, explicó Pepa.
Los trasplantes con donantes vivos son posibles y se practican solamente en el caso de dos órganos: el hígado y el riñón. La procuración de estos órganos demanda una permanencia promedio en lista de espera de dos años y medio, hoy en la Región. En los casos extremos, esa espera puede extenderse a cinco años (estos promedios, cuando se trata del hígado se refieren a pacientes que no están en emergencia). Recurrir a un donante vivo reduce esos tiempos a aproximadamente seis meses (los necesarios para concretar los estudios que determinen que el potencial donante está en condiciones de donar), según los datos que maneja el CUCAIBA.
Aunque para el donante vivo el trasplante supone atravesar los riesgos implícitos en cualquier acto quirúrgico, la falta del riñón o de una porción del hígado (generalmente el lóbulo derecho) no tiene consecuencias sobre su salud. El único riesgo, a futuro, es -por ejemplo, en el caso del riñón- que ese órgano único se vea afectado por alguna enfermedad y es por eso que los donantes aseguran que toman recaudos para preservarlo.
La normativa vigente establece que sólo pueden ser donantes vivos, aquellos que estén relacionados con el paciente hasta un tercer grado de parentesco (padres, hermanos o primos). Lo más común en la Provincia es que el donante vivo relacionado sea el padre, seguido de los hermanos.
Cuando el donante potencial no cumple con este requisito, debe recurrir a la Justicia para que lo autorice a donar, justificando las causas y dejando en claro que se trata de una decisión voluntaria.
Un caso testigo de este tipo de donación es la que protagonizó recientemente la cantante Sandra Mihanovih, quien donó un riñón a su ahijada de 35 años.
 “En los últimos cinco años hemos tenido cinco casos de este tipo y por lo general, los donantes tienen vínculo familiar directo con el paciente o amigos de toda la vida”, explicó Pepa.  

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