“Pancho” Martínez habló con Democracia.
“Pancho” Martínez habló con Democracia.
EXFUTBOLISTA Y DT

Francisco Daniel Martínez: “Los momentos más lindos los pasé en Sarmiento”

Se forjó en el Verde, llegó a jugar en Primera y trascender a nivel nacional. Tras capacitarse, volvió al club de sus amores para trabajar en las inferiores. Lleva casi diez años desempeñándose en las formativas y hoy está en la Cuarta de AFA. Es un defensor acérrimo de la importancia de tener un “plan B” y eso pregona a sus dirigidos.

Al momento de hacer referencia al “fútbol” se lo puede abordar en dos perspectivas: una práctica como medio para la diversión o como un trabajo. En el caso de Francisco Martínez, se puede afirmar que fue una combinación de ambas con especial énfasis en la última, ya que fue y es su principal fuente de realización.

Formado en Sarmiento, habiendo llegado a jugar en la Primera del club y hasta en otras instituciones, decidió volver a calzarse el buzo verdolaga, pero desde otro rol: como formador y DT.

En este sentido, también vale resaltar sus dotes pedagógicos: el entrenador, precisamente, entrena lo específico; mientras que el formador aborda de una forma integral al deportista. Es por ello que, a través de su experiencia y capacitación, reconoce una importancia destacada a lo que es el “plan B” en la vida.

Sin embargo, aclaró: “Para mí el fútbol es prácticamente todo, porque está todo lo relacionado a él: lo laboral, los amigos o la cancha”. 

En diálogo con Democracia, “Pancho” recordó su infancia, abordó su vida como futbolista, compartió sus sensaciones sobre su lugar como DT y resaltó el lugar ocupado por su familia.

Infancia 

“Me crie en el barrio 11 de Julio. Hice la primaria en la Escuela N° 2 hasta quinto y, luego, continué en el colegio Santa Unión, donde terminé la secundaria. Mi viejo era maquinista de tren y mi mamá, docente”, inició. 

Acerca de sus recuerdos de aquellos tiempos lejanos señaló: “La cancha de fútbol, la pileta, cancha de pádel con quienes son mis amigos hasta hoy y están relacionados al club. Una infancia distinta a las que tienen los chicos hoy”. 

Precisamente, sobre aquellas mutaciones que vivenció esa crianza y hasta la misma ciudad comentó que “va relacionado a lo que hace al espacio y a la seguridad. Por ahí éramos más libres para manejarnos e íbamos de un lado a otro en bicicleta, algo que se ha reducido un poco”. 

“Siempre extrañé Junín. Soy un enamorado de nuestra ciudad. Cuando tenía libre no dudaba en venir. No sé si por las amistades o estar cómodo, cada vez que podía pegaba la vuelta. Es lo que me atrae y quiero tanto”, expresó. 

Jugador 

Dadas sus características como defensor, desempeñándose como marcador central y, eventualmente, devenir en lateral con mayores dotes de marcaje y recuperación que agresividad para sumarse al ataque, Pancho supo ganarse un lugar en Sarmiento y hasta jugar en distintos equipos a nivel nacional como Arsenal de Sarandí, Sportivo Italiano y Temperley.

Varios años viviendo del fútbol y desarrollándose en el rubro como jugador. Acerca de lo que ha sido su trayectoria analizó: “Si bien dejé el fútbol de joven, considero que fue buena. Mi sueño era llegar y eso me sostuvo. Se tienen que dar muchas cosas para que pase. Si te brindaste al máximo te tenés que quedar tranquilo con eso”.

“A los 27 años me volví para Junín y ya empecé a reorganizar mi vida. Seguí ligado dos años más jugando en la zona y dejé la práctica profesional. Las obligaciones familiares demandaban que consiguiera cosas en paralelo, sobre todo en lo que hacía a mi hijo recién nacido”, añadió. 

No obstante, al recordar lo que fue su paso como jugador por otras instituciones en la provincia de Buenos Aires, como en Sarandí (con Arsenal), Lomas de Zamora (Temperley) y en Ezeiza (Sportivo Italiano), consideró: “Fueron experiencias positivas. En algunos lugares jugué más que en otros, pero uno se va quedando con las experiencias”.

Y contextualizó: “El fútbol profesional se revalida año tras año, si no te cuesta encontrar clubes que te llamen. Eso es lo que al jugador regular le permite estar en la elite. Si tiene un año bueno y dos no, te cuesta. Es lo que buscan los equipos hoy: que tengan regularidad”. 

Técnico

Tras colgar los botines, Pancho quiso seguir ligado al fútbol, ya que su pasión y vocación están en el correr de la pelota. Poder hacerlo en el club del que es hincha es un plus adicional.

“Este es el décimo año que arranco a trabajar en el club. Estoy a cargo de la Cuarta división de AFA y los domingos dirijo la Primera local en la Liga”, comentó.

Sobre sus sensaciones de lo que implica su función manifestó: “Es una responsabilidad en la que trato de brindarme al máximo y valoro la posición que ocupo en el club”. 

“Uno que supo tener grandes técnicos en la infancia trata de volcar lo que ellos nos enseñaron. También lo que hemos aprendido con las capacitaciones que tenemos y de lo aprendido de la vida como jugador”, opinó.

Abordando lo que es su lugar como cabeza de equipo de jóvenes que se encuentran en la puerta del profesionalismo señaló que “es una edad compleja la Cuarta porque empiezan a decidir el futuro. Por momentos hacés lo futbolístico, laboral y emotivo”.

El haber sido jugador le permite conectar de una forma distinta con lo que es en la actualidad el dirigido. Al respecto, indicó que “como DT tenés que ponerte en lugar del jugador.

Uno como jugador quiere que te digan las cosas en la cara. Obvio que le va a doler que le digas que no va a seguir en el club, por ejemplo, pero el día de mañana lo va a entender”.

Además de las hieles, las mieles también forman parte de la profesión. Y, sin dudas, ver el progreso de los futbolistas, y que empiezan a cobrar trascendencia, es un orgullo para los formadores que fueron parte del proceso.

Por ello, Martínez trajo a colación el nombre de algunos de los dirigidos que él tuvo la oportunidad de conocer y acompañar. “Lo que vivió José Tomino en River; Fermín Antonini, Brian Salvareschi o Joel Morán de estar y jugar en la Primera de Sarmiento, son cosas que me ponen contento y, a su vez, me hacen redoblar esfuerzos para seguir formando y contribuyendo en aportar la mayor cantidad de jugadores posibles”, compartió.

Sarmiento

En la actualidad está en camino a integrar el listado de personalidades que se formaron en Sarmiento, jugaron en Primera y luego lo dirigieron, como han sido los casos de Horacio Barrionuevo, Gustavo Merlo, Oscar Avilés y Oscar Tuso, entre otros.

“Como hincha siempre soñé con jugar en el club, y poder hacerlo es único. Soy muy agradecido y busqué brindarme al máximo. Desde el hecho de que por medio de una venta mía haya recibido dinero hasta el empezar a hacer mi carrera como DT”, enumeró. Y remató: “Deportivamente, en Sarmiento fue mi mejor momento y donde pasé lo más lindo de mi carrera”.

Acerca de la evolución institucional señaló: “Ha crecido de una manera impresionante. Parece que uno dice siempre lo mismo, pero antes no teníamos lugares para entrenar o no estaba en condiciones. Por ahí uno entrenaba en el horario en el que los chicos salían de la escuela y cortaban por la mitad del campito, y estábamos entrenando. También armábamos los arcos con dos estacas y un fleje”. 

“El predio con el que contamos hoy no es el mismo que cuando llegamos. Hoy tiene seis o siete canchas en condiciones para jugar y competir. No es igual que antes”.

“A medida que el club consiguió el ascenso al Nacional, las cosas empezaron a cambiar: la Ciudad Deportiva, el predio entre las rutas 7 y 188, tiene mayores cosas para todo, no solo Primera sino las otras disciplinas”, consideró. 

“Plan B”

Además de su ligazón a Sarmiento, otro aspecto diferencial en Pancho es el mensaje que pregona: la importancia del “plan B” en la vida de las personas. Su mensaje no es solo discursivo, sino también empírico, ya que él mismo lo hizo.

“Siempre tuve claro que cuando dejara la práctica del fútbol iba a seguir ligado. Cuando estaba en Temperley hice la parte para ser DT y el año de pandemia hice la llamada licencia PRO, que se hizo virtual”, demostró. 

Eso no solo fue cuando ya era profesional, sino que algo desde mucho antes. “Siempre le dediqué la mayor vocación al fútbol, pero teniendo algo alternativo. Estaba jugando en la Primera local que competíamos en la LDDO y yo había iniciado a estudiar contador público”. 

Tampoco fue casual su elección por los números. “En Santa Unión, se dividía entre Naturales o Económica y salías con un poco más de vocación. Encaré por ese lado y empecé a cursar”, recordó. 

“Cuando el club vende el pase mío, quedé pendiente en unos finales y no lo retomé nunca más. A los 19 o 20 tenía un plan B para que, si no era en el fútbol, llegara a algún lado”. 

Como DT, fue algo que continuó trabajando y los datos lo demuestran. “Posterior a la pandemia, la estadística dice que el 70% de los chicos que tenía a cargo estaban estudiando o tenía un trabajo paralelo”. 

Finalmente, cuando tuvo que brindar una fundamentación acerca de por qué es importante tener otras herramientas y visiones sobre el trabajo y el mundo en general explicó: “Es algo que el jugador o la persona no lo va a perder en el tiempo. Por momentos es complicado porque el fútbol demanda tiempo, descanso y viajar, y no lo podés cumplir al 100%”. 

“Si en un cuatrimestre metés cuatro de ocho materias es muy bueno. Cuando tengas la edad de 25 o 26 años, si tu carrera futbolística sigue, vas a contar con un 75% avanzado en otra cosa”, concluyó.

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