Tatote, palabra autorizada del básquet nacional.
Tatote, palabra autorizada del básquet nacional.
RECONOCIDO BASQUETBOLISTA Y ENTRENADOR

José Luis Pagella: “Haber jugado en la Selección es un orgullo”

Historia del básquet juninense en vida. Se inició en 9 de Julio, se consolidó en Buenos Aires y decidió volver a nuestra ciudad para retirarse en Los Indios. A los 17 años fue convocado a la Selección nacional y antes de sus 20 disputó un Mundial. Quedó en la historia grande de los libros por anotarle un doble que permitió vencer a Rusia.

Para poder tomar dimensión real del presente, en cualquiera de sus vertientes que se haga referencia, hay que tener conocimiento del pasado. En otras palabras, ser conscientes de dónde se viene para poder fijar adonde se va.

La historia de José Luis Pagella, apodado popularmente como “Tatote” a nivel local, es uno de los ejemplos que grafican claramente tal introducción. Un jugador “Made in Junín”, podría decirse, que se hizo de un lugar en el mundo internacional.

Si Junín pudo ofrecer deportistas de la calidad de Daniel Aréjula, Raúl “Chuni” Merlo y tantos otros que brillaron en lo más alto de la elite del básquet argentino, fue porque antes hubo alguien que les abrió el camino. Y ese fue Pagella que, con 19 años, ya estaba jugando un Mundial con la selección nacional.

“El básquet es el deporte más completo que hay: tenés que saber manejar las piernas, las manos, ser inteligente, aeroritmo y contacto personal”, inició en diálogo con Democracia. 

Y siguió: “Siempre que hago un repaso de lo deportivo no tengo cosas ingratas. Salgo haber perdido un par de provinciales como en Burzaco, por dos puntos”. 
Infancia

Nacido en el barrio del Club 9 de Julio, en Mitre 326, empezó a tener sus primeras vivencias como joven. “Con los pibes del barrio era pasarla todo el día en el club, no había otra cosa. Alternábamos entre el Social y el 9 de Julio. Había campitos alrededor que íbamos a jugar al fútbol”, recordó.

“Mi mamá era ama de casa, jugadora de básquet de chica y fanática. Oriunda de Ascensión. Y mi papá tenía una empresa de colectivos que tuvo que vender porque estaba grande y jubilado y era mucho trabajo seguir”, compartió acerca de quienes lo criaron.

Otro hecho que lo marcó a fuego, ya que, lo condicionó de alguna forma, fue el hecho de tener que realizar el Servicio Militar Obligatorio, denominado popularmente como “colimba”. 

“Fue nefasto. No sirve para nada y tampoco aprendí nada ahí. No me pude ir a jugar a Italia por estar afectado”, comentó acerca de aquel momento en el que estaba por dar el gran salto a nivel personal.

De hecho, tal crecimiento llegó a través de las convocatorias a las distintas selecciones nacionales en las que estuvo y por la experiencia tenida luego en Buenos Aires.

Carrera

Con una nutrida trayectoria a nivel nacional, al momento de hacer un balance sobre su carrera manifestó: “El básquet me dio todo. Es cierto que había poca plata y no era lo que es ahora. Para mí fue muy importante: pude conocer el mundo.”

“Fue muy positiva. Hicimos una gira en China, fui al Mundial de Puerto Rico con mayores, al Panamericano en México con mayores. Cuando salí de la colimba, me fui a River”, reseñó y enfatizó: “Es un gran orgullo que, estando en Junín, jugué en selecciones nacionales”. 

Tatote no solo tiene anécdotas relacionadas a lo basquetbolístico en su carrera, sino también extradeportivas. “En 1980 fuimos a jugar el pre-Olímpico de Puerto Rico y nos clasificamos para las olimpíadas. Como Estados Unidos le había hecho un boicot a Rusia, no viajamos a jugar”, recordó.

Acerca de uno de sus pasos más significativos, como fue haber estado en aquel River, opinó: “Estuve 12 años. Cuando me vinieron a buscar, yo estaba en el Servicio Militar. Un dirigente tuvo que mandar un telegrama para que me inscriban en el básquet de Capital”.

De hecho, en 1985, River jugó de local en Ciclista. Ese año, por gestiones de Pagella, se sumaron al equipo los juninenses Daniel Aréjula y Aldo Yódice, y el pergaminense Marcelo Duffy. Fue un hecho de gran relevancia para la ciudad y una muestra más de la importancia de Pagella para el básquet local.

Del centro de Junín a jugar internacionalmente en Bolivia, contra el Corinthians de Brasil, con aquel River, hasta Puerto Rico o Rusia con el seleccionado. Vaivenes de lugar que es difícil tomar dimensión.

Al citar el momento más feliz en su carrera enumeró distintos episodios que lo llenaron de satisfacción. “El último doble a Rusia en el 79, la clasificación a las olimpíadas en los 80 que nos fuimos por boicot, varios campeonatos ganados en Provincia, las amistades que me quedan de tantos años. Son muchas buenas cosas que quedan con el deporte”, valoró. 

Retiro

El Sudamericano de 1981 fue el último torneo que tuvo con la selección argentina. Además, años después se produciría su retiro de las canchas, fenómeno que nunca es una tarea sencilla para los deportistas.

En 1988, River desarmó por completo el equipo y Tatote se fue a Gimnasia de Pergamino, que disputaba la Liga Nacional. Después pasó por Rojas, luego en el Club Junín, hasta recalar en Los Indios, donde se retiró a sus 40 años.

“Cuando corté tenía posibilidades de seguir jugando, pero estaba cansado y lo que había hecho, lo había hecho. Con la parte técnica pasa igual, si no seguís en la rueda no te llaman”, expresó. 

Una vez efectuado el retiro, siguió ligado al básquet desde otro lugar: la parte técnica. Primero dirigió las inferiores del Club Ciclista y más adelante se regresó a su primer amor: el Club 9 de Julio. 

“Me convocó Eduardo Palomo, formamos un equipo de juveniles, los entrené y llegamos a semifinales. Después, por diferentes circunstancias, el proyecto quedó ahí”, rememoró.

De esta manera, se fue alejando del mundo basquetbolístico local. “Me fui alejando paulatinamente. Solo en un café y una peña de amigos es que me actualizo con el tema básquet, pero todo muy por arriba”, indicó sobre su vínculo con el deporte en la actualidad. 

“Siempre te queda un resabio o nostalgia, pero ya no extraño como antes. Quizás sí en el sentido de haberlo vivido intenso y que es un deporte hermoso. Por ejemplo, cuando Ginóbili se fue de la NBA dejé de mirarla. Eso de correr y tirar no me gusta a mí”, dijo. 

Duelos Pagella-Biurrun 

La lista de casos de hermanos que se dedicaron a practicar un deporte es larga a nivel mundial. Entre los nombres más reconocidos se destacan las hermanas Venus y Serena Williams en el tenis; Marc y Álex Márquez en Moto GP; Bobby y Jack Charlton o Paolo y Fabio Cannavaro en fútbol; y Pau y Marc Gasol en básquetbol.

Asimismo, a nivel nacional, se pueden mencionar los hermanos Gabriel y Diego Milito en fútbol; Diego, Mauro y Claudio Grippo o Sebastián, Emanuel y Leandro Ginóbili en básquet. Al igual que estos últimos dos casos mencionados, se encuentran los hermanos Biurrun y Pagella, con una salvedad notoria: estos últimos nacieron en Junín.

No solo que son nacidos en nuestra ciudad, sino también que caracterizaron toda una época vivida que marcó a fuego el básquet juninense.

“En la época de básquet Borsalino, que lo conducía Juan Carlos Vilches, toda la gente llamaba para palpitar los partidos y la gente en la calle era una locura”, recordó sobre aquellos años Tatote. 

Precisamente, respecto al duelo Biurrun-Pagella contó: “Dentro de la cancha era a muerte, pero, una vez terminado el partido teníamos una amistad hermosa y muy linda. Fuerte en lo deportivo y sano y bueno en lo personal”. 

Sobre las características de cada uno de los personajes consideró: “En lo que hace a Tito Biurrun era buen corredor, entrenador y tirador. Quique era más completo con más defensa y juego de pelota”. 

“Mi hermano era parecido a Quique, aparte de que los dos tenían carácter fuerte dentro de la cancha”, comentó sobre su pareja de cancha y finalizó: “Lo fuerte mío, y que me gustó, era la defensa. En la selección nacional decían y etiquetaban como un polifuncional”. 

Finalmente, para concluir este repaso acerca del duelo basquetbolístico juninense, abordó lo que significó una enorme pérdida física para toda la ciudad como el fallecimiento de su hermano Eduardo. 

“Venía muy castigado con su problema de salud de unos cuantos años. Una enfermedad que no hay vuelta atrás, invasiva y llegó un momento en que partió. Fue siempre mi mano derecha y lo extraño mucho”, lamentó. 

Visión de Junín

Tras recorrer distintos países por su recorrido deportivo y vivir en distintas localidades a nivel nacional, al brindar su opinión sobre nuestra ciudad, señaló: “Soy muy fanático de Junín. El progreso que tuvo fue grande sobre todo a partir del 83”. 

“Progresa continuamente. Quizás le puede faltar cosas que no estoy al alcance para decirlas como puede ser lo industrial”, agregó. 

Al momento de graficar tal desarrollo a nivel local expresó que “en el 89 decidimos venir a Junín con mi mujer y Manuel que era muy chiquito y decidimos comprar una casa a terminar en calle Castelli, que es a una cuadra del Padre Respuela”. 

“En marzo del 89, tenía calle de tierra y, en noviembre, estaba asfaltado, tenía gas y teléfono. De ahí en más, para el lado de la ruta, fue impresionante lo que creció”, remató. 

En la misma línea de análisis añadió otro proyecto que le llamó la atención. “Hace muchos años que mi hijo me venía diciendo que cuando se haga el proyecto Alvear le avise e imagínate lo que es hoy. Son cosas que hacen a lo que creció la ciudad”, concluyó.

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