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MARKETING APLICADO

Los simuladores

El equilibrio entre ser y parecer.

Sonreir y besar niños de caras sucias para demostrar sensibilidad social y “don de gente”; casi como en una confesión, las falacias identitarias del político de turno explotan en la pantalla de nuestro televisor exhibiéndose como evidencia de la subestimación del público al que se dirigen.
Mauricio de capital, ya sin bigote, camina por las calles y los vecinos le abren la puerta para “conversar” con él. Doña Rosa con su escoba, Cacho en musculosa y los chicos con la bicicleta sonríen en un montaje difícil de creer; muy difícil de creer.
Se argumenta que en el salvaje y alocado mundo de hoy uno es distinto o extinto, sin embargo para lograr el diferencial que nos permita sobrevivir tenemos que dedicar el tiempo y los recursos necesarios para desarrollar una identidad sobre fundamentos sólidos y no un mero maquillaje de campaña.
¿Acaso no se trata de tan sólo “ser”? La respuesta es si, alcanza para desarrollar nuestra vida personal y profundizar nuestro mundo interior, sin embargo es insuficiente para alcanzar el éxito en términos comerciales o profesionales. Desarrollar argumentos diferenciales, en un mundo con cierta tendencia a estandarizarnos, es el camino para alcanzar las oportunidades; es que a fin de cuentas se dice que el tren pasa una sola vez.
Vestir estereotipos, caminar sobre zapatos ajenos o montar estructuras que en el largo plazo van a caer no es el mejor camino para desarrollar una estrategia de marketing personal. Claramente forjar una identidad no es lo mismo que forzar una imagen; por el contrario, la diferencia competitiva deberá salir de la realidad del objeto de estudio.
“Ser o parecer”, esa es la nueva cuestión y desde este espacio pregono las dos cosas, “ser” en primer lugar como fuente para mantener lo que vendrá y “parecer” como motor que genere la energía necesaria para que eso que viene llegue de una vez.
Investigación, Logística y planificación, técnica y movilidad y caracterización. Santos, Lamponne, Ravena y Medina, cada uno tenía una función dentro de una aceitada organización que no dejaba detalle por revisar. Profesionales dedicados que trabajaban en pos de un objetivo.
De esta misma forma  trabajamos los profesionales del marketing y la comunicación y por eso, desde este espacio invito a la valoración de la especialización como herramienta fundamental en estos tiempos.
Lejos de la falacia o artificio, muy cerca de trabajar sobre tareas planificadas y de desplegar todos los recursos necesarios para cumplir con los objetivos de nuestros clientes, enciendo un habano (como Santos) y culmino esta columna.
Feliz navidad para todos, Juan Bautista Blanc.

 

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