Héctor Covini, palabra autorizada de la medicina local.
Héctor Covini, palabra autorizada de la medicina local.
MÉDICO GINECÓLOGO

Héctor Norberto Covini: “Siempre me gustó el servicio a la comunidad”

Llegó a Junín para constituirse como un pionero en el desarrollo de instituciones médicas locales. Tras casi cinco décadas de arduo trabajo, se convirtió en una referencia de la ginecología y sigue vigente como fuente de consulta. “La medicina es una carrera vocacional”, consideró. Sus dos pilares en la vida son su familia y su trabajo.

El mundo de la medicina presenta un gran desarrollo en Junín. Las diversas instituciones que existen, junto a los médicos que las integran e impulsan, hacen que nuestra ciudad sea un lugar de referencia a nivel regional. Y, en ese marco, una palabra autorizada en estos aspectos es Héctor Covini.

“Siempre me gustó el servicio a la comunidad. Siempre trabajé en el consultorio y no me manejé con otro sentido”, inició.

En diálogo con Democracia, Covini recordó su infancia en Buenos Aires, abordó los años de estudio en medicina, realizó un balance de su trayectoria como profesional, compartió cómo fue que llegó a Junín y, fundamentalmente, resaltó el lugar ocupado por su familia.

Infancia 

Los comienzos de Héctor Covini estuvieron lejos de Junín. Precisamente, en el sur de la provincia de Buenos Aires. Al respeto, contó: “Nací en Lanús, vivíamos en Banfield en una casa con mis abuelos. Éramos una familia de clase media-baja”. 

Lejos de verlo como una adversidad, esta cuestión de clase manifestada por Covini, fue un impulso a no detenerse, forjado en la persistencia y trabajo duro. Sin dudas, ello está relacionado a sus vínculos más cercanos. Al respecto, comentó: “Mi abuelo era carpintero del ferrocarril, mi abuela costurera y mi padre comerciante”.

Sin embargo, no solo en Banfield transcurrió su crecimiento, sino que seguiría en Lavallol. “Mi padre emprendió un negocio de gomería y nos tuvimos que mudar. Ahí empecé el colegio hasta tercer grado, luego volvimos a Banfield y terminé el secundario”.

Medicina

Acerca de su relación con la medicina describió: “Fui a la UBA: entré en el año 61 y me recibí en el 75 con 23 años. En aquella época hice un test vocacional que era de la primera camada de psicólogos que empezaban con ese tema. Como me gustaba mucho la biología elegí medicina. No había muchas opciones: era la UBA, El Salvador o irte a La Plata, Córdoba o Rosario”.

“Hasta el segundo año de mi residencia seguí viviendo en Banfield, luego me mudé a San Telmo. Ya tenía mis ingresos a pesar de hacer la residencia y podía vivir solo. Además, para hacerla y estar en Banfield era lejos”, compartió. 

Respecto a lo que fue su especialización recordó: “Cuando terminé la carrera hice un internado en Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (CEMIC), donde rotaba por distintas especialidades y, estando rotando en la especialidad de oncología y obstetricia, se dio la oportunidad porque se había retirado un residente y me ofrecieron quedarme como residente. Me gustaba la cirugía y el parte”.

Sobre su comienzo de relación con Junín expresó: “Fue por un tema casual: vine a un casamiento y me ofrecieron si quería venir a trabajar. El doctor García Bazzano, dueño de la Clínica Centro, me ofreció la oportunidad. Les dije que escuchaba ofertas mientras yo esperaba que se me diera una beca para ir a Francia”. 

“Vine y la beca que tendría que haber empezado en el 82, por cuestiones de la guerra de Malvinas, se cortó. Mi esposa quedó embarazada y empecé mi carrera acá”, relató.

En torno a los motivos que lo llevaron a tomar la decisión de continuar ligado a nuestra ciudad fundamentó: “Me gustaba la idea de vivir en el interior y Junín era una plaza que me gustaba mucho y había muchas cosas que me gustaban: corría, iba a la laguna, salir en bicicleta. De hecho, mis padres se vinieron a vivir conmigo y pasaron acá los últimos diez años de vida”.

Dada su experiencia y desarrollo profesional, al ser consultado sobre las características que debería tener alguien para ser considerado un “buen médico”, Covini, opinó: “Lo primero es tener vocación porque la medicina es vocacional. También ser empático con la persona que está en frente: si está ahí es porque necesita una solución. Hay que entenderlos y prestarles atención y acompañarlos. Les di importancia, mi contacto personal y me llamaban cuando necesitaban algo”. 

Al momento de hacer un balance de su carrera, evaluó: “Creo que logré mucho más de las expectativas que tenía cuando salí de la Facultad de Medicina con el título. Yo no podía ni siquiera pensar en tener un desarrollo médico como el que pude alcanzar. Y eso es una satisfacción”.

Recomendaciones

Como palabra autorizada de la salud, al momento de abordar cuestiones genéricas para el cuidado personal de las personas, esbozó una serie de hábitos para recomendar. 

“Tener una vida sana: la actividad física; alimentación; espiritualidad (o como quieran llamarlo para tener una vida interior y estar relajados). Esto último es fundamental porque muchas de las enfermedades que nos aquejan tienen que ver con el estrés diario y la generamos nosotros”, desarrolló.

Al ser un factor propio de lo que ha sido su área de trabajo por más de cinco décadas, brindó un ejemplo sobre el cuidado de la salud en las mujeres. 

En tal sentido, ejemplificó: “La mujer no entra a cuidarse en la menopausia, hay que cuidarse de joven: no fumar, no tomar alcohol, hacer actividad física y lo señalado sobre espiritualidad”.

Visión de Junín

De ser un foráneo nacido en el sur de la provincia de Buenos Aires a tener a su familia en nuestra ciudad: así es la síntesis de hoja de vida de Covini. Sobre su primera experiencia recordó: “Viví en el barrio El Picaflor los primeros tres años y me mudé a Guido Spano y Lavalle, casi el barrio Las Morochas, en el medio con el centro”.

Acerca de lo que representa nuestra ciudad opinó que “Junín es una ciudad que vi crecer porque realmente tuve la visión. Cuando llegué era grande, pero no tenía la importancia que tiene ahora, que es el centro regional”. 

En tal sentido, consideró que “la Unnoba le dio mucho crecimiento, un golpe terrible para bien, y la salud también. Me enorgullece haber participado en el desarrollo en este sentido”.

Y añadió: “A diferencia del resto, pudieron venir los médicos con libertad, a diferencia de otros lugares que es muy difícil. En el Círculo Médico teníamos la idea de que la gente tenía que tener la libertad de entrar siempre y cuando fueran aptos”.

Para culminar su mirada sobre Junín señaló que “ha pasado por muchas etapas, pero nunca se estancó. En esta última gestión, se hicieron muchas obras con respecto a obras sanitarias, en lo que hace a obras y cloacas”. 

“Creo que es una de las localidades que más infraestructura tiene en la provincia de Buenos Aires. También lo que fue la Laguna, que ahora no tenemos agua, la bicisenda, muchas cosas”, opinó.

Familia 

Por último, Covini abordó el lugar ocupado por su gran pilar personal que logró sembrar: su propia familia. Al respecto, manifestó: “Mis hijos tuvieron una infancia e hicieron un desarrollo muy lindo en Junín: podían jugar, ir al club y a las carreras de natación en la Laguna, a las que siempre recuerdan”.

Son cuatro los Covini que, actualmente, son profesionales en distintas disciplinas y rubros y forman parte del orgullo de la familia: Delfina (41), María Elvira (40), Guido (36) y Emilio (31).

“Las mujeres son médicas. Delfina reside en Nueva Jersey, Estados Unidos; mientras que María Elvira está en Pilar y es psiquiatra”, referenció sobre sus hijas.

Por su parte, acerca de los varones a quien supo criar contó que “Guido es ingeniero industrial y ha tenido participación en la Municipalidad en Junín, mientras que Emilio, que es el más chico, es técnico agropecuario y está dedicado al campo”. 

Tras el breve recorrido de ruta por cada uno, realizó un balance personal y expresó: “Siento mucho orgulloso por el esfuerzo que les llevó y estoy muy agradecido. Cada uno tiene su pedacito de similitud a mí”. 

Y describió: “Las dos mayores que siguieron mis pasos, son médicas, más allá de que no trabajan en ginecología. Los varones nada que ver. Lo único que sí sacaron del papá es que les gusta la música y son músicos. Eso sí puedo decir que lo heredaron”.

“Quiero agradecerle a mi familia y a todos los que estuvieron conmigo siempre, sobre todo cuando tuve una enfermedad delicada y me acompañaron”, resaltó.

Además de las palabras referidas a su familia, también se tomó un momento para hacer mención a la comunidad local: “A toda la gente de Junín y la zona que confió y confía, y que traté de devolver lo que ellos buscaban. Gracias a ellos tuvimos el éxito de La Pequeña y todo lo demás”, concluyó.

Finalmente, satisfecho con el camino andado y la carrera construida, Covini, continúa más vigente que nunca. En tal sentido, con la experiencia como bandera, hoy decide disfrutar del tiempo de ocio junto a sus hijos y nietos, mientras continúa desempeñándose en el consultorio para seguir ligado a la profesión que tanta pasión le despertó y lo motivó a alcanzar este presente.

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