Carlos Mecherques en su lugar en el mundo: una cancha.
Carlos Mecherques en su lugar en el mundo: una cancha.
REFERENTE JUDICIAL

Carlos Mario Mecherques: “Hay que seguir la vocación de uno”

Durante más de cuatro décadas, se desenvolvió en el ámbito jurídico hasta que, a sus 62 años, decidió jubilarse y hacer una lectura de su vida. Hoy, resalta la importancia de la salud mental y está enfocado en lo que siempre fue su pasión: la formación de deportistas en el club Mariano Moreno.

Es una de las tantas personas que nació en nuestra ciudad y, tras tener su propia experiencia fuera de Junín, eligió volver para desarrollarse y tener su familia. Además, se ganó un lugar en el ámbito jurídico y se convirtió en una palabra autorizada en el mismo, logrando una trayectoria en el espacio privado y en Tribunales.

“Vivía en frente al diario Democracia con un padre abogado e hijo de inmigrantes, mi madre era española que había inmigrado con su familia. Mi hermana marcela, es ama de casa, y tengo una gran relación”, inició Carlos Mecherques en diálogo con este medio.

Y siguió: “También viví en el barrio Las Morochas, cerca de la placita de los niños. Fue una infancia que tuvo un antes y un después marcada por el fallecimiento de mi madre”.

Tras realizar un año en un colegio pupilo, la cual definió como “una de las peores experiencias en mi vida”, terminó su formación en el Colegio Nacional. En lo que hace al deporte, fue el club Mariano Moreno su escuela futbolística.

“Rendí para ingresar en la Universidad de La Plata en medicina, cuando iba a entrar a jugar en Gimnasia, y, finalmente, ingresé en la UBA en derecho. Luego iba a jugar en San Lorenzo y saltó el tema de mi enfermedad”, describió sobre aquel momento.

La enfermedad en cuestión es la diabetes tipo 1, sobre la que contó: “Lo llevo bien, estoy muy tratado y controlado con mi diabetóloga. Estoy bien para los 42 años que llevo de esta enfermedad. El deporte me ha dado una mano enorme”.

“Aconsejo a los que tengan una enfermedad de este tipo que es silenciosa, que busquen asistencia porque de un día a otro se puede transformar en un infierno”, recomendó.

En un año diferente, ya que es cuando decidió jubilarse, compartió cómo atravesó este momento especial. Al respecto, comentó: “Murió el abogado, a partir de ahora soy el profe. Me siento muy feliz”.

Colegio de abogados

Se recibió como abogado en el año 87 y fue ahí cuando decidió volver a nuestra ciudad para comenzar a desarrollarse en la profesión.

Tras egresarse de la UBA, regresó a Junín, teniéndose que hacer cargo del estudio jurídico de su padre e iniciando, tras ello, una extensa y reconocida carrera local.

Hacer referencia al plano jurídico es indisociable de abordar el Colegio de Abogados de nuestra ciudad, sobre el que Mecherques comentó: “Soy una persona que valora mucho la libertad y tengo una forma de pensar particular. Nunca formé parte porque no soy de integrar espacios”.

“En eso, se podría decir, que soy medio anárquico. Sí jugué para representarlo en fútbol y ganamos una Copa Argentina en esa disciplina”, fundó.

“Casi 25 años trabajando en Tribunales y 10 años en la actividad privada: ahí sí me di cuenta que no tenía pasta de abogado, a pesar de que cumplía con mis obligaciones. Le agradezco Miguel Raad que me ayudó mucho”, apuntó.

Familia

Hijo de abogado (Ubaldo) y sobrino de un reconocido médico de nuestra ciudad. Al ser consultado por su tío Nadim Mecherques, Carlos, compartió que “falleció joven, de un cáncer terminal. En aquellas épocas, tanto abogados como cirujanos, no había tantos y no es como ahora que hay tanta proliferación de esas profesiones”. 

Y, acerca de lo que luego terminó siendo la elección de su trabajo, opinó: “Yo fui a ver una operación con él porque mi papá no quería que estudie el profesorado, pero me di cuenta que no era lo mío”.

Hoy es Carlos quien eligió no repetir su historia y decidió acompañar y dar toda la libertad a su hijo, Malek, para decidir. Al respecto, indicó: “Tengo un hijo del que me siento orgulloso. Aprendí a no repetir las cosas feas que viví. Lo veo feliz con lo que hace, a diferencia de lo que hice yo”. 

“Hace tres años se fue a España, lucha, aprende y se desarrolla. Está metido en el deporte y, según dicen todos, le va muy bien. Esta por recibirse de doctorado. Espero que sea feliz, independientemente de lo material que logre”, continuó. 

Malek se encuentra realizando una importante carrera como nutricionista internacional. Sobre esto, Carlos contó que “ahora está de visita en Junín y en octubre regresa a Europa, donde tiene que hacer una estancia a Inglaterra, a un equipo de fútbol, para poder recibirse”.

“Voy a ir a tratar de visitarlo y pasar una navidad juntos. Empezamos juntos en La Plata, cuando fue a estudiar en la universidad, y ahora me gustaría acompañarlo, y terminar juntos, en Inglaterra”, cerró.

Fútbol

Sin lugar a dudas, su motor y cable a tierra ha sido, es y será una cancha de fútbol. Según el mismo expuso: “Es lo que me mantiene en pie”.

Sin embargo, en el presente se haya distanciado del fútbol local. “Se ha deteriorado todo que, hoy con la televisión y la posibilidad de acceder a otras ligas, el fin de semana se hace lindo para ver y aprender, que es lo más importante”, compartió.

Más allá de su apreciación, Mecherques tiene un pasado como futbolista ligado al fútbol local. “Tuve una vida corta como jugador activo, digamos, con alguna posibilidad de trayectoria, pero muy intensa: debuté muy joven, con 15 años en la Primera. Era mi pasión y tenía la camiseta de Moreno puesta. Fue el lugar que me acobijó después de la muerte joven de mi madre”, dijo. 

Sobre aquellos años, señaló: “Héctor Silva, el DT, me decía el ´Turquito´ y me dio la posibilidad de debutar en Primera. Encontré en el fútbol y en la pelota lo que me faltaba por la pérdida de mi mamá cuando tenía ocho años. Era buen jugador, según decían”.

Respecto a la diferencia con aquel fútbol describió: “Se jugaba a cancha llena, con rivales potentes, clubes que gastaban plata trayendo jugadores de afuera. Jugamos siete finales seguidas con Moreno, que perdimos la última con un Newbery de elite”. 

“Cuando llegó el momento de decidir, cuando terminé la secundaria, me tocó una enfermedad que hasta el día de hoy me acompaña y me excluyó del fútbol. Por eso, caí en la decisión de estudiar abogacía”, contextualizó acerca de lo que fue un momento determinante en su vida. 

Y siguió: “Yo quería estudiar educación física para seguir ligado al fútbol, pero, en ese entonces, los padres no lo veían como algo potable para vivir. Era fines de los 80, entonces seguí con la carrera de derecho”.

Sarmiento

Además de Moreno, que fue el lugar que lo abrazó en un momento delicado de su vida personal, Mecherques resaltó el lugar ocupado por el Verde: espacio donde hizo la experiencia más importante como formador.

“Me dio la posibilidad de tocar lo más alto que puede tocar una persona como entrenador de divisiones formativas en este país. Me involucró en algo que me apasionaba y estaré eternamente agradecido por los seis años compartidos que tuve”, indicó. 

Su elección no fue casual por dos motivos: por su pasión por la formación de jóvenes y por el lugar ocupado por el club. Al respecto, afirmó: “Siempre fui pro Sarmiento porque es lo que nos identifica a nivel futbolístico y a nivel local”. 

Sobre lo que es su vocación (y pasión) compartió: “Me gusta mucho dirigir chicos en edades adolescentes porque me llevo bien y tengo mucha empatía. Al día de hoy, encuentro gente que me demuestra su afecto por haber entrenado conmigo. No es algo que uno haga por plata. Ese reconocimiento tiene un valor incalculable”.

En torno a su definición como entrenador, y gustos personales, expresó ser “un amante de Gabriel Heinze, Marcelo Bielsa, a quien conocí gracias a Sergio Lippi”, y sobre este último, añadió: “Fue un maestro y gran persona. Valoro mucho a él y a los hermanos Funes (Jorge y Martín)”.

Alejado de Sarmiento, y tras un receso fuera de las canchas, Mecherques hoy se reencontró con su gusto de estar cerca de la pelota.

“Estoy en una etapa pos jubilación donde estoy tratando de conectarme con la vida, dándole una mano al club de mis amores que es Moreno”, informó.

Opinión sobre Junín

Salvo en su etapa académica, Mecherques vivió siempre en nuestra ciudad, eligiéndola en la actualidad para jubilarse. Acerca de lo que representa Junín en su vida dijo que “es el corazón: con sus cosas que son lo que son y nunca van a cambiar. Es una ciudad de la provincia que está siendo conurbanizada, lo cual no es un desprestigio, pero sí una observación”.

“Son dos cosas contrapuestas que tengo para decir. La inserción de las unidades penitenciarias no debió permitirse”, criticó y resaltó: ”Un hecho extremadamente positivo, pensando en la juventud, es la Unnoba. Permite a los chicos ser mejores y que tengan un mejor futuro. Pone en la mano de los jóvenes la posibilidad de desarrollarse”.

Pese a las cosas buenas y no tan buenas señaladas por Mecherques, para despejar cualquier tipo de dudas acerca de su posicionamiento, expuso: “Políticamente, te soy sincero, no estoy evaluando tal o cual cosa. Estoy más allá”.

La reflexión

Propio de su experiencia, y aquí no se hace referencia exclusivamente a su profesión, sino como persona, Mecherques, en una vida atravesada por los mandatos, el deseo y el contrataste de la realidad, reflexionó: “Confíen en lo que piensan: en su vocación y sean responsables. La vida no es lo que uno tiene a los 18 años, cuando tenés la cama caliente o el plato de comida listo sobre la mesa”. 

“Se requiere esfuerzo, sin el cual es imposible crecer y aprender. Si se dedican a algo, ya sea el estudio o un oficio, háganlo con intensidad y no se resignen al hoy y no piensen en el mañana”, concluyó.

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